jueves, 3 de octubre de 2013

Kick Ass 2 (2013). El superhéroe que recibía palos


El gatico con una bolsa sigue siendo más digno que muchos de los personajes de Kick Ass

El tema de los superhéroes siempre lo veo de una forma muy particular: no le pido ni la menor carga dramática. Será que prefiero la parte divertida de unos tipos con traje raro que van por ahí volando o haciendo heroicidades, y antes me quedo con las versiones que se han hecho de Thor o Los Vengadores que con X Men (menos las de Batman. A Batman le aguanto el tono serio). En cambio, Kick Ass, basada también en un comic de Mark Millar en este caso, los superhéroes eran enfocados de una forma mucho más cruda y cercana al concepto de “vigilante”, y sobre todo, con bastante humor negro. Esta presentaba a Dave, un chaval un tanto pringado que no se decide entre ser un superhéroe como el de los comics o ligar con la chica que le gusta. Pero lo de ser un héroe no consiste solo en ir por ahí con un traje de neopreno intentando que los delincuentes no se partan de risa (o su espinazo), porque un expolicía también se ha tomado en serio lo de ser un héroe y junto a su hija pequeña, combaten el crimen a su manera. Una manera que, aunque efectiva, sigue resultando absurda, ilegal y más propia de acabar convirtiéndose en un vídeo viral de youtube.



En Kick Ass 2 han pasado unos años desde que este equipo acabara con el jefe de la mafia de la ciudad, aún a costa de perder a Big Daddy, el padre de Hit Girl. Esta ha empezado en el instituto, aunque empieza a dividirse entre ser una chica normal o seguir con su doble identidad. David quiere volver a enfundarse el traje de Kick Ass, y aún sin Hit Girl, encuentra a un grupo de vigilantes que se hacen llamar Justice Forever y lo mismo hacen trabajos comunitarios que detienen a criminales de tres al cuarto. Todo superhéroe necesita un supervillano, y Chris D´Amico, tras la muerte de su padre, decide convertirse en uno, con el poco elegante nombre de The Motherfucker. Este es tan patoso como Kick Ass y los miembros de Justice Forever, pero cuenta con todo el dinero necesario como para contratar a los peores sicarios posibles, disfrazarlos, y tener su propia banda de supervillanos. A ellos se la trae al fresco, que la pela es la pela…


Si Kick Ass equivalía al origen de un superhéroe, por cutre y patético que este fuera, la segunda parte incluye los otros temas típicos: la aparición y desarrollo del villano, la pérdida de los seres queridos o las dudas sobre la condición de héroe. Estas, al menos, en el caso de Hit Girl, un personaje que ha sido entrenado toda su vida para actuar como tal. Porque lo que es Kick Ass sigue siendo un personaje bastante abúlico y que no tiene muy claro lo que quiere: en menos de quince minutos su novia, por quien estuvo piando toda la primera película, lo despacha (¡vaya forma de sacar de la pantalla a Lindsey Fonseca!) y este se olvida del asunto por completo a favor del personaje de Night Bitch y el grupo de vigilantes. Esta vez el protagonista parece un poco más definido, pero es chocante cómo se deshacen por completo de una trama que en la primera parte fue bastante importante. En una historia de superhéroes tampoco faltan los problemas de instituto, y con el personaje de Hit Girl los enfocan de una forma que recuerda bastante a las típicas comedias de adolescentes y de animadoras zorripainas. Claro que el humor negro tampoco falta y la trama se cierra de una forma bastante drástica, que incluye entre otras cosas, un arma que provoca gastroenteritis agudas en pleno comedor del instituto.



Pero la intención del guión se nota con la aparición de los integrantes de Justice Forever, retratados de una forma a cada cual más patética: un matrimonio de mediana edad, una chica disfrazada e incluso un amigo de Kick Ass, liderados por un exdelincuente que se hace llamar Coronel Barras y Estrellas. A pesar de lo ridículo, también aparecen retratados con cierta simpatía, al contrario que los contratados por el supervillano, que pese a la idéntica ridiculez de sus apodos y trajes, son realmente peligrosos, tanto para los protagonistas como para la policía. El tema de la notoriedad era bastante importante en la primera parte, aunque en esta aparece algo menos y en muchos casos, tratada con intención más cómica, especialmente en el caso de los cabreos del villano por no haber atracado una licorería con videovigilancia ¿cómo va a hacerse famoso si nadie lo ve?


Vergüenza ajena: definición gráfica

Además este es uno de los personajes más divertidos. Si en Kick Ass aparecía más bien poco, y todavía como el superhéroe Red Mist, aquí aparece desatado: tanto su traje de sadomaso reconvertido a atuendo de supervillano, su falta de prejuicios a la hora de poner apodos políticamente incorrectos a sus sicarios, y sobre todo, el haber desarrollado al personaje como un niño malcriado y con demasiado dinero son lo más divertido de la película. Aunque el nivel del resto también está muy alto: si no fuera por él, Chloe Moretz y su Hit Girl serían el centro de atención, aunque Jim Carrey interpretando al coronel Barras y Estrellas también deja buen sabor de boca: fue un cómico bastante sobrevalorado en los noventa, pero cuando le da por parar con las muecas y los botes, da el pego a la hora de interpretar personajes extraños.
Con más humor negro que la anterior, y un tanto más violenta, Kick Ass 2 es una buena secuela, y con la que gracias a una escena al final de los créditos, también abre una puerta a una posible tercera parte…Solo espero que le den la misma oportunidad que a la primera. Eso sí, el malvado Tumor se parecía un montón a Cálico Electrónico...

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