lunes, 9 de diciembre de 2013
Las increíbles aventuras de H. P. Lovecraft IV. H. P. L. en el cine
La figura de Lovecraft no ha sido muy habitual en el cine. Y al igual que la mayoría de sus relatos, se ha limitado a producciones muy pequeñas y series B que, en el mejor de los casos eran modestas y bastante simpáticas, y en el peor, malas con avaricia.
Necronomicon (1993). Dirigida por Brian Yuzna, esta película adapta tres historias basadas en los Mitos de Cthulhu: Drowned, The Cold y Whispers. Las dos últimas corresponden a los relatos Aire Frío y El susurrador en la oscuridad (esta última, de una forma muy libre), y la primera, es una invención en la que remezclan el tema de los muertos que regresan con la aparición de Cthulhu…que teniendo en cuenta el presupuesto de la película, va a ser un primigenio muy pequeño y muy de goma. En realidad esto es la norma general de la producción, que no hace gran cosa con los fondos de los que dispone: la manera de filmar es bastante desganada, tiene muchos de los defectos típicos de las series B que se rodaron en los 90 y los directores, más que ofrecer su visión de los Mitos, parecía que no tenían muy claro lo que estaban haciendo.
La mayor particularidad de Necronomicón es su estructura por episodios, en los que cada relato es una pieza introducida por el hilo conductor. En este caso, la llegada de H. P. Lovecraft a una biblioteca donde lee dichas historias del Necronomicón. Esta línea también tiene su propio desenlace, de ahí que la incluya como una película (relativamente) protagonizada por el escritor. Pero esta es igual de cutre que el resto: Jeffrey Combs es un actor bastante divertido, y apareció en muchas de las versiones que se hicieron en los 80 de Los mitos de Cthulhu. Pero su caracterización como Lovecraft vestido de Indiana Jones, leyendo historietas de un Necronomicon novelado, es bastante cutre. Para eso, me quedo con la explicación al libro que da Jesús Cañadas, bastante más original y coherente.
La herencia Valdemar II. La sombra prohibida (2010). Un proyecto bastante ambicioso en el cine español que les salió mal…aunque no todo lo mal que se empeñan muchos. De entrada, se rodó sin subvenciones, algo que en España es algo muy raro. Y además, contaba con un presupuesto bastante holgado para contar lo que quisieran acerca de Cthulhu. Y con esto ya debe ser lo más raro que han hecho en este país en un par de décadas. Por desgracia, la película tuvo bastantes críticas, y mirándola objetivamente, no era lo que prometía: el argumento es bastante caótico, y más que una historia sólida, acaba dando la impresión de haber adaptado el argumento de una partida de la Llamada de Cthulhu pensando que a los espectadores les iba a gustar tanto como sus jugadores: personajes por todas partes, gente que desaparece, señores misteriosos que encargan misiones todavía más misteriosas, un montón de pistas falsas o indicios que no se usan para la trama, sectarios, y unos cuantos cameos de personajes históricos, desde Aleister Crowley hasta Lizzie Borden, pasando por H. P. Lovecraft. En bici. Y si esto último suena extraño, todavía lo es más ver a Crowley hablando castellano. No sé a qué escuela de idiomas habría ido el personaje pero lo domina mejor que muchos que nacimos en él.
La aparición de H. P. L. en este caso, es muy breve, limitándose a uno de esos cameos en los que practicamente tiene que aparecer todo el personal conocido en los años veinte. Pero aún con lo breve, está muy bien interpretado: la figura espigada de Luis Zahera, hablando castellano con un marcado acento estadounidense, y previniendo a los malvados de lo que sucederá si continúan con sus invocaciones, es lo bastante memorable como para haber preferido para él un papel más extenso y no solo un par de minutos.
Tres años después de su estreno, las críticas con ella me siguen pareciendo bastante injustas. Será porque una filmación de género fantástico sin contar con el dinero oficial tiene mis simpatías, o porque directamente, me divertí con ella, que de eso era de lo que se trataba. O porque he visto películas mucho peores que, quizá por no haber despertado tantas esperanzas, no se cebaban con ella. Lo que sí comunicaba La herencia Valdemar era mucha ilusión por lo que querían contar, e incluso un cameo del difunto Paul Naschy. Los comienzos son difíciles, y no hubiera estado mal que esta película diera lugar a una tercera, de la misma temática o no, en la que se pulieran sus defectos.
Hay otras películas que no cuentan con Lovecraft como personaje, pero sí como alguien real dentro del argumento y al que hacen referencia de distintos modos. La más extraña, y cómica, es The Last Lovecraft. Es una de esas comedias que van por el lado friki, en la que lo más desconcertante, además de la aparición de un montón de híbridos de hombre y pez, es su protagonista: nada menos que el último descendiente de H. P. Lovecraft. Algo que, teniendo en cuenta su divorcio con Sonia Greene, es bastante desconcertante. La parte cómica no es especialmente brillante, aunque sí es interesante por lo marciano del argumento, y especialmente por la buena caracterización de los monstruos que aparecen en ella. Incluido un sectario de Cthulhu con tentáculos y bermudas.
Aunque quizá la adapción más rara que he podido encontrar ha sido Providence, de Alain Resnais. Se supone que es una versión muy libre del universo de H. P. Lovecraft, y que su protagonista también sería un trasunto de este…igual de libre y de poco parecido al original. Solo puedo asegurar que es interesante como muestra de buen cine, y eso, de una forma muy relativa. A día de hoy todavía estoy intentando entender qué era lo que querían contarme en ese guión.
La Herencia Valdemar no me gustó, esperaba algo más elaborado.
ResponderEliminarMenuda entrada...
ResponderEliminarE insisto: me gustan los mininos ^^
Completito el dossier sobre Lovecraft y sus pastiches! No he leído esos comics, aunque me gustan mucho algunos de esos autores (Breccia, por ejemplo). Y de las pelis, vi hace un par de años "La herencia Valdemar" que, con sus limitaciones (el reparto...), me pareció muy agradable. Luego no he visto la segunda parte, sobre todo porque se me ha olvidado el argumento de la primera, y tendría que ver las dos seguidas. Tal vez estas Navidades, si recaigo en los brazos del Abuelo...
ResponderEliminarSatrian: el argumento flojea mucho, pero no me pareció que se mereciera semejante palo de crítica.
ResponderEliminarMFAL: ya te digo...tres semanas escribiendo sobre el mismo tío. No me había pegado tan fuerte desde que lo empecé a leer en su día. Y gatos, como lema del blog, uno por entrada XD
José Miguel García de Fórmica-Corsi: mañana termino el repaso, y seguro que alguna cosa se me habrá quedado por ahí.
La herencia Valdemar, en el fondo, es muy disfrutable, y la segunda parte, aunque solo sea por ver el cuasi cameo de Luis Zahera.