Cada vez parece más difícil pero la tierra ha dado una vuelta más y volvemos a otro 9 de enero, en el que hace 16 años empecé a escribir sin tener muy claro ni como ni cuanto tiempo aguantaría la broma...Parece que dura lo suyo, quizá en parte por mi tendencia a enrollarme cuando algo e apasiona, o la cabezonería que según mi familia, me caracteriza. Un 2024 que ha sido normal en lo que nos toca a mí y a mis gatas. Escribir, hacer una considerable pila de libros que iré leyendo en cuando pueda y recorrer varias veces el sardinero porque, en bañador y manguitos no se me va a ver ni muerta, pero esa playa no se camina sola. y un año, de esos que llaman post pandemia, que puede resumirse dentro de la normalidad mala que hemos adoptado. Al conflicto bélico que toque convertido en ruido blanco y al cambio climático del año anterior se suma el regreso del señor del pelo rojo hortera acompañado por otro señor con más billetes que cerebro, y al que debieron decirle hace mucho que no es Tony Stark, ni se le parece. Un escenario tan cyberpunk como paródico en el que como ya hacían los señores de entreguerras, o nos reímos de la situación, o nos volvemos locos.
Y un año más en el que, con todo lo visto y leído, seria un poco difícil elegir una sola cosa. por lo que esta vez, he decidido clasificarlo por manías personales.
El milenarismo va a llegar. el pánico satánico y todo lo que lo rodeaba ha sido un tema que me ha interesado desde hace unos años, quizá por su apariencia ridícula pero por las consecuencias que tuvieron para muchos. si en 2023 había tenido la moral de leer entero Michelle Recuerda, este he podido ver Satan Wants you, el documental que analiza el nacimiento en Canadá, del fenómeno denominado Abuso Ritual Satánico, que presuntamente asoló el continente durante los ochenta. más centrado en la que califican como paciente cero del satanismo, sería el mejor ejemplo de que como una chispa puede provocar un incendio. Y ya dentro de la ficción, Hysteria, una miniserie de temática parecida, hace una adaptación de este pánico moral, con varias referencia a los Tres de Memphys, el fanatismo religioso, y con Bruce Campbell en el papel de uno personaje cuerdo. Algo así como un Stranger Things menos nostálgico y cuqui.
Lo de las antologías. no me he cortado a la hora de ir de saldo, y mucho de lo que he encontrado eran colecciones de relatos. varios ejemplares de Las mejores historias de Horror de Super Terror de Martínez Roca, y sobre todo, Brugueras, que en los últimos años han dejado de aparecer a precios especulativos para volver a la normalidad. La selección de Horror en varios tomos, o antologías temáticas como Las mejores historias de hechicería o Las mejores historias siniestras. Tampoco han faltado colecciones recientes como el Solsticio siniestro de la British Library, editado por Impedimenta, loa selección de la Biblioteca de Carfax de Señoras Victorianas.
París bien vale una m.... Que las olimpiadas transcurrieran entre memes y la desafortunada ocurrencia de celebrar varias pruebas en el Sena (un rio que al igual que atraviesa Ank Morpork, puede cruzarse a pie por su consistencia sólida) es solo una parte de esa decepción que muchas producciones han reflejado últimamente. Vermines, con una plaga de una especie de arañas invasoras, en una barriada alejada de la mano de dios, aprovechaba la serie B para reflejar el entorno urbano como un lugar cada vez más hostil. y algo más alejado en el tiempo, pero Gueules Nories abandonaba a unos mineros a su suerte enante un horror lovecraftiano. no importa en que época leamos esto: nunca serán buenos tiempos para la clase trabajadora.
los clásicos son algo relativo. he visto más cine considerado como tal en este último año. desde Qué fue de Baby Jane a La vida secreta de Walter Mitty, pero también otros más recientes o que su condición de clásico puede ser algo más minoritario Las colinas tienen ojos y su versión violenta, con grano setentero de Sweeney Bean, Los violentos de Kelly, revisitado un poco después del fallecimiento de Donald Sutherland...y si me apuran, hasta El guerrero americano tiene ese punto, aunque un poco cogido con pinzas. porque todos, en algún momento de nuestra vida, hemos flipado con los ninjas.
Los descubrimientos. el año pasado empezaba con la infestación demoniaca con tintes de pandemia y crisis que fue Cuando Acecha la maldad, de Demian Rugna. la mesita del comedor oscila entre el horror y el humor negro, tan negro, que a veces es muy difícil encontrarlo. Y aunque sean de años anteriores, Espíritu Sagrado narra un misterio con tintes de ciencia ficción donde la realidad puede ser más extraña que la ficción. En cuanto a libros, sin duda me quedaría con John Langan. Tanto Bocadaver como El pescador son una colección de relatos y una novela de horror cósmico donde mezcla lo pesimista del subgénero con una visión muy positiva de la lealtad, los lazos que esta crea. Y responde un poco a qué tipo de relatos habría escrito Lovecraft si hubiera tenido una familia no disfuncional y fuera aficionado a las artes marciales.
Las decepciones. No h habido muchas, quizá porque suelo llevar una idea de lo que me espera. Borderlands se quedó en una producción que podría haber sido mejor, y cuyo material merece al menos una serie como la han tenido Last of Us o Fallout. Julia, anunciada como "una relectura feminista de 1984", se queda en un panfleto en el que ni su autora tiene claro cual era la idea original de Orwell, ni demuestra tener mucha capacidad para leer una obra poniéndola en su contexto. Pero, si ya sabemos que pasa con los retellings, p´a qué los leemos...
Sin duda el peor ha sido el anime de Uzumaki, que nos engañó con ese primer episodio para terminar los tres siguientes con una animación que pasa con más pena que gloria. una vez más, la maldición de las espirales.
Las cosas que se van quedando fuera. este año también he retomado aficiones un tanto olvidadas. Si el manga en su mayoría, se había quedado en un par de series, en su mayoría no finalizadas en España, que había leido en los noventa, he recuperado 3x3 Eyes, una serie de fantasía oscura que quedó un poco eclipsada en esa misma época por el resto de tendencias, y de la que le había perdido el rastro cuando planeta lo publicaba como comic book de 64 páginas.
Y, gracias a una PS4 heredada he jugado a unos cuantos de Supermassive Games, como The Quarry o Man of Medan, y alguno de Telltale. Porque, ¿para qué pegar tiros cuando puedes elegir el diálogo adecuado?
Ha pasado otro año, igual de caótico o más que el anterior en el que sigo escribiendo, subiendo fotos de gatos y siendo testigo de lo que ha supuesto la irrupción de las IA: es prácticamente imposible encontrar una foto de mininos temática que no haya sido generada por inteligencia artificial. Si queréis algo a los gatos (y por extensión, a los cascos polares) ¡Dejad de enredar con esa tecnología!
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