¡Estoy nominada! Pero al contrario que el programa ese donde la gente vota para que Mercedes Milá eche a la gente de un inmueble, no me voy a ninguna parte: Kaoru de House of the Silent me ha incluido en un reto que consiste en publicar una cita literaria durante tres días al tiempo que se nomina a otros tres. Como entre los blogs que sigo hay una mayor cantidad de cine y series que dedicados a la lectura, he acortado este requisito un poco y me limito a nominar a uno por día. Eso no quita que a quien le guste la idea, pueda hacer uso de ella.
Si hay un autor que me venga a la cabeza en cuanto se trata de citas literarias, es Thomas Ligotti. Sus escritos contenían cierta carga filosófica (de carácter muy pesimista, por cierto), que se han ido acentuando durante los últimos años. También fue el inventor más o menos oficial del "terror corporativo", un subgénero que..bueno, en realidad se ha inventado el mismo y no conozco a nadie más que lo cultive, pero a grandes rasgos recupera el miedo al vacío, al sinsentido y la burocracia que en su momento pudo reflejar Kafka. Añadiendo otros elementos más modernos: la incertidumbre, la temporalidad, un lenguaje empresarial vacío, o la sensación, mucho más cercana, de que la jornada laboral llega a consumir la vida de una persona. En un entorno donde la frase "al menos tienes trabajo" se ha convertido en un consuelo, y donde el FMI propone trabajar hasta los doscientos años como medida razonable, el primer párrafo de My Work is not yet done es bastante adecuado:
Siempre había tenido miedo. Sin embargo, por autocomplaciente que esto pueda sonar, nunca creí que esto fuera causa de vergüenza o lamento, incluso a pesar del insoportable sufrimiento que puede implicar un rasgo así. Me parecía que la mejor gente, al menos como esta la consideran, no puede sino revelar una buena porción de miedo e inseguridad, incluso de pánico absoluto".
Thomas Ligotti - My Work is not yet Done
Hoy queda nominado La mano del extrajero, y mañana seguimos con la segunda parte.
Me ha encantado la cita, quizá precisamente porque yo soy muy insegura pero con los años he aprendido que el miedo no es algo malo ni de lo que deshacerse, sino que controlar. :)
ResponderEliminarY también me ha encantado la cita-imagen del principio. Realmente, es todo un misterio.
En cuanto vi lo del reto de citas, decidí que aquí los mininos no podían pasar sin unas frases dedicadas también :)
ResponderEliminarLigotti me gusta mucho, y precisamente esa frase me ganó porque reconocía perfectamente esa sensación de miedo, que con el tiempo, también acabó convirtiéndose en una parte de mi carácter, de una forma muy parecida a la que describes.
Acuso recibo del reto de citas, aunque me tomo tiempo. Como suele pasar en alguien afectado por por un caso agudo de incontinencia bloguera, estoy pensando en ampliar el número de las tres citas, e incluso combinar las literarias con las cinematográficas.
ResponderEliminarDe los tres autores que tú incluyes, Ligotti, como bien sabes, ha sido mi gran descubrimiento de este curso pasado, y tengo pendiente todavía su tercer volumen en Valdemar. "La conjura de los necios" la comprá hace mil años y todavía no la he leído, aunque creo que me va a gustar mucho (tal vez es cuestión de tenerla en una parte poco visible de la biblioteca). En cuanto a Terry Pratchett, tampoco lo he leído, pese a tener buenas referencias de amigos con gusto por la literatura fantástica, y quizá aquí obra la pereza de que el MundoDisco tiene un listado muy extenso de episodios. También creo tener algún título, de modo que no descarto que caiga algún día.
Apruebo la decisión, no tiene que limitarse a tres y si hace falta, se recurren a sus múltiplos. Además, después de más de un siglo de cine hay suficientes citas como para echarlas en falta cuando uno de estos retos se ciñe solamente a los libros.
ResponderEliminarTeatro Grotesco es el que más me ha gustado de los tres que Valdemar editó de Thomas Ligotti, y precisamente en esa antología es donde aparecen sus primeros cuentos de "terror corporativo". Nuestro supervisor temporal es un buen ejemplo, y en el caso de Teatro Grotesco o Las ferias de gasolinera, le da un repaso muy cínico a los ambientes artísticos.
De Pratchett debo reconocer que, pese a lo amplio del Mundodisco y su vocación cómica, es mucho más fluido que la saga de Douglas Adams, donde por comparación todo se desliza demasiado hacia el absurdo y los chistes llegan a chorro. Me atrevería a decir que es muy superior a este...y quizá después buscarme un lugar seguro en las montañas para esconderme durante una temporada. En todo caso, salvo las novelas en las que se presenta a un nuevo personaje, que podrían ser necesarias para seguir algún detalle, gran parte de ellas son independientes y siempre hay alguna mención extra sobre estos, por lo que es muy sencillo aproximarse. Además puedo asegurar que ninguno de sus libros me ha durado más de dos tardes.
La conjura de los necios es un libro que siempre recomiendo, y a veces, medio en broma (o en serio, según se mire): a menudo he comentado que en lugar de textos de autoayuda es mucho más útil ver el desfile de personajes creados por Toole.