De los setenta podrían sacarse una lista muy amplia de películas de terror influyentes. Si irse a El exorcista o La matanza de Texas, el final de esa década legó obras no tan conocidas, como Pesadilla diabólica o La centinela pero igual de fascinantes, el giallo, las producciones británicas y muchas otras que hacen sencillo lo de “quedarse con lo bueno” de la época. Hasta que aparece por ahí alguna donde lo difícil es decidir qué hacer con ella. Lo bastante mediocre como para no poder ser recordada, pero lo bastante extraña como para no poder descartarla por nefasta, , esta se queda perdida en la memoria entre algún fotograma visto en televisión o la carátula de un videoclub. En este caso, el de la silueta de una niña ante la verja de un cementerio.
Esta niña, Rosalie, es una huérfana de la que una joven debe encargarse como parte del trabajo de niñera que ha aceptado. Aislada en una granja maltrecha en algún lugar de California, la familia Norden y sus vecinos parecen sospechar de esa chiquilla que vagabundea por el cementerio durante la noche y acusa a su padre de haber causado el asesinato de su madre. Alicianne, huérfana también, solo puede compadecerse de ella, al encontrarse aislada de su entorno. Aunque como la pequeña Rosalie asegura, tiene amigos, a los que visita regularmente en el cementerio y no dudarán en hacer cualquier cosa por ella.
El guion sería un ejemplo de oportunidad perdida: aunque simple, es prometedor, y lo cierto es que esta historia de granjas aisladas, niñas siniestras y criaturas que rondan los cementerios no hubiera desentonado en las páginas de una revista pulp. Tanto, que pese al intento de maquillaje utilizado, hoy es más fácil creer que esos monstruos no son otra cosa que ghouls, y que seguramente la niña debe tener a algún Pickman de familiar cercano. Las pocas pinceladas que se dan sobre ella, y sobre la madre de esta antes de morir, la convierten en un buen relato de terror. Lo bastante como para que este pueda ir funcionando y sus defectos de realización, sean una de esas escasas ocasiones en que se ponen a favor del resultado.
Porque esta se trata también de una de esas producciones, que, con muy poco, acaba funcionando, de la misma manera torpe que lo conseguiría Lucio Fulci. Aquí gran parte de sus defectos (salvo la banda sonora compuesta a teclazos) parecen estar en el lugar correcto: esa mezcla entre vehículos de la Gran Depresión junto a los vestidos y patillas de los setenta hacen un escenario intemporal y difícil de ubicar, el cementerio se encuentra permanentemente envuelto en una niebla irreal y el que la película cuente con un total de ocho actores hace que una fiesta de Halloween para los niños de los alrededores, algo en lo que la protagonista insiste varias veces…se convierte en dos personas hablando sobre ello, algo que el público tiene que creer, al igual que el que haya algo más ahí fuera que los escasos habitantes de la zona y unos escenarios vacíos. Una serie de factores a los que ayuda también los escasos 80 minutos del metraje, con los que acaba siendo posible llevar mucho mejor este ritmo, bastante extraño y principalmente torpe de la historia.
Pues si no es joya oculta, al menos es peli desconocida, porque ni me suena. Eso sí, el argumento me recuerda a un relato que leí hace no mucho, creo que de Isak Dinesen, aunque no me hagas mucho caso, sobre una niña en un cementerio que se comunica con otra niña, en este caso fantasma, y que me resultó muy inquietante.
ResponderEliminarComo veo que no tiene tu seal of approval la dejaré pasar, aunque el argumento de niña siniestra, granja aislada y cementerio me llama la atención. Visto el tráiler y leída tu entrada, miedo me da la película xD.
Estoy revisitando algunas pelis de los dos mil y madre mía qué mal: Session 9, The Skeleton Key... Tampoco hay muchas joyas ocultas.
Bueno, en realidad si que la recomiendo, pero teniendo en cuenta que The Child juega en la misma liga que la trilogia de las puertas del infierno de Fulci: a veces el universo conspira para que toda la torpeza volcada en una película se funcione para convertirse en algo interesante a su manera un poco rara. Además, hay que reconocer que el póster es de los más chulos que he visto en varias décadas.
ResponderEliminarDe los noventa se podrían sacar cosas, d los dos mil diez unas cuantas...pero si me dieran un euro por cada joya oculta de los 2000 que pudiera nombrar no me daba para desayunar en un bar del centro xD