Desde que empecé a seguir cada entrada que Manel
Loureiro publicaba on-line de
Apocalipsis Z, siempre he tenido cierta preferencia por las historias de
zombies ambientadas lejos de su escenario habitual, que suele ser cualquier
ciudad de Estados Unidos. Lo mismo pasó con mis capítulos favoritos en Guerra
mundial Z, o con los policías que descoyuntaban infectados en un arrabal
francés de La horde. España, en cambio, se fue quedando limitada a las
aventuras de Lúculo. Y no era por falta de material, porque muchos escritores
habían contribuido al género, llegando una editorial a contar con una colección
específica.
Los caminantes de Carlos Sisi es una de las sagas más
conocidas, y también de las más amplias, con cuatro volúmenes, donde se narra
la aparición de una epidemia que…bueno, es una novela de zombies y esto era de
esperar, Aquí lo interesante serían los habitantes de Carranque, un centro
deportivo reconvertido a asentamiento de supervivientes, y los personajes que,
por un motivo común, llegan hasta allí un tiempo después: estos han sido
atacados por hordas de muertos vivientes que parecían saber bien hacia donde
dirigirse. Entre ellos se mueve sin sufrir daño alguno un sacerdote, quien
además de ser capaz de ejercer cierto control sobre los cadáveres, está
convencido de ser el agente del Juicio final y eliminar a quienes él considera
pecadores e impíos. Que viene a ser más o menos todos los que hayan tenido la
suerte de estar vivos hasta la fecha. Los afortunados que han conseguido llegar
a Carranque creen haber encontrado la seguridad en un mundo donde los muertos y
los saqueadores se movían libremente por las calles. Pero su llegada supondrá
también el mostrarle, sin querer, el lugar al que el Padre Isidro se dirigirá
para continuar con la labor que él cree que le ha sido encomendada.
Esta es la primera novela del autor, que también comenzó
publicándose en la red de forma periódica. Un formato que se nota mucho al
suponer que la narración en los capítulos sea muy similar a la de una novela
por entregas. Especialmente en los primeros, donde se describe de forma rápida
los primeros pasos de la infección y da una visual a grandes rasgos del
entorno: la aparición en las noticias de la epidemia, los incidentes en los
hospitales y los primeros eventos aislados que son presenciados casi por
extras, personajes a los que se da nombre y de los que no se vuelve a saber.
Salvando las características de este tipo de narración, y que a veces se nota
que es la primera novela, se agradece mucho ese estilo tan rápido, muy
cinematográfico (porque recuerda mucho a los clips de noticias que sirven de
introducción en algunas películas de zombies) y que a la vez, sirve como una
ambientación muy efectiva: los pasajes sobre disturbios dan paso a otros muy
calmados, donde los personajes presencian la progresiva pérdida de los
servicios básicos y como estos se marchan de las ciudades de forma progresiva,
casi lógica, y que da una mayor sensación de tensión que cualquier procesión de
zombies inundando la calle.
Planteada también de forma coral, los capítulos siguen las vivencias de los
distintos personajes hasta que estos confluyen en el escenario común. Es en
ellos donde se encuentra uno de los fallos más importantes, ya que no terminan
de enganchar: en general, todos cuentan con una valentía estándar necesaria
para afrontar las tramas claves del libro, y si bien cada uno cuenta con sus
características propias, todas estas se resumen en unos protagonistas valientes,
nobles, astutos y nada torpes. Esto hace que en más de una ocasión parezcan los
personajes de una partida y no de una narración. Y aunque este sea uno de los
casos aislados en los que hay un antagonista superior a los zombies, y bastante
interesante, al Padre Isidro adolece un poco de trasfondo: si bien la idea de
alguien que interprete su don desde una óptica que suponga una amenaza para los
protagonistas, y su caracterización externa es interesante, este se queda en
gran parte en un lunático con sotana que grita mucho y se dedica a pastorear a
los zombies a su antojo.
Tampoco termina de convencerme la explicación a la pandemia.
Pero esto es algo puramente personal: en casi todos los libros y películas, los
intentos de dar una explicación a los zombies suele ser muy poco satisfactoria,
y eso llega a incluir también la que aportan en La noche de los muertos
vivientes, y que sería sustituída por una mucho más ambigua y atractiva. En
este caso, implica teorizar varias páginas sobre enfermedades neuronales y el
comportamiento del virus zombie. Como si los cadáveres deambulando por una
ciudad y un loco convencido de que es el Apocalipsis no dieran ya bastante
miedo.
Los caminantes supone, cuando menos, una novela divertida:
publicada en 2009, era el momento justo para poder disfrutar de un escenario
zombie donde muchos de sus lectores podrían haber paseado y donde los martillos
y las mazas son más comunes que las armas de fuego (aunque tampoco faltan
algunos párrafos mencionando varios modelos. Donde me perdí mucho). Y, si bien
resulta un poco escasa, notándose que necesita una segunda entrega para seguir
desarrollando la historia y sus personajes, no tiene nada que envidiarle a
mucha de la ficción sobre zombies traducida del inglés. Y lo de zombies, más
acertado que nunca: en este caso, no duda en utilizar la palabra zombie para
referirse a sus criaturas, cuando generalmente se intenta huir de ella
buscándoles otro nombre. Nombres que aquí tampoco faltan, llamándolos espectros
en alguna ocasión. Cosa que entiendo perfectamente, porque la de veces que me
he devanado los sesos buscando sinónimos cada vez que hago una entrada sobre
ellos.
El estilo folletinesco hace que sea muy dinámica y divertida de leer. La pega es el desarrollo de los personajes, pero a mí me resultó una novela muy divertida.
ResponderEliminarNunca he sido yo de zombis... no sé, son feos.
ResponderEliminarTe he nominado al tag Tres días, tres citas; así que, si te animas, ya sabes.
Anacrusa: La velocidad de lectura y el dinamismo de la historia son lo mejor, aunque precisamente, no hay grandes personajes. Son todos muy estándar. Y con la explicación científica tampoco quedé muy contenta. No sé si seguiré con la saga pero al menos esta me entretuvo.
ResponderEliminarKaoru: bueno, a estas alturas te habrás imaginado que soy de las personas más beneficiadas por la moda zombie XD. Eso sí, para encontrar lecturas interesantes hay que navegar entre cosas muy podres..
He visto el reto, estoy desempolvando los libros y mañana lo empiezo.