El prólogo en la edición de Gigamesh menciona su similiaridad con las novelas de aventuras caballerescas, un estilo que consigue dominar para esta trilogía haciendo que más que una obra continuada, sea similar a la narrada en un ciclo, con todo lo que lo caracteriza. Hay una fuerte presencia del azar, haciendo que muchos personajes entren y salgan sin que su motivación sea resuelta ni afecte a la trama principal. Estos solo so una parte más del viaje de los protagonistas, que tiene mucho de iniciático, hasta el punto de incluir referencias al Grial en Madouc, el último libro de la serie. Y el enfoque de lo fantástico se basa en una concepción de la magia como algo incomprensible, cuyos hechiceros son conscientes de su condición sobrehumana y su forma de comportarse, muy similar a la de dioses menores. Y sobre todo, la presencia del mundo féerico, que tiene una gran importancia y constituye una de las partes más extensas de las aventuras de los personajes. Casi podría considerarse una novela de hadas más que de fantasía épica, al describir con detalle las reuniones, su comportamiento y su particular forma de ver el mundo y de relacionarse con los mortales.
Al tomar como referencia principal este tipo de novelas, supone que la serie flaquee en cuanto a continuidad de los hilos de cada personaje. Durante muchas páginas se pierde la pista a unos para pasar a hablar de otros durante varios capítulos. Y la caracterización de estos no es la más profunda, siendo una sucesión de príncipes muy valientes, doncellas muy hermosas y forajidos muy malos, haciendo que las historias de algunos de ellos resulten aburridos: avanzar a través de los primeros años de Suldrun resulta pausado y tedioso, y salvo servir como desencadenante de lo que moverá al resto de personajes durante los años posteriores, su carácter y actuaciones no son precisamente memorables, haciendo que el comienzo resulte muy estático. Y que por comparación, el antagonista tenga muchos más matices: Casmir no es un villano. Al menos no más que el resto de nobles y reyes de las islas, y su maldad proviene de una rencilla personal y la venganza que deberá asumir. Sus otras acciones tienen una ambición puramente política y es fácil imaginar cómo hubieran sido las simpatías del lector si Vance hubiera decidido narrar las vicisitudes de Casmir a la hora de unificar las islas, y no la tragedia de Aillas y Suldrun. Es a partir de Madouc donde parece querer corregir esto y desarrolla con su protagonista y un personaje con más profundidad, que se aleja de las limitaciones de los presentados anteriormente y donde aprovecha todo lo descrito acerca de las hadas para caracterizar a una protagonista con mucha rebeldía y un particular sentido de la lógica, en el que está presente su naturaleza no del todo humana. Aunque este último sea el que adolezca de una mayor prisa a la hora de atar todos los cabos sueltos que fueron apareciendo previamente, llegando a tirar de soluciones que parecen sacadas de la manga en el último momento.
Entre las estanterías de la sección de género en aquella época en la que los mundos fantásticos parecían idénticos entre sí, la Trilogía de Lyonesse, con sus aciertos y fallos supuso un enfoque distinto donde la fantasía, a veces y lógica y un tanto arbitraria, le ganaba terreno a la épica y la descripción de grandes batallas.
No conocía al autor ni la saga. Me llama la atención lo del mundo feérico y lo que escribes me recuerda, salvando las distancias, a la saga Sajones, vikingos y normandos de Bernard Cornwell, más ubicada dentro de la novela histórica que de la fantasía, pero que también da rienda suelta al mundo pagano celta en contraposición al cristianismo. Y con el rollito artúrico siempre presente.
ResponderEliminarQuizás le dé una oportunidad al primer libro, a ver qué tal. Es verdad que se agradecen aproximaciones a la fantasía distintas de Tolkien y cía., y no estoy muy puesto en el tema.
Mencionar Galicia siempre da puntos xD.
Bueno, el primero es el más difícil porque tarda en arrancar hacia la mitad, dedicando mucho tiempo a la resistencia pasiva de la titular xD.
ResponderEliminarEl conjunto es interesante por alejarse mucho del modelo Tolkien, aunque eso implica que los personajes no tengan el desarrollo y reacciones que pudiéramos esperar. Lo mejor, sin duda, son las descripciones de las hadas y los mundos por los que se mueven.
¡Hola! ¿Cómo estás? Espero que todo vaya bien. Casi no me paso por los blogs (ni por ningún sitio) ya, cuando me apetece dejo mi tocho en el mío y adiós. Estoy muy desconectada.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención esta saga, nunca he leído nada del género con ambientación en territorios tan cercanos y conocidos.Quizá en algún momento le eche un vistazo.
¡Saludos!
Como saga para alejarse de Tolkien es una buena opción, aunque a veces recurre un poco al truco de "la novela de caballerías las cosas pasan porque si " para solucionar líneas argumentales.
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