Desde 2020 será el estado de ánimo habitual, pero el fin del mundo, o buscar una forma de acabar con este, ha estado presente en la literatura, como temor o ficción especulativa, sin mencionar las lecturas religiosas que esta pueda tener: si el concepto de estar de paso en la tierra es bastante desolador, también lo es que una entidad superior decida que es un buen momento para terminar el experimento.
P. M. Shiel. La nube púrpura. Una de las primeras novelas que en el siglo XX desarrolla el concepto de Last Man on Earth, sin ser nueva (Shelley llegó a tratarlo también) y que se convertiría en un subgénero, narra dos décadas en la vida de Adam Joffres, el último hombre vivo tras una erupción volcánica que provoca la salida de un gas venenoso que acaba con toda forma de vida animal sobre la tierra. Enloquecido por la situación, disponiendo de todo un planeta, comenzará un recorrido movido por la supervivencia, para atravesar la megalomanía y la obsesión por destruir todo lo que ha quedado de la humanidad, para, una vez autoproclamado Satrapa de la tierra, encontrar un ser humano que igual que el, ha podido sobrevivir por puro azar.
Pese a su planteamiento cercano a la ciencia ficción, donde establece el motivo del fin del mundo en un fenómeno geológico y un gas con convenientes propiedades embalsamadoras, la novela tienen un enfoque fantástico y u marcado por lo religioso: el testimonio de Adam no es una narración e primera mano si no los ecos percibidos y transcritos por una médium, y l estructura está muy marcada por la escatología. Adam se salva siendo el único superviviente de una expedición al ártico, a la que consigue acudir sustituyendo a uno de los integrantes al que envenena. Un pecado que supone su salvación pero también quedar condenado a la soledad y la locura. Este en ningún momento muestra estoicismo, sino que se sucederá una descripción de exceso sonde dedicará años a construirse un templo a si mismo, abandonarlo para comenzar una carrera incendiaria por toda Europa y terminará convertido en sultán donde describe la estética y cultura oriental como la civilización decadente, pero fascinante, frente al futuro científico que prometía occidente. Una narración que se recrea en una prosa llena de descripciones y sin prisa por avanzar en la trama. Después de todo, ¿ a donde va a ir el último hombre?
Una situación que no mejora al encontrar a otra superviviente, una adolescente que ha crecido salvaje y aislada, y con la que desarrolla una relación brutal de maltrato y superioridad, haciendo que su personaje principal, pese a la compasión que podía mover el destino que ha encontrado, sea bastante irredimible y donde se atisben un poco las obsesiones que también atormentaban a Shiel (quien tuvo sus acusaciones de pederastia). No queda mucha redención para un protagonista a través del cual se va describiendo de una forma extrañamente lírica ese planeta silencioso en el que pese a todo, , este llega a encontrar cierta paz espiritual. Y que constituye todo un paseo por el fin del mundo que demuestra que el final más desolador no es un recurso reciente.
Graham Masterton. Black Angel (Master of Lies). Aunque en España no se le ha publicado mucho, salvando la conocida Manitu y alguna antología o apariciones en selecciones de relatos, Masterton tiene una carrera bastante amplia como escritor de terror…y uno bastante bestia: no es precisamente un cultivador de la sutileza, sino de lo más gráfico y especializado en buscar el shock. En esta novela, bastante corta, , donde una serie de violentos asesinatos conducen al detective protagonista a descubrir un plan para invocar a Abadon, el señor de las mentiras. Y que no escatima lo aspectos más escabrosos donde se describen asesinatos, mutilaciones, y una extraña mezcla entre satanismo, espiritismo, ectoplasma (tal cual) y revelaciones familiares que aparecen en las últimas veinte páginas.
El libro es del 91 y se nota que los thrillers iban ganando terreno en la literatura de consumo, porque la estructura es la típica: asesino en serie a la fuga, detective y su vida familiar, aunque esta acaba derivando a hacia lo sobrenatural. El resultado, queriendo ser un género distinto pero manteniendo el terror propio de su autor, es muy desigual y roza en muchos casos la comedia involuntaria. Al Satán de San Francisco, apodo dado al asesino en serie, se le suma una sucesión de sesiones espiritistas donde se va explicando un trasfondo que parece improvisado y el villano, , Mandrax el satanista (si tu apodo suena a pereza en catalán, lo mismo mucho miedo no puedes dar, no), cuente como familiar con un loro, hace que todo oscile peligrosamente hacia el absurdo.
Pese a lo breve, la sensación general es entre lo atropellado y el descalabro, a lo que pone la guinda un exorcismo final consistente en…marear al Señor de las mentiras hasta que este, exasperado, diga una verdad y se desintegre. Un resultado que no puede considerarse una de las mejores novelas de Masterton ni una buena en general, pero si una de las más locas que he leído en lo que va de año.
La nube púrpura es una novela que por argumento pensé que me iba a gustar mucho y luego no fue tan así. Creo que en parte es debido al tono humorístico. Por ejemplo, estoy leyendo ahora Chocky, y si te acercas a esta novela esperando la típica historia de abducciones y extraterrestres, te vas a llevar un chasco. Con La nube púrpura me han traicionado las expectativas xD. Esperaba algo más en la línea de Shelley y está más cerca de Los viajes de Gulliver que de una novela apocalíptica. Y qué mal me cae el protagonista xD. Aunque cada vez que me llega la factura de la luz también me dan unas ganas irrefrenables de empezar a quemar cosas e incendiar el mundo.
ResponderEliminarA Graham Masterton y su Black Angel no los conozco, pero acabo de ver la novela a £2 y a lo mejor me animo. Aunque no sea buena, si es una historia tan loca como cuentas, a mí me vale. No hay nada mejor para distraerse cuando viajas que una novela de estas. Por argumento también podría ser el de un videojuego de Hideo Kojima para la Play 1 xD.
De historias locas el último que recuerdo haber leído es Minotauro, de Farris. Un giallo italiano hecho novela. La historia es loquísima. Y que engancha de la primera a la última página.
El protagonista de La nube púrpura dan ganas de citar a Adèle Blanc-Sec: a ver si nos extinguimos de una vez y las cucarachas pueden vivir en paz XD.
ResponderEliminarEl tono me sorprendió por el enfoque espiritual (la narración captada por una medium en el eter), religioso (el pecado cometido por el protagonista lo condena a ser el último ser vivo sobre la tierra) y que este no cuente con ninguna atadura moral, sintiéndose libre de construir destruir a su antojo.
Por 2 libras Black Angel no es una mala compra (tres euros en un reread costó el que leí), y salvo por las descripciones muy gráficas habituales del autor, el resto de la trama es una locura, difícil de tomársela en serio, pero me acabé divirtiendo. Si algún día escribo una novela de ese estilo, no sé si hacer lo mismo y apodar al villano El Belphegor de Bilbao o El Shinigami de Sabadell XD.
Minotauro de Farris lo leí hace un montón de tiempo, cuando los libritos de Vidorama circulaban por Continente. La verdad es que cuando estos autores de terror les daba por acercarse al thriller que empezaba a ser más popular, el resultado es curiosísimo.