El tema de los fantasmas y los sitios embrujados da para mucho: cualquier inmueble puede tener una reputación poco respetable y dar lugar a una buena historia, aunque lo más habitual en el tema son las casas encantadas. El segundo en preferencia, los hoteles. Y esto tiene su gracia, porque estos establecimientos habrán salido lo suyo en la literatura, pero técnicamente, a los protagonistas de la historia no le dan más que para una noche de apuro: uno puede tener la mala suerte de acabar en una habitación de hotel embrujado, pero si hay que librar el cuarto antes de las once, se vuelve para su casa con el susto encima, y aquí paz y después gloria. Las casas ya son harina de otro costal, porque no queda otra cosa que pasar siempre un mal rato hasta que se vaya de la casa (El fantasma o su inquilino humano. Porque todos sabemos que hay seres vivos realmente insoportables).
Si las casas encantadas habían dado gracias a James Wan un tratamiento muy interesante en Insidious, Ty West opta por otra vía: los hoteles. En Innkeepers se narran los tres últimos días de un hotel, que ya ha visto mejores tiempos, antes de cerrarse para reconvertirse en un aparcamiento. Los encargados de recepción, además de no ser muy profesionales, están bastante aburridos y pasan el tiempo intentando grabar alguna psicofonía en las distintas habitaciones. Aún sin tener mucha idea, descubren que el hotel tiene su pasado siniestro, con un suicidio en una de las habitaciones, lo que deciden aprovechar para investigar un poco más, mientras aparecen algunos de los últimos huéspedes: una actriz retirada que va a una convención de mediums, y un tipo muy raro que, pese a estar el piso cerrado, insiste en alquilar la habitación donde pasó la luna de miel con su difunta mujer. Aparecen también una divorciada bastante plasta y su hijo igual de repelente, pero creo que solo los incluyeron como recurso (muy poco) cómico porque no hacen nada más.
El punto de partida está bastante bien, porque aunque ha habido muchas películas sobre hoteles que dan mal rollo, no recuerdo muchas que sean de establecimientos hosteleros embrujados. Los decorados de este son bastante bonitos, correspondiendo supuestamente, a un hotel que empezó a funcionar en los años veinte y no se ha reformado mucho desde entonces…lo que en este caso, falla un poco porque cuesta creer que ante un local de aspecto tan cuco y vintage los turistas no hagan cola para alojarse en él ¡Y si al tontaina de su dueño se le hubiera ocurrido explotar la idea de la habitación embrujada, ni te cuento! Pero lo que falla definitivamente, y lo que es peor, hace que se convierta en una película bastante aburrida, son los personajes: intentan caracterizarlos como la típica pareja estancada en un trabajo precario, del que están asqueados y que, con los huéspedes que suelen tener, tampoco les da para ser muy amables, pero por mucho que lo intenten, no consiguen caer bien: cualquiera de sus tonterías parece un remedo de Bernard Black, sin la gracia de este, y acaban dedicando demasiado tiempo a que estos aparezcan en pantalla, echándose la siesta, diciendo alguna bobada o tomando cerveza, que investigando el supuesto encantamiento.
No sé si si he alquilado un cuarto, o me he metido por error en el tren de la bruja
El tema de los fantasmas tampoco sale muy bien parado. Porque más allá de servir para que los protagonistas tengan algo en lo que interesarse, no está bien llevado: entre situación y situación chorras de los aburridos recepcionistas, aparece por ahí la historia del suicidio, la profecía siniestra de la médium sobre nosequé fantasmas malvados que hay en el sótano, y otro fantasmón por ahí a mayores que, sinceramente, parece que lo metieron para que la parte final de la película tuviera algo más de vidilla que la protagonista encerrada en el sótano. Porque esa es otra: a estas alturas estamos acostumbrados a que los personajes del cine de terror hagan muchas tonterías. Pero cuando a alguien le dicen “no bajes al sótano”, y francamente, no hay ningún motivo argumental por el que bajar, no entiendo cómo se le ocurre ir a meter las narices a la dichosa habitación. Era de esperar que el final de este personaje no fuera allá muy bueno, pero como a la hora y media de película, los dos protagonistas me caían bastante mal, no me importó mucho.
En general, a Ti West no le ha salido muy bien su película de hoteles embrujados. Insidious podía no ser el colmo de la originalidad e incluso, tener un final bastante tonto, pero al menos, se le notaba un mayor esfuerzo en el guión, y sobre todo, mucho ritmo a la hora de ir metiendo tensión en la historia. Cosa que en The Inkeepers, no hay. Ni lógica en el guión, tampoco.
6 comentarios:
Muchas gracias por la crítica, No pienso verla, ya perdí el teimpo viendo Intruders...uf uf el "monstruo" de careta roja no me convenció en absoluto, esto no quiere decir que no vea peliculas d eterror de serie B o auténticas peliculas bizarras, tengo preparada "Eukusute" que trata de una extensiones de pelo asesinas, y con la cabeza bien alta!
Love Cats!!!
Tenía por ahí insidious, pero inkeepers no había pensado verla.
Qué pena que desaprovechen así una historia que podía dar mucho de sí. No por muy vistas las películas de fantasmas dejan de gustarnos, pero hay que llegar a un nivel bueno para que no nos ocurra como a ti que acabe importándonos un pepino lo que les pueda pasar a sus protagonistas. Un hotel antiguo y bonito con su correspondiente fantasma es de lo más apetecible. La tacho para no verla, pues hay muchas que están muy bien.
Además, el verano se presta muy bien para leer y ver este tipo de historias, buenas, claro.
Besos!
Ana.
Una lástima que no consiga entretener. No me he aclarado por las imágenes: ¿El hotel es un hotel al uso o un motel de carretera tipo Motel 6 o Super 8?
El segundo caso me parecía una ambientación muy sugerente.
Un saludo.
No, es un hotel al uso, de aspecto bastante antiguo y con buen gusto, en mi opinión...vamos, el típico local que podría hacer negocio anunciando habitaciones embrujadas.
Por eso yo también opino que un local tipo Motel 6, mucho más impersonal y cutre, sí daría para una historia de fantasmas original.
Sí, la idea de un motel con fantasma de camionero incluido es realmente sugerente. Sobre todo con la peli ambientada en la frontera francoespañola y el tema de las fresas como mar de fondo. Y ya dejo de desvariar.
En cualquier caso en este tipo de situaciones fantasmiles, ante la duda, siempre se puede apostar que hay un episodio de Supernatural que haya tratado el tema, en este caso el 2x11.
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