Quizá sea cosa de la nostalgia que se ha enquistado desde hace años, pero a veces parece que sería posible pasar todo el tiempo viendo cine de los ochenta y encontrando algo nuevo. O mas bien, que había quedado olvidado como "una de esas películas que ví en la tele hace mucho". Además de eso, muchas son todo un ejemplo de inventarse un título creativo de forma que este sea mucho más recordado que el original. En el caso de esta comedia, que en la que haya un muerto de por medio, de negra tiene muy poco, recurre a resumir directamente lo que le pasa a sus protagonistas durante un fin de semana.
El cambio desde Weekend at Bernie´s original, que hacía referencia al accidentado fin de semana de sus protagonistas, se convirtió en un adelanto de de lo que les pasaría a Larry y Richard, los empleados d euna compañía de seguros, cuando su jefe el señor Lomax los invita a pasar un fin de semana en su casa de la palay como recompensa por descubrir un importante agujero en las cuentas de la compañía. Esperando unas merecidas vacaciones, y con que una invitación personal sea la señal de un ascenso, no se dan cuenta de las verdaderas intenciones de su jefe: la casa de la playa es el escenario perfecto para que sus contactos de la mafia se encarguen de los descubridores de un desfalco del que él es el responsable. Aunque Lomax se ha hecho más enemigos de los que sospechaba, y al llegada de Larry y Richard supondrá encontrarse con su cadáver, despachado por un asesino a sueldo que todavía se encuentra por los alrededores...y con un montón de gente con tantas ganas de fiesta que no se han dado cuenta que su anfitrión ha pasado a mejor vida.
Lo más recordado hoy es haber conseguido organizar más de una hora a base de gags con un cuerpo inerte y todo tipo de enredos y esto supone. Salvo el factor macabro y tener que saltarse un poco la leyes de la biología (en un sitio con calor y humedad, a las 24 horas los protagonistas no estarán muy comodos al lado de los restos mortales de su jefe), el humor era muy básico: malentendidos, picaresca, dobles sentidos muy simples, y sobre todo, mucha gestualidad. la mayor parte del trabajo le corresponde a Terry Kiser, que en su papel de finado acaba teniendo que ejecutar todo tipo de posiciones desmañadas y mantener una expresión completamente satisfecha. Y, aunque la actuación más recordada sea la de quien tiene que permanecer más tiempo inmóvil, también destaca la de Don Calfa como asesino a sueldo, un tanto breve pero da un repaso a varios tópicos sobre sicarios, disfraces y asesinatos por encargo. Además de aportar uno de los dos mejores gags sobre equivocaciones de toda la trama: una versión cómica de la víctima que persigue a su asesino.
Si como comedia, salvo su reclamo principal, se queda dentro de los estándares de enredo, desenlace optimista e incluso trama romántica donde uno de los protagonistas consigue a la chica, uno de los aspectos más divertidos es el adquirido con el paso del tiempo: esta muestra muchos aspectos de la mentalidad de los ochenta. el Nueva York de derribo, la mentalidad yuppie, cierta crítica, muy poca, a la falsedad de la cultura del esfuerzo, donde la recompensa por las horas extra es un intento de asesinato, la visión idealizada de la vida de los privilegiados...y también más de un chiste que sin duda hoy no pasaría el corte a base de meter con calzador estereotipos negativos. Y donde, incluso más que todos los gags sobre muertos inquietos, resulta mucho más rescatable la secuencia donde los asistentes a una fiesta conversan y bromean con un cadáver sin ser conscientes de ello. Una situación donde la comicidad da paso a una lectura más seria.
De Este muerto está muy vivo, además de su gag principal, se recuerda un título que se acabaría convirtiendo en frase recurrente para cualquier situación donde algo no termina de quedarse quieto, siendo una comedia más de la década que muchos recordaremos haber visto. Aunque lo cierto es que más allá de sus gags mortuorios, cuenta con otras situaciones igualmente hilarantes e incluso con alguna que es fácil reconocer actualmente.
Desde luego la película tiene el poder de evocar la nostalgia, porque como bien dices, es una de esas pelis que vi en los noventa en la tele, cuando prácticamente nos tragábamos lo que echaran, desde 'Cariño, he encogido a los niños' a 'Este chico es un demonio'. Me quiere sonar que la emitieron en Telecinco, pero a saber... Una peli que me recuerda a esta y que revisité hace unos meses fue la de '¿Qué pasa con Bob?', con Bill Murray haciendo de Bill Murray xD. Pensé que igual había envejecido mal y que mi recuerdo era eso, un recuerdo de infancia, pero me gustó. Así que le daré una oportunidad a 'Este muerto está muy vivo'. Conque me entretenga un rato, es suficiente.
ResponderEliminarSolo por recordarla en alguna emisión de tarde en la tele (hubo una época en la que se echaban películas en lugar de telefilmes alemanes y sharknados xD) ya provoca algo de nostalgia, igual que pasa con No matarás...al vecino y otras de la década. Aunque la creatividad a la hora de traducir los títulos también faba para un estudio.
ResponderEliminarTodavía la pasan por televisión de vez en cuando. Qué recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz resto de semana.