Es bastante raro que me decida a ver
una película con asesinos. Bueno, las de Pesadilla en Elm Street las
vi todas pero ya tenían el componente sobrenatural (y el carisma
cada vez más de estrella del rock de Freddy Krueger), aunque por el
motivo de la falta de interés en este género se quedaron fuera
otras tan famosas como la saga Scream e incluso el Halloween original
de John Carpenter (esto último debería ser motivo para ser lapidada
con adoquines de Zaragoza). No habría un motivo claro por el que
irse al cine a ver exclusivamente un estreno de ese tipo, de no ser
por dos motivos: que La liga de la justicia se quedaba fuera del día
del espectador por ser de Warner, y las entradas siguen siendo caras.
Y que la alternativa había sido producida por Blumhouse, responsable
de Insidious y The Purge. Bueno, y de tropocientas entregas de
Paranormal Activity. Al menos en el peor de los casos los 4,50 euros
no sería como para echarse las manos a la cabeza..
Feliz día de tu muerte presenta en
principio el catálogo completo de todo slasher de adolescentes: una
víctima sin empatía que más que ser asesinada, parece recibir su
merecido, un asesino con una máscara llamativa, personajes muy
estereotipados y un campus poblado con un reparto que en lugar de
segundo de carrera, debería estar ya en un posgrado o haciendo sus
primeras entrevistas de trabajo. Al igual que su comienzo, con el
asesinato de una joven que no podía ser peor persona y más
desagradable con su entorno. La diferencia es que esta víctima
inicial es en realidad la protagonista de la historia: despertándose
cada vez que es asesinada, se da cuenta que el día de su cumpleaños,
cuando suceden los hechos, seguirá repitiéndose hasta que logre
evitar su propia muerte. El día, revivido cada vez con los recuerdos
anteriores, puede servirle para encontrar las pistas necesarias sobre
su asesinato. Pero cada intento supone conservar las lesiones que
causaron su muerte, por lo que tal vez no cuente con tantas
posibilidades como creía en un principio.
En conjunto, el guión y la realización
es bastante tópico, aunque tratándose de un subgénero tan marcado
por arquetipos y escenarios, es difícil innovar. En este caso, han
optado por hacer muy evidentes sus influencias: los slashers y la
premisa de Atrapado en el tiempo. Todo, con mucho sentido del humor,
y siendo muy conscientes de que, ya que no iban a mostrar nada
original, al menos hacerlo con el suficiente desparpajo como para que
la historia fuera entretenida.
Al menos, la idea funciona: a unos
personajes tan estereotipados como su protagonista, compañeras de
hermandad y ambiente en el campus solo es posible seguirlos cuando se
los caracteriza de una forma abiertamente humorística. No es posible
tomarse muy en serio a secundarios como animadoras desagradables,
universitarios fiesteros y muchos otros que parecen sacados de una
serie B de los ochenta, si no es para contrastar con el carácter de
la protagonista. Con cada nueva repetición, esta no solo evoluciona
como personaje, sino que se van revelando detalles de su carácter
que sirven para explicar su forma de ser actual. En el fondo, acaba
convirtiéndose hacia el final en el único personaje real que parece
moverse en un decorado.
Las referencias a la película de Bill Murray se usan de forma muy directa. Tanto, que en un momento dado uno de los personajes comenta la similitud entre lo que sucede y lo que se vio en El día de la marmota. Aunque también acaba siendo lo que le otorga su gracia al guión en vez de ser una de asesinos más: si en su mayoría recuerda al primer guión por cómo su protagonista se va humanizando, y utilizando lo aprendido en su provecho, también en determinados momentos decide tomarse su situación muy poco en serio y hacer cosas que no haría en circunstancias normales: pasearse desnuda por el campus porque tiene las horas contadas, acabar peleándose con su compañera de fraternidad al seguir una pista falsa o morir en un accidente absurdo en lugar de ser asesinada le aportan un punto bastante fresco a un desarrollo que, aunque en su parte central parece cogerle el punto a esta trama sobre bucles y oportunidades, acaba resultando un poco forzado a la hora de buscar nuevos giros. Cuando parece que todo ha terminado, la historia vuelve al punto de partida por algún motivo concreto, bien por el giro final, o porque el guión intenta jugar un poco con la paciencia del público.
No hay mucho que decir de la
realización, siendo más que correcta y muy pensada para el tipo de
espectador que va a ver la película: es luminosa, tirando a moderna,
y también muy deudora de lo que se lleva y lo que no en este
momento. Tanto, que parece que dentro de unos años el verla
resultará tan curioso y tan “de su época” como puede resultar
ver hoy a Courtney Cox en Scream o a Jennifer Love Hewitt en Sé lo
que hicisteis el último verano.
Feliz día de tu muerte no es una película original, ni memorable. Sus influencias están muy claras, pero al menos no las esconde pretendiendo ser original y en sus puntos más bajos hace pensar un poco que lo mejor del metraje fue ver el trailer de Insidious 4 antes de empezar. En los mejores, en cambio, es divertida, con un punto irónico de no tomarse demasiado en serio lo que está contando, y que al final consigue hacer pensar “ah, pues fue más divertida de lo que esperaba”.
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