jueves, 30 de diciembre de 2010

Krabat y el Molino del Diablo (2009). Ni es, ni fue ni será un Harry Potter alemán




Gatico-mago. Puede saltar, convertirse en bolita, y hacer un ruidito muy simpático

De Krabat y el Molino del diablo sabía dos cosas: una, que era, posiblemente, la primera película no-gafapasta de Daniel Bruhl. Y dos, que estaba basada en un libro infantil de Otfried Preussler bastante conocido en Alemania. Libro que pude leer hace un montón de años, y del que recuerdo que me había parecido muy extraño: me daba la impresión de tratarse de una historia un tanto oscura, lo que no se llegaba a percibir de forma obvia porque el autor había optado por un estilo de narración muy de cuento, sin profundizar en lo que se le pasaba por la cabeza a los personajes, más allá de lo que veía el protagonista. Y con ambas cosas descubrí otra muy importante: que la literatura infantil alemana es posiblemente la más complicadilla que se haya escrito. Y ahí están, de paso, los libros de Michael Ende y Corazón de Tinta para demostrarlo.


Portada de la edición en Círculo de Lectores. La de libros que sacaron en los noventa...

Krabat y el molino del diablo está ambientada en la Alemania del siglo XV, aproximadamente, y cuenta la historia de un huérfano que, tras refugiarse en un molino, descubre que el propietario es un hechicero, y sus trabajadores, sus discípulos. Durante el tiempo que transcurre como aprendiz, descubrirá que el molino y su propietario son más peligrosos de lo que él pensaba y acabará por hacerle frente.


Con esos cuervos de fondo, parece el cartel de Guardianes de la noche

Aunque en los años setenta hubo una adapción en dibujos (checoslovacos) del libro, en 2008 tuvo su versión en cine, no sabemos si gracias a los avances de la infografía, o porque a estas alturas el público estaba mucho más interesado en ver películas con magos. Si es por esto último, es probable que estén un poco confundidos, porque Krabat está mucho más cerca del cuento popular (y siniestro) que de las aventuras con varitas y pociones. En España, gran parte de la promoción de la película se hizo mencionando a Daniel Bruhl, el actor más conocido que aparecía en ella, cosa curiosa teniendo en cuenta que su papel es secundario y aparece relativamente poco. Este chico podría haber sido un buen Krabat, pero por mucho que se de a joven, el tiempo pasa y ya no estaba para interpretar a un niño de doce años. Bueno, tal vez en alguna serie española podría ser, pero se supone que en Europa son algo más serios.



La versión en cine adapta muy bien el libro de Preussler, lo que no es muy difícil por lo simple de la narración. Debido a esto, tiende a completar bastante el carácter de muchos personajes e incluso del Maestro del molino, además de incluir bastantes referencias a la guerra de la época. Sin duda lo mejor es la ambientación: una edad media genuina, de inviernos crudos, de bandas de soldados atacando aldeas minúsculas, en la que la magia es algo extraño y opuesto a la religión, y especialmente, de personajes muy marcados por estas circunstancias: todo el reparto aparece sucio, con ropas gastadas, y lo más sorprendente en una película, con malas dentaduras. De hecho, los chavales del molino están todos hechos unos ecce homos, entre bizcos, tiñosos, algún desdentado y uno no muy listo. No es algo que me esperara en una producción con intención de recaudar en taquilla, y especialmente, para todos los públicos. Pero hay que reconocerle que es muy adecuada y le aporta mucha más credibilidad al cuento.



Arriba, parias de la tierra

Entre la ambientación, y sus dos horas, está claro que, fuera cual fuera el motivo por el que la filmaron, este Krabat está mucho más dirigido a los adultos que leyeron el libro hace años, y que ahora aprecian mucho más los matices de una historia de magia negra (que por cierto, está basada en una leyenda popular),y me parece también muy disfrutable por cualquier aficionado al fantástico. En cuanto al libro, recomendable para cualquier crío con interés por la lectura. Y si alguien más mayor todavía no lo conoce, también.

martes, 28 de diciembre de 2010

Hala, han llegado las fiestas, y yo estaba toda tranquila viendo la tele



Mientras la gente se estresa, los gatos siguen a lo suyo y disfrutan del sofá.

Esta vez me ha costado un poco retomar el blog después de las fiestas. Un período de tiempo consistente en comer y ver cómo la gente hace cábalas para comprar números de lotería es bastante divertido, pero también agotador...aunque sí he podido ver más de una de película el sábado, que, sorprendentemente, ha tenido muy buena oferta. En todo caso, este es un resumen de lo sucedido los últimos días:



Tú también puedes evitarlo. Di no al colesterol

A tope sin turrones. No me gustan especialmente el dulce navideño por excelencia. Yo soy más de huesos de santo, y aunque algunas cosillas, como los mazapanes, o algunos que tienen relleo dentro del mazapán, tienen su gracia, el postre por excelencia no me atrae, por muy de pastelería que sea. Este año opté por saltarme la norma y traerme a casa una tarta sacher, cuya cantidad de chocolate sí era de mi agrado y despaché en un par de días.



¿Dónde están los especiales? En la tele, también ha sido una rareza. No es que estuviera muy atenta a lo que echaran en las cadenas, pero no llegué a ver la cantidad de películas navideñas de otras veces, ni especiales, ni ninguna de esas pasteladas que acostumbraban a emitir en la fecha. Es más, algunas cadenas generalistas se han portado bastante bien, y, para mi sorpresa, he podido disfrutar de películas de animación bastante buenas, sin excesivos cortes, e incluso alguna que no había visto. En este caso, ha sido Robots, una de animación digital de las que no ha sufrido secuela y se queda en una historia bastante entretenida, en la que la principal gracia es ver un mundo poblado por robotitos, y por el equivalente metálico a cosas como pájaros, perros o..una señora con el pandero muy grande. Algunos chistes no fallan nunca.




Y los regalos...La navidad es una fecha de familia, de paz..y todo lo que quieran, pero creo que cualquier cosa es susceptible de mejorar si incluye algo envuelto en papelitos de colores, aunque sea un paquete de calcenites. Y por mi parte, estoy la mar de contenta con un pedazo tomo de las aventuras de Adèle Blanc-Sec, el primero de Scott Pilgrim, y un calendario de Mortadelo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cazadores de sombras. El entretenimiento vergonzoso de la semana.



Por una vez, deberíamos hacerle caso al gatico.

Hay una parte dentro de la literatura juvenil que suele tener mucho peligro: desde que apareció Crepúsculo, esto del romance paranormal empezó a convertirse la norma en cualquier libro que incluyera vampiros, hombres lobo y zomb..no, bueno, estos últimos, por suerte, no. Al finalizar la saga del vampiro más repunante de toda la historia, y visto su éxito, las editoriales se dedicaron a la caza y captura de cualquier novela juvenil que tuviera un mínimo parecido con el éxito del año. De este modo, se llegaron a recuperar cosas bastante antiguas, como el Vampire diaries de L. J. Smith, muy del estilo, y visto el interés por lo fantástico y los dramas adolescentes, se publicó una serie llamada Cazadores de Sombras.

Los libros en cuestión son una trilogía, como debe ser en estos casos, en los que se cuentan las aventuras de un grupo de gente con sangre angélica (los nephilim) que protegen el mundo de los demonios. Y, aunque los humanos corrientes no pueden verlos, también hay todo un catálogo de seres fantásticos con los que mantienen una tregua. La protagonista descubre que desciende de uno de estos cazadores, y que para variar, debe encontrar a sus padres.



El argumento es como el algodón: no engaña. Y esto es una de las cosas más topicazas que he visto en los últimos tiempos: el argumento está sacado un poco de Buffy y de varios cientos de novelas fantásticas anteriores. También hay un Instituto, Organización o lo que sea, que dispone de alojamiento y tecnología rara para liquidar demonios. Y una patria para los cazadores que está oculta al público. En resumen, lo que se ha leído ya en Harry Potter o cualquier novela de fantasía urbana, con mayor o menor fortuna, pero adaptado para chavales de quince años.

Lo peor en este caso es el componente adolescente, algo que hace que el libro me parezca muy poco exportable a públicos un poco más talluditos: las neuras y problemas son los típicos de este tipo de lectura: la protagonista es una chica monísima no consciente de su belleza. Por otro lado, tiene un amigo pagafantas (personajes odiosos donde los haya ¿cómo se puede tener simpatía por alguien con esa afición por arrastrarse?), perdidamente enamorado de ella, del que pasa ampliamente en favor de fijarse en todo chico misterioso que se manifieste ante sus narices. Está también la chica de buena familia, fría y altiva, pero de buen corazón en el fondo. Tampoco podía faltar el Han Solo de la historia, el jovencito cínico, un poco irritable, pero con un terrible pasado a sus espaldas. Y por supuesto, dramas familiares: grandes revelaciones del estilo "Yo soy tu padre", hermanos perdidos, madres desaparecidas...Lo mismo que salió antes en cualquier novela fantástica.



A un lado, fan art de la protagonista. A otro, la autora

Dentro de este catálogo de topicazos, ha sido especialmente divertido descubrir el elemento compensatorio en el personaje protagonista: una chavalita pelirroja, que durante todo el libro se la describe como "menuda", "mona", y se hace hincapié a menudo en su figura un tanto esbelta, llegando a mencionarse varias veces "sus delgadas piernas". Sin embargo, también indica más de una vez que la nena come como una lima. El que sea una forma de cubrirse las espaldas ante las asociaciones de padres preocupados, o también forme parte de ese tipo de personajes idealizados, queda en el misterio.

No todo es malo..o, bueno, sí lo es, pero hay que tener en cuenta que no se puede pedir peras al olmo. Y si se tiene en cuenta el tipo de narrativa que es, tampoco resulta de las peores: como principal ventaja, no es Crepúsculo ni se le parece. Y mientras que la novelita de vampiros por excelencia consistía en una protagonista llorona, porque Edward la dejaba día si y día tambien para protegerla (ejem), esta es más bien una serie de corte fantástico, en el que coge un montón de elementos conocidos para contar una historia mil veces leída, pero que no incordia si uno no se pone muy exigente. Porque como se ponga, este Cazadores de sombra no se salvaría de la quema ni por asomo, ya que la autora viene del mundo de los fanfiction (en concreto, creo que es autora de una trilogía sobre Draco Malfoy. Muérete de envidia, Proust), y aunque se ha pulido lo suficiente como para hacer una novela juvenil al uso, todavía conserva muchos de los defectos de las historias escritas por fans. Así, contamos con esa protagonista que se le parece un poco-mucho, y una insistente aparición de personajes gays y temilla hermano/hermana, todavía no confirmado.
A título personal, no me resultó un suplicio de libro ni nada por el estilo, en parte porque lo cogí con una completa falta de exigencias, y sobre todo, porque reconozco que en una novela en la que aparece un gato llamado "Presidente Miau", no seré todo lo dura que debería (aunque su propietario sea un calco de David Bowie).

¿Que se puede hacer con Cazadores de sombras? Desde luego, es una buena opción para regalar a una adolescente cuando hay que convencerla para que empiece a leer un poco, y tiene la principal ventaja de no resultar tan insoportable como Crepúsculo y sucedáneos...Ahora, si el regalado en cuestión sí muestra interés por la lectura, es mejor dejarse de Cazadores y regalarle la trilogía de Corazón de Tinta, mucho más original, interesante, y sobre todo, disfrutable para quien haya traspasado la frontera de los 21.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Shrek Ever After (2010) Que alguien le apague el reproductor de música al guionista



Con mayor o menor fortuna, he visto todas las películas de Shrek. Las dos primeras, en cine y con bastante suerte, ya que fueron de la primera hornada de animación digital y tenían tanto calidad como un buen guión que las sostuviera. Y eso que lo más memorable de Shrek 2 fue su gato con botas (bueno, y a día de hoy, el príncipe Encantador que aparecía, se me parece un mundo a Jaime Lannister). La tercera fue de esas que me hicieron agradecer el no ir al cine: aburrida, y sin más interés que hilar chistes, referencias visuales y canciones pegadizas, una detrás de otra.

Se estrenó Shrek 4, y tanto el argumento como el trailer tenían mucho más atractivo que su tercera parte: un mal acuerdo del protagonista con Rumpelstinskin hace que el reino de Far Away se convierta en un lugar deprimente, gobernado por el duendecillo malvado, que intenta acabar con una Resistencia de ogros liderada por Fiona. En realidad, toda la historia no es más que una actualización de Qué bello es vivir (¿y si el protagonista no hubiera nacido?) mezclado con las típicas referencias cómicas y musicales. Peero, con el bajísimo nivel que había dejado Shrek Tercero, era muy sencillo quedar en mejor lugar.




En un universo alternativo, este tipo te ofrece créditos para irte de viaje o comprarte un coche, al 29% de interés

Toda la serie de Shrek se caracteriza por incluir apariciones de personajes infantiles, y esta no es una novedad: esta vez aparece Rumpelstinskin como malo oficial, convertido en mafioso-discotequero, ayudado por un ejército de brujas. El Flautista de Hamelin aparece como cazarrecompensas, y hay una oca que ahora no acabo de ubicar. Sin embargo, la fórmula se va agotando, y en esta parte optaron por la solución del "Universo alternativo", que permite traer a los personajes conocidos de forma distinta. En este caso, la principal gracia es ver a la mayoría de secundarios opuestos a su habitual: El hombre de bizcocho es un gladiador, Fiona es una guerrera, el Gato con Botas está fanegas, y sorprendentemente, Asno es un personaje mucho más serio, desengañado, y menos irritante de lo que había sido en las tres películas anteriores.



Yo tenía uno igual, pero en negro

Aunque Shrek 4 intente centrarse en las desventuras de su ogro protagonista, en cada película es más evidente que el resto de personajes llegan a tener más peso que él: a todo el mundo le gustan las apariciones de los tres cerditos, del hombre de bizcocho, el Gato con botas, e incluso de Asno, pero más de una vez resulta chocante que el protagonista se empeñe en mantener un caracter completamente huraño y un poco amargado después de todo lo que hemos visto.



En Shrek no podía faltar la música...y esta vez, llega a resultar un poco molesta: Shrek no sería Shrek sin su versión de I´m a Believer, ni el Gato cantando Livin´la vida loca, pero esta vez el número de canciones pop incluyéndose en cada escena llegó a resultar excesivo. En las secuencias de ambientación, vale, pero el resto...que aprece el dragón, toma tema. Que salen los ogros, toma canción conocida. Llega un momento en que deja de funcionar, y eso que con las apariciones del Flautista de Hamelin, tocando piezas de break y baile conocidísimas y reconvertidas a flauta, no fue solo una buena forma de adecuar la música a las escenas, sino de las secuencias más divertidas.

Este Shrek Ever after me ha dado para una tarde entretenida, consigue mantener el nivel y la gracia de la serie, pero demuestra que el ogro ya está un poquito cansado, y no estaría mal que lo dejaran ser feliz y comer perdices de una vez.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cosas que hacer por ahí cuando te has ido de no-vacaciones


Un tranquilo día, en la casa del Barrilete

Estos días no me ha quedado otra que salir de mi guarida para hacer un viaje de carácter formal que no me hacía mucha gracia. Pero como dicen por ahí, si la vida te da limones, haz limonada. O más bien, aprovechar para aliñar pescado, servirlo con el té, e incluso cambiarlos por otra fruta. En resumen, que estando fuera, decidí aprovechar el tiempo que me quedaba para convertir esos días en unas vacaciones:

Pasear. No me gusta mucho pasear por una ciudad, especialmente cuando implica esquivar gente con bolsas, gente con niños y..bueno, más gente. Pero cuando hay a mano un paseo marítimo que bordea toda la ciudad, es cuestión de aprovecharlo. Además, el paseo de marras, si pasa por un puerto, solo puede suponer una cosa: gatos. De todos los colores y tamaños (en realidad los que más había eran atigrados), lustrosos, bien mantenidos, y con la expresión de indiferencia ante todo que solo un gato puede tener. Y es que estos felinos, no tienen queja: entre lo que le deja la gente, y las sesiones de bronceado, deben ser los bichos más sanos que puedan encontrarse en toda la ciudad.



Algunas creencias dicen que si te portas bien, te reencarnas en gato.


Las compras. Se acercan las fiestas, y seguramente esto sea más suplicio que otra cosa: ¿puede una mujer de 80 años gastar una colonia tan cara? ¿Por qué hay esa abismal diferencia de precio entre una chaqueta en Zara y en Carolina Herrera, si son la misma? ¿Alguien sabe cuanto son cuatrocientos dracmas? Peeero...cuando la compra en cuestión consiste en dar vueltas por una tienda de comics, o lo que es mejor, una enorme tienda de libros de saldo, de segunda mano, de comics, de merchandising de hace un par de años, de figuras para modelismo y casas de muñecas, lo difícil es poner un pie fuera de allí. Y si se encuentran cosas como un ejemplar nuevo de La llamada de Cthulhu (en sistema d20) por 9 euros, solo la entrada merece la pena.



¡¡Evicción!!


La comida. Eso, que no falte. Especialmente cuando tras un par de horas, te das cuenta de que el paseo marítimo era más largo de lo que pensabas y que, o encuentras un sitio para llevarse algo al estómago, o caerás redonda y serás pasto de los gatos. En este caso, cafeterías con varias opciones a la hora de acompañar el bebercio, no faltaban. Y a día de hoy, creo que el tipo que inventó las magdalenas de chocolate y las empanadillas de jamón y queso, es un genio. Eso sí, también he descubierto que la leche de soja la cobran entre 10 y 20 céntimos aparte. Debe ser porque ordeñar una habichuela es mucho más difícil que una vaca.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Origen (Inception, 2010). Calderón de la Barca, muérete de envidia



¿Sueñan los gatos con croquetas y juguetes que pitan?


Inception fue una de las películas más esperadas en este año. Y cuando digo "esperadas", me refiero a generar un nivel de expectación similar al de la miniserie de Juego de Tronos, The Walking dead o el final España-Holanda: salían noticias por todas partes, las páginas estrenaban nuevas foticos siempre que podían...¿Y qué había detrás del tal Origen? Pues nada menos que una película de Christopher Nolan, impuesta como condición para rodar la siguiente de Batman. A día de hoy, este hombre debe ser uno de los pocos a los que le consienten los caprichos ya tan creciditos, pero solo hace falta ver cómo salieron Batman Begins y The Dark Knight para cumplírselos (no hacía falta ser un genio para arreglar el desaguisado de las tres últimas películas de Joel Schumacher, pero encima le salieron muy bien).



No sé el resto, pero yo me estoy mareando


Si no llega a ser por Batman, el guión de Inception se habría quedado criando polvo en un cajón durante mucho tiempo: no se trata solo de una historia bastante compleja, sino una que necesita un importante despliegue de medios. El argumento cuenta la historia de Cobb, un hombre con la habilidad de meterse en los sueños de la gente, junto a la ayuda de alguien que los despierte y un arquitecto, o creador de un entorno relativamente controlado, que accede a distintos secretos empresariales a petición de los tiburones financieros que se lo encarguen. El principal problema de Cobb es cargar con una acusación que lo ha alejado de su familia y una proyección de su subconsciente un tanto pesada. Su último encargo es el más extraño: no robar, sino implantar una idea en el subconsciente del heredero de una empresa.



Durmiendo como benditos

Estos son los principales rasgos que distinguen a la historia, porque en la práctica, se trata de una película de robos, o heist, como muchas otras: hay una banda de ladrones, el tipo que los contrata, el miembro más nuevo de la banda, y los familiares del protagonista. Se establece un plan que se llevará a cabo, y a partir de ahí, todas las variaciones que se permitan. No supone una gran innovación desde este punto de vista, y exceptuando el personaje principal, interpretado por Leonardo DiCaprio, el resto está muy poco perfilado: un chaval imberbe, una chica recién reclutada que servirá para conocer al protagonista, el ejecutivo agresivo pero honorable, y un par de personajes a mayores que van sirviendo de nexo entre las distintas partes de la película, pero poco más.

Con este material, no se puede decir que sea una gran cosa. Pero lo que la hace diferente es que, pese a tratarse de una película de robos en un principio, está bien narrada. Lo mismo se puede decir de la ambientación, y sobre todo, a la hora de tratarla: no se trata solo de ladrones de ideas en los sueños, ni de implantar una idea en los mismos, sino que estos se dividen en distintos niveles en los que existe el riesgo real de perderse. Lo que tiene que llevarse con mucho cuidado para no resultar confuso, ni dejar al espectador con la sensación de haberle tomado el pelo.

En este caso, Christopher Nolan optó más por el componente fantástico, empleando la trama de los delincuentes y su plan como una excusa para plantear en la historia lo que es real y lo que no (algo que había salido más o menos bien en Matrix, y que en las siguientes partes se fue al cuerno, por exceso de infografía y tontería). Todo ello acompañado de las distintas escenas de los sueños, en las que no hace falta que incluyan demasiados efectos especiales para resultar fascinantes, pero cuando los hay, son memorables: sin duda lo más recordado de la película será una ciudad replegándose sobre si misma, o los personajes flotando en una habitación de hotel.



En cuanto a los actores, cumplen bastante bien: el personaje de DiCaprio, con sus problemillas mentales, me recordó un poco al agente que interpretó en Shutter Island el año pasado. Nunca me ha gustado, pero es algo más tragable que su trabajo en Gangs of New York. Cillian Murphy debe ser ya un habitual, hizo de Espantapájaros en Batman Begins y aquí, de heredero de empresa en un papel un poco más escaso de lo que debería. Michael Caine tiene un cameo y el resto...bueno, no eran unos personajes muy desarrollados, pero desempeñan bien su trabajo.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Lecturas hasta diciembre de 2010



Gatico para la promoción de la lectura



Aunque llueva, nieve o estén echando la serie de The walking dead todos los domingos, lo que no me falla nunca es empatar un libro detrás de otro. Y como era de esperar, esta es la correspondiente entrada-recopilación de los últimos:



Esta portada se lleva el premio a la obviedad

Joseph Conrad. El corazón de la oscuridad. Tuve varios problemas para conseguir este libro, ya que era de la biblioteca y en cuanto lo tuve en la mano, el encolado decidió desintegrarse por su cuenta y dejarme con tres palmos de narices, más un aviso a la bibliotecaria para que tomara las medidas correspondientes. Como el tema iba para largo (todavía no sé si lo encolaban de nuevo, o habían contratado a un monje medieval para que lo copiara en pergamino), opté por pasarme a la sección de gallego y coger la edición correspondiente. Aparte del libro como tal, incluye un prólogo interesante en el que explican el por qué del cambio de "corazón de las tinieblas" a "corazón de la oscuridad", y varias notas al pié explicando tal o cual situación en el párrafo. De las que pasé ampliamente: tuve que leer bastantes notas al pie cuando estudiaba literatura, y no tengo ganas de leer un libro con comentarios del director.

El corazón de las tinieblas es famoso por haber sido adaptado como Apocalypse Now, pese a la enorme diferencia temporal que había entre ambas ambientaciones y actitudes de los personajes. Sin embargo, leído el libro, se puede comprobar que no son tantas, o como dice la gente mayor, no se ha cambiado gran cosa: el libro habla de una travesía al corazón del Congo en plena época colonial, en búsqueda del misterioso Señor Kurtz. La película, de la búsqueda del Coronel Kurtz en Vietnam durante la guerra. La agresividad de los personajes y del entorno es la misma..Y sí, también aparece el horror, el horror.



MiniTyrion al rescate


George R. R. Martin. Tormenta de Espadas.
Respecto al resto de seguidores de la serie, tengo la ventaja de no haber leído todos los libros, por lo que todavía tengo varias horas de diversión aseguradas. Tormenta de Espadas debe ser el mejor hasta la fecha, con la historia de los personajes suficientemente avanzada como para que tenga interés, y sin llegar al exceso de puntos de vista del que, según comentan, sufre Festin de Cuervos. Empieza a salir algún bichillo más en el Muro, hay cambios sorprendentes en algunos personajes (Jaime abandona su costumbre de lanzar niños por la ventana y de ser un cabrito en general), otros no tanto (Sansa sigue siendo muy tonta), Tyrion sigue siendo de lejos mi personaje favorito y Daenerys continúa teniendo bastante mala suerte. Pero al menos le ha crecido el pelo, que ya es algo.



Sí, la portada es del año 15 A.P (Antes del Photoshop)

Paul Feval. Los dramas de la muerte. Las rarezas no podían faltar, y aunque hace tiempo que no voy por tiendas de segunda mano (el espacio hace tiempo que escasea y hay que ahorrar para el e-book), tenía guardado una novela por entregas de un autor de folletines bastante famoso...en la Francia de principios del siglo XX. O, para quien pueda sonarle, Feval también es el autor de El jorobado y La ciudad vampiro, una genial parodia de la novela gótica que consigue adelantarse varias décadas al humor absurdo de los Monty Python. Estos Dramas de la muerte son una novela por entregas más al uso, con una edición un poco rara: pertenece a una colección que sacó Forum en los ochenta, publicando novelas de terror por fascículos, especie hoy extinta. Los fascículos, no las novelas de terror. Como buena novela por entregas, el argumento es exagerado y un poco increíble: una vampira recorre París arrancándole las cabelleras a las jóvenes para poder asegurarse un día más de vida. La susodicha vampira tiene una banda de delincuentes que roba para enviarle dinero al Rey de los Vampiros (¿ein?)...Todo ello acompañado por personajes también muy tremendistas, especialmente las doncellas, que gritan, se desgañitan, se desmayan, se tiran al río para defender su honor y lo que haga falta. Lo que, en ocasiones, junto con lo intencionadamente absurdo del componente terrorífico, hizo que me preguntara si el autor no estaba ya escribiendo todo esto en clave de broma. La novela se la recomiendo a los aficionados a Gastón Leroux, Maurice Leblanc, las novelas de principios de siglo, y dejarse los pulmones rebuscando en algún cajón lleno de polvo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Blood Creek (2009). Zombies, nazis y algo de magia negra




El cine de terror es un género bastante despistado: durante varios años he visto cómo películas realmente malas se estrenaban en cine, y como otras, mucho más interesantes, se comían los mocos en la estantería de algún videoclub. Hoy al videoclub lo ha sustituído el Señor Bittorrent, para suerte de muchas producciones que pueden darse a conocer y sobre todo, animar una tarde de sábado.



Este también ha sido el caso de Blood Creek, que, además de pasarratos, me ha sorprendido por entretenida y, hay que reonocerlo, original. La historia comienza con un prólogo en el que cuentan cómo los nazis enviaron a varios ocultistas a Estados Unidos, en busca de determinadas ruinas vikingas (porque encima, aprovechan para seguir picando con el tema de "América la descubrieron los vikingos") que, para ganar la guerra no sé si servirían, pero por lo visto, sí valían para hacer magia, conseguir la inmortalidad y otras menudencias. Tras el prólogo, rodado en un sepia-photoshopero bastante mono, se presenta al protagonista: un enfermero cuyo hermano, héroe de Irak, desapareció en un páramo hace más de dos años. Esa misma noche, reaparece, hecho un ecce homo, y sin más información para su sufrido hermano que decirle que recoja unas cuantas armas, que se van a clamar venganza.

Como era de esperar, el páramo donde este había desaparecido era la granja donde hacía 60 años, había llegado el ocultista. Durante ese tiempo, se las ha ingeniado para congelar la granja en el tiempo y alimentarse de viandantes que los granjeros secuestran de cuando en cuando. Por lo visto, entre la ruina vikinga que encontró, y la dieta, ha conseguido, además de convertirse en zombie, tener el poder de resucitar a los muertos, y de paso, intentar completar un ritual que lo haría
indestructible.



¡¡Es un Licheee!!

Semejante argumento hace pensar, en el mejor de los casos, en una película con más ganas que medios, y en el peor de ellos, en una soberana chorrada mal rodada, como ha pasado muchas veces, pero...¡No! Por increible que parezca, el argumento consigue tener algo de sentido, y en absoluto da la sensación de cutrez ni de serie Z. Sé que alguien que se ha visto (y le han gustado) todas las películas de zombies de Lucio Fulci no puede ser muy fiable, pero ¡Esta es buena, palabra de blogger!

O, quizá no "buena" en el sentido de buena película, pero sí cumple su intención de entretener. A la hora de rodarla, supieron aprovechar lo que tenían a mano: no había excesivo presupuesto, ni grandes actores, ni siquiera un guión de quitarse el sombrero, por lo que decidieron centrarse en lo importante: contar una historia de forma concisa. El prólogo no dura más de diez minutos, lo mismo que las escenas destinadas a desarrollar a los personajes principales: en una película como esta, no importa gran cosa los traumas y problemas que puedan tener, y los guionistas lo saben, por lo que se quedan con lo mínimo: protagonista atormentado por la desaparición de su hermano, hermano héroe de Irak con problemas de venganza, y familia alemana con un hechicero zombie viviendo en el garaje. Breve, efectivo, y doy gracias por haber dejado atrás las escenas de relleno que había en las películas de terror de los noventa.



Este libro de hechizos supone perder tres puntos de Cordura y ganar dos de Mitos de Cthulhu

El argumento, como puede verse, es bastante geek: los nazis y la magia negra es algo que no veía yo desde los comics de Hellboy, elementos que en su momento, llegaron a acabar quemados. Además, no dudan en incluir al otro monstruo de moda en estos años: los zombies. Porque una de las gracias de la película es que el malo puede resucitar a los muertos y hacer que cumplan sus órdenes. El principal problema, en este caso, es que tampoco hay mucha gente como para que resulte amenazador, y el tema se salda con tres zombies, un caballo y un perro resucitados.

Precisamente de ahí viene el principal defecto de la película: todo eso de la magia funciona muy bien en otros campos, o en producciones con más presupuesto, pero más allá de la sensación de peligro, que transmitían la familia acosada por el monstruo, en ningún momento el malo en cuestión resulta un peligro, ni termina de ser creíble el que pueda acabar siendo una "amenaza para la humanidad" como pretenden hacer creer en la película: como mucho, es un zombie que está encerrado en un garaje, y al que de vez en cuando le ofrecen una víctima para que deje de molestar. La película funciona, en ese sentido, como podía haber funcionado La matanza de Texas o Las colinas tienen ojos, pero no como si fuera Hellboy.

Cuando el villano principal falla de esa forma, no hay mucho que hacer, aunque al menos Blood Creek lo va solucionando gracias a centrarse en lo que tiene (un grupo de gente encerrada y una amenaza exterior) además de permitirse un final abierto que, aunque me ha gustado, espero que no suponga secuela, porque se trata de estas películas en las que la idea funciona una vez, pero no da para más. Pensándolo bien, eso es algo que los de Saw deberían haberse dado cuenta hace mucho.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Diccionario Cósmico 2.0. Limpia, fija y da esplendor



Si la RAE ha decidido cambiar sus normas y el nombre de unas cuantas letras, la RABC (Real Academia del Barrilete Cósmico) no iba a ser menos, y ha decidido incluir unas cuantas modificaciones en el Diccionario que se publicó en su momento. Porque un año da para mucho, y si no han aparecido palabras nuevas (que las hay), algunas definiciones que han variado un poco.


Allan Ball. Piltrafilla y presunto autor de humor negro cuyo mayor logro fue que le dedicaran una camiseta. Véase merchandising. El origen de todo esto, en los comentarios de esta entrada.

Amstetten. El lugar con más capacidad de generar chistes macabros por metro cuadrado, después de los nazis. Dicen que allí viven Morlocks.

Asperger. Transtorno del comportamiento muy útil a la hora de crear personajes. Véase Sheldon.


Barrilete cósmico: 1. Dícese del barril relativo o cercano al cosmos. 2. Cajón desastre de las ideas más extrañas de un par de desgraciados. 3. Zoológico televisivo.
Véase Basurero Culturar.

Basurero Culturar. Primer texto de descripción del Barrilete cósmico.

Battlestar Galáctica. Gracia de Dios convertida en ficción televisiva. Desde que terminó, el canal Sci-fi ha cambiado de nombre y se ha dedicado exclusivamente a hacer telefilmes cutres. Véase Number 6.

Being Human. Serie británica que nace como un chiste (esto es un hombre lobo, un vampiro y un fantasma que comparten piso..) y que resultó ser una de las mejores del 2009. A destacar, las orejotas de Russell Tovey.

Buffy. Ópera prima de Joss Whedon y según algunas creencias, madre de todas las series. Véase Lost para contrastar la teoría. Ahora amenazan con hacer otra película basada en la primera película. Lo que, además de caótico, resulta bastante inquietante.

Cine. Esas series que echan en pantalla grande y solo duran dos horas. Sigue habiendo cosas interesantes pero muchas viven gracias a las adapciones de libros famosos (con actores igualmente famosos). Para vender más entradas, ahora te alquilan unas gafas para ver en tres dimensiones. Y de paso, te cobran el doble.




Doctor Who. Producto británico por excelencia, junto con la encefalopatía espongiforme y el imperialismo. Fue famoso por sus alienígenas de plástico y por conseguir que unas vaporettas con un desatascador pegado se convirtieran en un enemigo para la tierra. En la última década, ha tenido tres actores distintos interpretándolo,y una fama a nivel mundial que no me esperaba ni de broma. Véase también Series británicas.

Enjuto Mojamuto. Santo patrón de los que nos pasamos el día delante del ordenador y autor de la frase “los zombies de 28 días después no son zombies, son infectados”. Este año se convirtió en webserie, pudo salir por fin de su cuarto (se compró un portátil) y conoció un montón de gente. Que ya es más de lo que hizo en los últimos cinco años. Véase Intennéee..

Galáctica, Estrella de Combate. Versión antigua de Battlestar Galáctica, con personajes cambiados y el tipo de Bonanza en el papel de Adama. Se caracteriza por tener a un Baltar más fondón que mantiene animadas conversaciones con un androide cutre.

Garbage. Grupo de música de los 90. En su día me parecían la caña (y el Version 2.0 lo sigue siendo) pero actualmente están en dura pugna contra Muse y Nick Cave por mis gustos musicales.



Gaticos. Raza superior compuesta de unos seres peludos de cuatro patas, cola y distintos colores. Han conseguido dominar a la humanidad, que se encarga de ponerles comida regularmente y mantenerlos. En agradecimiento, ellos procuran no destrozar todos los muebles que podrían. Hacen un ruidito muy simpático que se sospecha que hipnotiza a la gente. Renaissance les pone una foto todos los días.

Granja. Espacio donde el Tito Hewl habla de rinocerontes, ornitorrincos, siluros y patos. Renaissance lo tiene como excusa para incluir la foto de un gato en cualquier entrada.

Hewl. Impulsor del barrilete, seguidor de todo tipo de series, libros y único ser vivo capaz de terminarse El conde de Montecristo en una sola noche. Dicen que su origen tuvo lugar gracias a un oscuro incidente con una impresora de tinta. Actualmente está desaparecido en combate por falta de series que le interesen. También tiene una gata, un portátil y un ebook.



Humpty Dumpty. Joe, es que es igual, igual, igual…Y lo que es peor, sigue siendo igual.

Intennée..Fuente inagotable de toda serie de televisión, música, información, y dicen que también de porno. Es el principal enemigo de la SGAE, de Sinde, y ultimamente, de Telefónica, que pretendía volver a las tarifas por conexión. Por suerte, la tontería se les pasó muy pronto.


Irlandeses. Señores pelirrojos en su mayoría y no muy sobrios que suelen aparecer en las series británicas.

Juego de Tronos. Saga de George R. R. Martin con muchos personajes (de los que también se mueren otros tantos) que va para largo. Han prometido una miniserie y de momento, nos ofrecen fotos.

Joss Whedon. Friki aficionado a los musicales que hizo de su mundo de fantasía y extravagancia su modo de vida. Tiene muy mala suerte con las cadenas y las series que produce, pero más moral que el Alcoyano.

Kafka. Checoslovaco especialista en escribir cosas raras sobre gente convertida en escarabajo y péritos agrónomos que se pasan trescientas páginas intentando entrar en un castillo. Ahora hay por ahí un libro en el que lo ponen poco menos que como un pijo creativo, y ahí se me cayó el mito.

Lost. Según otras teorías, madre de todas las series e inventora de las islas que se mueven en el tiempo y en el espacio. Hubo una gran fanfarria cuando se acabó. Flash forward intentó imitarla y se pegó un batacazo de los que hacen época.

Merchandising. Camiseta muy cuca con brillitos recordándonos que Allan Ball todavía necesita comer muchas sopas.

Muchachada Nui. Descendiente de La hora chanante y principal desarrolladora del español-manchego y manchego-español. Madre de Enjuto Mojamuto. Ahora sus creadores se han mudado a Neox, donde emiten Museo Coconut.

Mundodisco. Serie de libros creada por Terry Pratchett que desde hace algunos años, tiene sus propias miniseries y a Christopher Lee interpretando a la voz de la Muerte. Gracias a Sky One, se ha comprobado que se puede adaptar a Pratchett a la pantalla sin que haya un drama por no incluir sus pies de página.

Murakami. Japonés que escribe acerca de gente que no le encuentra sentido a su vida y cuyos allegados tienden a suicidarse.

Muse. Segunda encarnación de Dios en la tierra aunque algunas personas prefieran el pop español.

Number 6. Forma fina de llamar a la que muchos hombres califican como “la que será la madre de mis cylons”.

Ojetes. Concurso del Barrilete con malas intenciones. Consiste en adivinar de quien son los ojos que salen en las fotos.

Paul Auster. La concejalía de turismo de Nueva York patrocina el 99% de sus libros.

Personaje de la semana. Aquel al que homenajeamos con una fotico en la parte derecha del blog y una entrada que puede tener algo que ver con él, o no. Ha pasado de ser una persona en concreto a poder ser cualquier cosa. Entre otras cosas, porque la autora del blog tiene muy mala memoria para los nombres.

Renaissance. Segunda (y menos popular) de a bordo en el Barrilete. Tiene especial fijación por los zombies, los gatos y las camisetas frikosas con motivos enxebres.

Repunante. Que produce repunancia. Aquellas cosas o personas insoportables por pesadas, maniáticas o sabiondas.

Series británicas. Alimento principal de Renaissance. Es capaz de ver vhs-rips del año 82 y cantar sus alabanzas. Se caracterian por no pasar de los ocho episodios y tres temporadas. Y especialmente, por su ciencia ficción marciana.

Sheldon. Friki ficticio al que dedicaron una serie que comparte con un señor bajito con gafas y una rubia. Ahora le han puesto una novia, que antes hacía de Blossom.

Spaced. Fantabulosa serie británica capaz de resumir en dos temporadas veinte años de cultura popular. Actualmente la conocemos tres personas. Scott Pilgrim se le parece un poco, pero no hay color.



The. Partícula que aparece en el 75% de los títulos de películas, series, libros y grupos de música.

Vampiro. Criatura nocturna que da para muchos guiones. Gracias a un par de escritoras repunantes (Stephenie Meyer y Anne Rice, no miro a nadie), los han convertido en unos atractivos peluches con dientes. True Blood se los toma a chufa y Being human los convierte en yonquis.

Walking dead (the). Y por fin llegó el día en que el comic de zombies más duradero de la historia (por no decir el único) se convirtió en serie. Es conocido por tener las mejores caracterizaciones de muertos vivientes, y porque cada vez más, el argumento se parece al comic lo que un huevo a una patata. Lo que no impide que siga siendo condenadamente bueno.

Zombies. Criaturas no muertas a las que últimamente les ha dado por aparecer en la literatura clásica, ya sea Jane Austen o García Lorca. Según algunos expertos, esto supondría una mejora para un porcentaje importante de la narrativa española y se plantea una reforma para incluir las adopciones zombie en las lecturas obligatorias de selectividad. Dicen que los hay de dos tipos: los que corren (infectados) y los que no. Este año tienen su propia serie, donde se ponen las botas cenando supervivientes todas las semanas.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Scott Pilgrim vs. The world



Skitty Pilgrim vs. The World

Esta es una película sobre como un chico, bastante pringado él, intenta conquistar a la chica de sus sueños. La idea no sería muy distinta de cualquier comedia romántica si no fuera porque el protagonista tiene que vencer a los siete malvados exnovios antes de poder salir con ella. Añadiéndole a este punto de partida unas batallas bastante espectaculares (por lo absurdo del contexto en la mayoría de los casos), y la cosa cambia bastante.

La historia de Scott Pilgrim comienza como un comic de Bryan Lee O´Malley, canadiense de toda la vida, caracterizado por un dibujo bastante peculiar y el uso habitual de referencias a los videojuegos de los noventa, el manga y la música, que están muy presentes en la vida del protagonista (hasta el extremo de convertirse la forma en la que ve el mundo). Aunque siempre hay problemas a la hora de trasladar un comic a la pantalla, en este caso era mucho más difícil, porque el autor se apoyaba mucho en elementos muy propios de esta narrativa, como los recuadros explicativos, las onomatopeyas, y bastante expresividad. Entre lo extraño del argumento, y su particularidad, hacía muy poco probable que Scott Pilgrim acabara siendo una
película.



Juraría que uno de los ex malvados es el protagonista de Bored to Death

Sin embargo, hace diez años, un guionista inglés ya había hecho algo semejante para la televisión, salvando las distancias: Edgar Wright, Simon Pegg y Nick Frost se habían dado a conocer con Spaced, una historia sobre los problemas de unos veinteañeros que también estaba plagada de guiños hacia los comics, Star Wars, los videojuegos, e incluso el cine clásico. Salvando las distancias, especialemente por cuestiones de presupuesto, tanto Spaced como Scott Pilgrim tenían ese punto en común, por lo que si había alguien que pudiera convertirlo en película, era Edgar Wright.



Hasta tiene pixeles y todo

Dicho y hecho: Habemus Scott Pilgrim vs the World, gracias a este inglés, y el resultado fue todo lo parecido que podía resultar al cómic, con dos problemas añadidos: lo difícil que era pasar algo así a pantalla, y que cuando se hizo el guión todavía faltaban dos tomos para terminar la obra. Cosa que Wright soluciona con bastante éxito y un desenlace que no desentona con el tono del original.

El resultado final fue todo lo bueno que podía dar una película de dos horas: están ahí las onomatopeyas gigantes, los combates contra los exnovios, todas las referencias posibles a los juegos de 16 y 8 bits y un tipo de realización muy propia de Edgar Wright. Pero, una cosa es lo que le pueda gustar al friki este, y a todos los frikis que leen comics, y otra lo que funcione en pantalla: la película se llevó un batacazo de los que hacen época, sin llegar a ser un desastre financiero, recaudó muy poco en comparación con lo que costó, y con la expectación que había despertado. De nuevo, hay determinadas cosas que funcionan muy bien en círculos reducidos, pero no a un nivel superior.

Para una friki que lee tebeos y ve películas raras (ejem) la película es muy divertida y es una adapción muy fiel, pero tampoco llegó a ser redonda: aún sin terminar, cuatro tomos de doscientas páginas son cuatro tomos. Y en todas esas páginas, además de la lucha contra los exnovios y el romance de Scott Pilgrim, también se van desarrollando los personajes de sus amigos, además de aparecer flashbacks de su pasado e incluso exnovias del propio Scott, por lo que en ese sentido, el guión se quedó un poco cojo: no importa que en el comic vaya narrándose cómo Scott madura y decide hacer algo con su vida, si la película se queda con unos combates contra unos tipos a cada cual más raro. Y, aunque consiguieran incluir las dichosas siete batallas, el ritmo resulta un poco lento entre estas y no se consigue coger mucha simpatía a los dos personajes principales. Cosa que, cuando se trata de una historia sobre carácteres, es mala señal.



Dios mío, en qué estarían persando...

Finalmente, el gran problema de esta versión, a título personal, fue Michael Cera, culpable directo de mi falta de simpatía hacia el protagonista: soy profundamente alérgica a ese tipo, y me repatea verlo en pantalla con su voz de pito y poniendo cara de atontado en todos sus papeles. Pero claro, era productor. Y eso tiene que notarse.

Persons Unknown

Un gato misterioso en una situación igualmente misteriosa

Como es habitual, encuentro una serie cuando está cerrada, bien cerrada, y han pasado varios meses desde su emisión. Persons Unkwnown no iba a ser una excepción: tras las correspondientes noticias durante su estreno, no empezó a llamarme la atención hasta que leí su argumento: ¡Personas encerradas! ¡Pueblo surrealista y misterioso! ¡Tecnología rara! Esta tenía que apuntármela sí o sí.



Dentro de la casa, todo se magnifica

Resumiendo, Persons Unknown cuenta la historia de seis personajes que se despiertan en un hotel vacío. Tras explorar el lugar, se encuentran en una ciudad construida a imagen y semejanza de los pueblos en los años cincuenta: hay tiendas, un restaurante, un parque..y un campo de fuerza, por llamarlo de algún modo, rodeando todo el perimetro. Ninguno de ellos sabe como ha llegado hasta ahí ni por qué, salvo que, quien sea el responsable, pretende mantenerlos vivos: están constantemente vigilados por cámaras, los únicos personajes en la ciudad, además de ellos, son el conserje del hotel y los empleados del restaurante chino donde les sirven la comida. Y con esto último, creo que los guionistas han conseguido alcanzar el Momento Más Surrealista en la Historia de la televisión, porque no creo que nadie sea capaz de comer de chino tres veces al día sin acabar con una úlcera de estómago.


Esperemos que no les pasen la factura de la estancia

Durante los distintos episodios los personajes van abandonando sus intentos de escapar para esperar qué es lo próximo que les tienen preparado, que generalmente serán pruebas destinadas a minar la confianza dentro del grupo, como si de un Gran Hermano (sin Mercedes Milá) se tratase: un día los amenazan con gas venenoso, otro, les ofrecen la posibilidad de escapar...Y mientras, se va descubriendo la existencia de un infiltrado dentro del grupo, y que todo esto responde a un plan conocido como El Programa, del que no diré más para mantener el suspense, pero sí hay que reconocerle que al tipo que se le ocurrió, debía tener tanto tiempo libre como dinero disponible.



Con mi gata, y unos libros, firmaría por estar presa en un sitio como ese. Excepto por el chicle gigante, claro

En conjunto, Persons Unknown me ha recordado (y hecho gracia por eso) a historias de grupo encerrado como Cube, o dentro de la televisión, El prisionero, tanto la serie nueva como la antigua: la ciudad vacía y la estética un tanto retro me ha recordado a esta última, además de al Londres vacío donde John Steed y Enma Peel se movían en Los vengadores.

El principal defecto de la serie es que los personajes parecen un poquito planos a primera vista: quizá pretendían imitar a Lost en lo de meter a un montón de protagonistas para irlos desarrollando, y que cada uno cogiera al que más le gustara, cosa que no le dio tiempo y el reparto se queda un poco tópico: está la madre luchadora que intenta volver con su hija, el protagonista misterioso, el soldado, el ejecutivo, el vendedor de coches traicionero, la sensata paciente de un manicomio, la chica guapa de turno (que me recordó un montón a la que salía en la primera temporada de Lost), y finalmente, la macarra. Además del empleado del hotel-cárcel, que después de recibir en los primeros episodios más palos que una estera, no hace gran cosa.

La principal diferencia con otras historias que he visto de gente encerrada es que esta se desarrolla tanto dentro como fuera: vemos lo que les pasa a los protagonistas, mientras que otros personajes, a menudo relacionados con ellos, investigan su desaparición y se encuentran con que lo que sucede dentro de ese pueblo vacío, parece tener una repercusión más importante.

En conjunto, la serie es entretenida, aunque como suele pasar estos casos, es mucho más divertido cuando no se sabe lo que está pasando, hasta que buscan alguna explicación: reconozcámoslo, ¡no hay motivo lo suficientemente convincente para explicar un despliegue de medios tan chorras! Además, aunque habían prometido una temporada completamente cerrada, queda un final abierto y bastantes cabos sueltos como para sostener una segunda temporada. Lo que, teniendo en cuenta que ahora Persons Unknown se anuncia como miniserie, me parece bastante poco probable.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La semana en series, Con novedades incluídas



Voy a intentar que la mía también haga algo productivo delante del monitor y me baje las series

Suelo subir la entrada sobre los capítulos de la semana cuando me acuerdo, debido a que no siempre puedo verlas al poco de ser emitidas (a veces tengo un examen, otras se me pasa la hora leyendo la nueva entrega de Canción de Hielo y Fuego, y otras me marcho a Portugal a comer. De todos los despistes, este último es mi favorito). En esta nueva entrega hay dos grandes diferencias con las últimas: a las tres habituales se le une The Walking Dead, y espero que por mucho tiempo. Y contra todo pronóstico, sigo viendo Big Bang Theory ¿salvada por los gatos, o no le exijo mucho?



Pandilla de Freaks..

Hay una cosa cierta con The Big Bang Theory: no le exijo gran cosa: ha habido capítulos con los que he dicho “como el próximo sea así de malo, se va al cuerno”, pero al final acaba quedándose: mal que bien, siempre me resulta minimamente divertida, es muy cortita y se pasa volando. En estos episodios han conseguido desplazar los argumentos más allá de las monerías de Sheldon, especialmente gracias a la aparición de Amy, un personaje peculiar pero que intenta ser algo más que un Sheldon chica (a veces lo consigue, aunque muchas otras, no puede convencerme). El octavo episodio ha sido de los más variados, con otra aparición del archienemigo de Sheldon, una accidentada fiesta de pijamas de Penny, Bernardette y Amy, y especialmente, una reacción bastante inesperada ante el estreno de la edición con 21 segundos adicionales de En busca del arca perdida. No ha tenido gaticos, pero se le acerca.



Fringe nos ha enseñado una valiosa lección: ¡¡escuchar la radio por la noche es peligroso!!

De Fringe solo puedo decir una cosa: esta temporada es de las mejores. Desde el principio ha estado alternando entre el universo paralelo y el oficial de la serie, y al contrario que en la anterior, todos los capítulos tienden a aportar algo más que un “caso de la semana”. Y los que suponen poco avance de la trama…siguen siendo unos capitulazos: los guiños que aparecen en la otra dimensión, la mezcla de tecnología, las teorías extrañas…Y Walter, que pese a haber recuperado un poco de cordura, sigue siendo lo mejor de la serie. El sexto capítulo ha sido de los clave, y también uno de los mejores: incluye algo de ciencia extraña, con esa frecuencia de radio que produce amnesia, teorías completamente pulp (¡humanos prehistóricos avanzados!) y una revelación acerca de la máquina que Walternate pretendía activar. Me pregunto qué le pasará a Olivia la semana que viene, en esa dimensión que no es la suya…



En la foto, un ejecutivo con pinta de estreñido habla con otro más mayor

Con nueve episodios ya, Nikita ha pasado de ser una serie un tanto confusa en cuanto a intenciones (unos días quiere ser una serie de acción para chicos, otros, para chicos) a irse perfilando como una un poco más corriente. No suele haber mucha diferencia de un capítulo a otro, limitándose a ser bastante "caso de la semana": la organización malvada pretende llevar a cabo una misión, Nikita se entera y se la chafa de un modo u otro. Por suerte, ha ido limando algunas cosas que no pegaban nada con lo que querían contar (por desgracia, no todas), como ese centro de entrenamiento de reclutas que parecía un instituto, con peleas de gatas y todo. En el último episodio emitido, aparece de nuevo el personaje de Jadeen, que pasa a ser otro agente más sin el carácter de personaje-fastidio que pretendían darle en un principio, y la trama gira entorno a la venganza de Michael contra el asesino de su familia. No es el colmo de la originalidad, pero es divertido ver a Mindy Clarke haciendo de instructora/interrogadora y especialmente, a Shane West, cuyo estilo dramático de fruncir mucho el ceño ya se ha convertido en marca de la serie.



John Galiano dice que para este otoño invierno se llevan las tripas de zombie con un machete al bies

Por si aún quedaban dudas, The Walking dead funciona en pantalla, y muy bien. Dos capítulos es muy pronto para decir nada, pero qué capítulos. En este último, han comenzado ha separarse un poco del argumento principal, aunque solo en aspectos menores, como el añadido de personajes nuevos, y una trama que transcurre en parte en un centro comercial, algo muy típico en cualquier película que tenga zombies. Acostumbrada como estoy a las series inglesas, el que tenga 13 episodios solamente sirve de garantía para que no haya capítulos de relleno ni bajones de calidad.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Psychoville Halloween Special ¡¡Se han acordado de filmarlo!!



Una de las cosas que más me fastidian es no haber encontrado ninguna foto de gato que esté relacionada

En el 2009 se emitió Psychoville, una serie creada por el grupo cómico The League of Gentlemen, y que posiblemente fue una de las más raras jamás aireadas en el siglo XXI. Su primera temporada comienza con un personaje enviando unas notas lacradas en las que ha escrito “I know what you did”, y presentando una serie de personajes bastante siniestros: el payaso con garfio, la comadrona y su muñeco, un enano pequeño, un presunto asesino en serie (y su madre) y un coleccionista ciego. La mayoría de los planteamientos y de la forma de filmar hacía pensar que se trataba de una historia de suspense, especialmente en las tramas de algunos personajes…Hasta que empezaban a suceder determinadas cosas completamente vulgares: el personaje misterioso envía sus amenazas en la oficina de correos, el ciego tiene una vasta colección de “valiosos” peluches…y la trama empieza a resultar demasiado absurda como para encajar en una historia de suspense más al uso. Todo ello indica que se trata más bien de una comedia negra (pero muy negra) y de una parodia muy sutil de los géneros de suspense y terror, más que de una serie de misterio normal. De hecho, los autores de la serie ya habían empezado a evolucionar hacia esta forma de humor en las dos últimas temporadas de The League of Gentlemen, en las que imitaban, sin parodiar abiertamente, el cine clásico de terror y las series costumbristas.



Con unos añitos más, la segunda temporada de The league of Gentlemen

Psychoville, con toda su rareza, acabó siendo bastante interesante, con unos siete episodios que no cansaban, y terminaban con un final abierto que hacía esperar una segunda temporada. Pasó un año entero sin saberse nada de la serie, más que de un “volverá en el 2011” anunciado en su página web. Y hace un día me entero vía Basura and tv que hace una semana emitieron el especial de Halloween de esta serie, de la que contaba su vuelta cuando San Pedro bajara el dedo.



El video promocional, toda una declaración de intenciones. Y ninguna de ellas buena.

El especial empieza una vez más como si se tratara de una serie dramática, formada por episodios separados: un chico cuenta la historia de cómo conoció, hace años, a varios de los personajes del manicomio. A partir de aquí, a cada uno le corresponde una historia de terror, que en la mayoría de los casos puede reconocerse la película a la que parodian: Jelly el payaso acaba protagonizando una sobre niños fantasma muy parecida a la que se vio en la película de Trick ´r Treat. La comadrona, una historia más típica sobre asesinatos y locos (con el absurdo añadido que supone su muñeco). El coleccionista tiene su propia versión de The Eye, la película japonesa de terror, con escenas bastante reconocibles, y finalmente, la del presunto asesino en serie, es la más floja, con un giro final que se parece bastante a los comics de terror de la EC. Sorprendentemente, no se incluye ninguna del enano, no sé si por falta de ideas o por no superar el formato de una hora.


En conjunto, el especial no supone ningún avance de la trama más allá de enlazar las historias que cuenta el personaje conductor con la aparición de los protagonistas al final de la historia, y especialmente, la aparición de otros dos, que recuerdan un montón a Fringe, más un bonus adelantando escenas de lo que sucederá en la siguiente temporada..¡Eso quiere decir que existe! ¡y no la han olvidado!



Mientras tanto, el Señor Gatiss se gana unas libras haciendo de Mycroft Holmes

Una vez superado el desconcierto que supone ver Psychoville, y al haberse acostumbrado a su particular estilo, ver este especial resulta más divertido, al conocer el juego que se traen de parodiar géneros y estereotipos que he visto en muchas películas y series. Como curiosidad en cuanto a los actores, no sale Mark Gatiss (el inglés antiguo) por ningún lado, mientras que en Psychoville sí había hecho un pequeño cameo. No sé si se habrán enfadado o es que estaba muy ocupado con la miniserie de Sherlock Holmes. Al menos, este especial ha permitido, con su cantidad de personajes, que Reece Shearsmith aparezca sin ninguna caracterización. Toda una suerte, porque debe ser de los pocos ingleses medianamente atractivos sin a) ser raros y b) tener aspecto de estar seriamente perturbado.



Juzguen ustedes