jueves, 9 de abril de 2020

Doctor Sueño (2.019). Y ahora, algo completamente diferente


Esta es una de esas honrosas producciones que cuentan con la presencia de un gatico

El Resplandor pasó a la historia como una de las películas más conocidas de Stanley Kubrick, una de las mejores producciones de terror de la historia, y una de las adaptaciones de la obra de Stephen King que menos le gusta a su autor. Le repatee o no, el guión tiene el suficiente peso como para que, cuando se llevó a cabo la versión cinematográfica de su secuela, esta lo fuera más bien de la película de 1980, que difería del libro en muchos aspectos, y no de lo que se narraba en el papel.  


Doctor Sueño es el apodo que recibe Danny Torrance, el pequeño superviviente del hotel Overlook,en su trabajo como conserje en una residencia de ancianos. Tras años de intentar apagar su don en alcohol, y huyendo de los fantasmas que, a veces pedían su ayuda, y a veces continuaban persiguiéndolo desde el Overlook, ha conseguido rehacer su vida y utilizar su capacidad para acompañar a aquellos pacientes a los que ha llegado su hora. Pero su día a día, metódico aunque algo apagado, se ve truncado cuando Abra, una niña dotada de un poder similar al suyo, le advierte de la existencia de un grupo de viajeros con habilidades sobrenaturales, que se hacen llamar el Nudo Verdadero, que encuentran y se alimentan de todos aquellos niños dotados de poderes a fin de prolongar su longevidad. La solución por la que Danny ha optado hasta ahora, esconderse antes de que nadie lo encuentre, no parece ser una opción cuando el Nudo se ve atraído por los poderes de Abra, y quizá la única forma de salvarla, y también al resto de niños que estos puedan encontrar, sea regresar a un lugar peligroso para cualquier poseedor de Resplandor, sea este bueno o malo: los muros del hotel Overlook, ya abandonado, pero cuyo interior todavía alberga algo peligroso.




Teniendo en cuenta unicamente las versiones cinematográficas de esta, y del Resplandor (entre otras cosas, porque no me he leído ninguno de los dos libros. La cuarentena cunde, pero no tanto), el cambio de tono entre ambas es muy notorio: la película de Kubrick era una historia de terror, no tanto por los tintes sobrenaturales sino por los efectos de la locura y el aislamiento en un período de tiempo muy breve. Esta, en cambio, es una historia de fantasía oscura en la que se explora el aspecto fantástico y el desarrollo de una mitología que no había estado presente previamente: la existencia de distintos Resplandores, como los llama el mentor del protagonista, de niños, de lugares o seres que se alimentan de esos poderes, y la continuidad de esa mitología en la figura de la protagonista infantil, y en la sugerencia de que puede haber cosas peores que las que se han visto narradas. Una mitología que en realidad, se ve aquí muy limitada, dado que en su contrapartida escrita, King la ha expandido a varios libros y narrativas, existiendo referencias cruzadas a series como La Torre Oscura, pero que en este caso se omiten, por su dificultad de integrarlas, y que en otros se ven limitadas por cuestiones de metraje, como el caso de los personajes antagonistas: estos, un grupo bastante amplio, se ve reducido en caracterización a dos o tres principales, convirtiéndose el resto en secundarios anónimos. Claro que, sería muy difícil dedicar todo el tiempo necesario a desarollarlos como puede hacer King (y muy bien) en cualquiera de sus libros.



Respecto a los protagonistas y sus contrapartidas, Mike Flanagan ha sido la mejor opción a la hora de elegir un director. Aunque más conocido por la serie de Hill House, la mayoría de sus películas vienen marcadas por un importante componente humano y el peso de los personajes y su carga dramática en la historia. Y que, haciendo muy buen trabajo con el personaje interpretado por Ewan MacGregor, o Kyliegh Curran como Abra, especialmente en lo tocante a la hora de presentar sus poderes a aquellos de su entorno que no quieren ser conscientes de ellos, se nota en el caso de los villanos. Aún con las limitaciones, es capaz de hacer en conjunto, un grupo creíble, en el que se intuyen sus propias dinámicas y relaciones y que, gracias a la presentación del miembro más joven de este, estos se caracterizan como seres que han elegido sus acciones como modo de supervivencia, uno claramente sádico y que los convierte en los villanos, pero no dentro de su forma de convivir. Que, por su caracterización de nómadas, y su manera de alimentarse un tanto vampírica, hace pensar en Los viajeros de la noche de Bigelow.



Aunque la historia no sea tanto la continuación de El Resplandor como de la vida adulta de su protagonista, es inevitable que muchos de sus elementos tenga su aparición. Ya en la primera parte de la trama, en forma de los fantasmas que han podido seguirlo, y con la presencia del hotel como escenario del desenlace. Este último, ya convertido también en una parte más de la mitología desarrollada en la película, aunque los lugares y personajes que aparecían en él, siguen presentes (y se agradece que la aparición de Jack Torrance sea mediante un actor y no por digitalización. Y si bien la naturaleza de los anteriores fantasmas aquí se ve modificada de acuerdo a la trama, resulta un poco chocante su presencia más o menos continua. Especialmente, el fantasma de la habitación, una de las imágenes icónicas de la película y que aquí acaba apareciendo tantas veces que su capacidad de provocar miedo acaba quedando un poco lejos: su primera visión en el resplandor me resultó ateradora, incluso más que las gemelas o la naturaleza del hotel embrujado. Después de tres o cuatro apariciones (más una estelar en Ready Player One) en distintas bañeras y recintos, solo podía pensar: ¿Otra vez tú?


Cinematográficamente, Doctor Sueño es una continuación directa de El Resplandor: han modificado el material original de forma que los hechos posteriores coincidieran con los cambios introducidos en la película anterior, pero su enfoque y contenido es muy distinto: no es ya una historia de terror y hoteles encantados (o en gran parte, de horror realista con su enfoque de la locura), sino una muy distinta de fantasía sobrenatural, muy bien filmada y que también muestra la evolución en cuanto a las adaptaciones de King al cine. Ahora, yo preferiría pasar ya una temporada sin ver al fantasma de la habitación 237 que yalo tengo algo aburrido.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario