jueves, 5 de enero de 2017

Au de-là des murs (2016). Cuidate de Malp...digo...de la mansión Bainville


A menudo da la impresión de que el éxito en televisión está reservado a los países anglosajones. Sea una serie o miniserie, el inglés es el idioma predominante. Como en el cine, vaya, pero en la pequeña pantalla se nota mucho más. No faltan otras producciones que han tenido su fama merecida (y el correspondiente remake para Estados Unidos), como Les revenants, pero siguen estando en minoría...y en este último caso, reconozco que no pasé de los cuatro capítulos. Una espina que se me quedó clavada en cuanto a tele no anglófona, y por lo ue siempre me acababa fijando en cualquier producción de corte fantástico donde sonara la lengua de Jean Ray. Algo que no tardó en aparecer cuando Arte sacó una miniserie de tres capítulos que prometía mucho..o que en el peor de los casos, solo significaría tres horas perdidas.



Au de-là des murs comienza con uno de los mayores clichés del fantástico: una mujer hereda de un desconocido una mansión antigua. Pero esta situación es mu distinta del tópico que se esperaba: Lisa, la heredera, es una mujer que vive aislada de sus compañeros de trabajo, a los que engaña sobre su vida personal. Aquejada de pesadillas recurrentes, todo indica que ha sufrido un incidente traumático aunque es difícil saberlo. Y, en cuanto a la mansión que hereda, es uno de esos lugares un poco fuera de su entorno en el paisaje urbano, pero que todos reconocemos de alguna calle cualquiera. Una de esas casas antiguas, cerrada durante años, que por algún motivo consiguen mantenerse en pie entre los bloques de edificios modernos. Todavía un poco desconcertada por lo extraño de su legado, Lisa descubre una noche un pasadizo tras las paredes que le conduce a un entramado caótico de estancias de las que es salvada en el último momento por un joven.Este le explica que la casa no parece seguir ninguna norma sobre el espacio. Pero, a juzgar por la forma de hablar y la vestimenta de su nuevo compañero, tampoco el tiempo.
 



Quizá como resumen haya quedado algo largo, y eso sin llegar a referir todos los elementos principales de la trama. Pero es el mínimo necesario para conocer lo más importante. Porque en la historia acaban juntándose elementos muy propios del fantastique, palabro que ha quedado para definir el estilo de muchos narradores francófonos que recurrían a esta mezcla entre lo cotidiano, lo fantástico, y sobre todo, un enfoque mucho más surrealista de la narrativa del que podía verse en el fantástico anglosajón. Es difícil no ver los exteriores de la mansión de Au de-là des murs sin acordarse de la Malpertuis de Jean Ray, ni de muchos de sus relatos donde jugaba con la misma facilidad con las dimensiones paralelas o las matemáticas que con los espectros clásicos



Con un escenario tan simple como dos personajes yendo y viniendo por una casa desvencijada, consiguen crear una atmósfera fantástica: no solo por la simpleza del truco de hacer que el tamaño y la conexión entre cada sala no se corresponda, sino por la creación en estos espacios de situaciones muy sugestivas, como las salas iluminadas por velas, los pasillos que van a dar a lugares que no tienen un sentido aparente, o en uno de los momentos clave, el decorado de un teatro se convierto progresivamente en el bosque nublado que este quería representar. De este modo, la huida de los protagonistas toma un carácter mucho más pesadillesco, done no hay un sentido aparente, pero también muy simbólico: los pasillos, los salones, y sobre todo, la presencia del agua como elemento clave en la psicología y el trasfondo de la protagonista.



Contando solo con dos personas llevando el peso de la trama, la caracterización de estas tiene una mayor importancia: ambos aparecen marcados por una pérdida en sus vidas, que será una factor clave en cuanto a lo que pueden encontrarse en los distintos escenarios y que la mansión, presentada como antagonista, crea a modo de trampas. Pero también es esto lo que motiva su forma de actuar y justifica que a menudo el sentido común o el de la supervivencia no sea muy habitual en ellos. Y sobre todo, que estos resulten interesantes: poco se sabe de Lisa, de su tendencia a ocultar su vida privada o por qué ha llegado de vivir de manera errática. Julien, en cambio, es un personaje más de novela pero muy entrañable: en algún momento asume el papel de guía, en otro el de víctima en apuros y su presencia sirve también para aportar un giro muy particular.


Au de-là des murs ha sido más que una miniserie, una película dividida en tres partes. Pero una incluso mejor que muchas producciones que llegan a superar su duración: sin descuidar la historia, los escenarios y la atmósfera fantastique son una parte clave del guión. Y este, aunque a menudo sacrifique la coherencia en favor de la fantasía y lo poética, tiene una cualidad muy irreal que la hace fascinante. Por lo menos, creo que a partir de ahora no volveré a mirar de la misma forma esas casa cerradas que pueden verse en algunas calles.

2 comentarios:

  1. Con referencias como el fantastique y Malpertuis sólo puede salir algo bueno. Nunca agradeceré lo suficiente haberme apuntado a francés en la facultad xD.

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    1. Yo me apunté a francés por la misma época, cuando las voces empezaban a recomendar que laboralmente el alemán era un idioma muy recomendable. Teniendo en cuenta los libros y películas que he podido disfrutar, solo puedo parafrasear a Edith Piad: je je regrette rien XD

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