jueves, 29 de septiembre de 2016
Necronomicon Z (Alberto López Aroca). Z de zombies, no de serie.
Partiendo de la idea de que si se juntan dos cosas que nos gusten, el resultado tiene que ser todavía mejor que por separado, en el mundo de la ficción las posibilidades son muy amplias: Tterror y ciencia ficción, vampiros y hombres lobo...y los zombies, que son los más versátiles, prácticamente con cualquier género y escenario. Incluso han tenido sus roces con uno tan abstracto como los Mitos de Cthulhu, aunque solo fuera de refilón, y con unos resultados bastante memorables. Porque hoy la palabra Necronomicon recuerda, o bien a las criaturas de H. P. L o al bueno de Ash Williams combatiendo demonios con más desparpajo que ingenio.
En realidad el libro de Aroca no se queda en un simple guiño, sino que se adentra de lleno en los mitos de Cthulhu, siendo las ciudades inventadas por H. P. L el escenario en el que se mueve un grupo de personajes que han coincidido en ese lugar por distintos motivos: son los años 50 y Arkham se ha convertido en una ciudad universitaria de tercera, a la que varios personajes llegan por distintos motivos. Dos criminales han sido contratados por un juez para obtener una copia de un libro guardado en la universidad. Un escritor de novelas pulp llega a la ciudad en busca de una mujer llamada la Dama Whateley. Y Goody Fowler, la bruja protagonista de una balada local, ha regresado tras varios siglos para vengarse, usando para ello el Necronomicon, cuyo sobrenombre de "el libro de los muertos" no es solamente una metáfora.
En principio, la novela se ha planteado como una historia coral, en la que personajes muy secundarios juegan un papel determinante en ciertos momentos, algunos muy breves. Así la primera parte cuenta con dos o tres de ellos que desaparecen rápidamente una vez la trama se pone en marcha, y no llegamos a encontrar a los protagonistas como tales hasta bien entrada la segunda parte del texto. Al menos en su mayor parte se trata de un mosaico donde se muestra la ciudad, y la situación de esta veinte años despúes del último relato escrito por H. P. L, a través de los ojos de sus habitantes. Que son a menudo mezquinos, culpables, inocentes, pero también sorprendentemente reales para una ciudad tan ficticia como Arkham.
Además de recrear muy bien, y sin concesiones a la idealización, una ciudad que los lectores de H. P. L. conocen muy bien (y que para qué negarlo, nos encantaría poder visitar), otro de los aspectos más positivos del libro es el uso de las referencias. No faltan menciones a los lugares comunes de los Mitos de Cthulhu, e incluso, a algunos de los relatos que los precedieron, como Arthur Machen, que se integran muy bien como parte del escenario y no dan la impresión de querer saltar cada dos por tres: que un personaje se llame Hutchinson, o que se hable del vinum sabbati, son guiños que pueden ser reconocibles o una parte más del Arkham descrito por Aroca. Este consigue además salir muy bien parado de uno de los aspectos más difíciles, como es el recuperar a dos de los personajes más destacables de H. P. Lovecraft, y además de integrarlos en una parte de la trama, darles un carácter propio, que no parece una invención, sino una ampliación de los creados por Lovecraft: algo así como la forma de ser de Randolph Carter o Richard Pickman en la que su escritor original prefirió no explayarse.
En cambio, hay muchos elementos que lastran el conjunto: en un principio, la narración resulta un poco errática, se saltan de un personaje a otro, dedicando demasiado tiempo a describir cómo estos van cayendo como moscas y queda la impresión de no saber muy bien que es lo que se quiere contar. Además, el texto no pretende esconder los momentos más gore o escabrosos, haciendo que en muchos casos, o bien pone a prueba las tripas del lector, o se acaba perdiendo en situaciones gratuitas que no aportan nada: ¿de qué sirve dedicar varias páginas a describir a un personaje cuyo hobby es torturar gatitos si al final es eliminado sin terminar de aportar a la trama? Realmente, habría disfrutado mucho más la historia sin unos párrafos revuelvetripas gratuitos (si los zombies se comen hasta al apuntador me parece bien, pero preferiría que cualquier minino, perro, hámster o guacamayo estuviera a salvo de la escabechina). Al personaje de Goody Fowler también le pasa algo parecido: si bien su caracterización como alguien hedonista hasta el extremo, sin intención de acabar con el mundo, despertar a Cthulhu ni ninguna de las pretensiones típicas de los villanos lovecraftianos, es interesante, esta acaba perdiendo fuerza e intenciones debido a la extensión de los capítulos que le dedican. Una parte importante del libro está destinada a contar su vida y tropelías, que si bien están presentadas con mucho humor negro por lo excesivo, llega un momento en el que el exceso aburre, y el personaje acaba convirtiéndose en una especie de parodia de situaciones hentai y de situaciones gore. Mejor dosificada está la aparición de su contrapartida, la Dama Whateley, que se reserva para el último tercio del libro y que se convierte en un personaje bastante mas equilibrado y simpático.
En el fondo, Necronomicon Z no es tanto una novela de zombies como una lovecraftiana, donde los muertos vivientes se convierten en algo secundario, muy breve, pero que no produce la impresión de ser un añadido para poder incluirla dentro del género, o colección donde se engloban los últimos libros con cadáveres ambulantes. Tampoco es una historia redonda, y en una parte importante de esta, pesan demasiado situaciones que no aportan mucho y la tendencia hacia lo excesivo. Pero en conjunto, especialmente hacia la segunda mitad, el balance se vuelve positivo: la recreación de Arkham, la caracterización de personajes que consigue hacer suyos con facilidad, e incluso el integrar una trama de zombies con un gran número de elementos de los Mitos de Cthulhu, compensa de sobra sus defectos.
Vendida, me la apunto.
ResponderEliminar¡Adjudicada al caballero por una entrada y una foto de gatico! XD
ResponderEliminarEn conjunto, pese a los momentos un poco bestias que tiene, es bastante divertida.
No la conocía. Yo ya sabía que de Lovecraft había mucha obra derivada, pero hasta que no leo tus entradas no me doy cuenta realmente de la magnitud xD.
ResponderEliminarEspero con ganas 'Force of Will', un anime basado en los mitos de Cthulhu.
Lo de Lovecraft es todo un caso..hay por ahí una legión que reclamamos todo tipo de obra derivada e incluso de piezas protagonizadas por el autor.
ResponderEliminarAyer vi el tráiler de Force of Will y me quedé pasmada. Lo único que conocía sobre anime de los mitos de Cthulhu era uno donde reconvertían a los primigenios en personajes chibi (además de los usos poco cristianos que en el hentai le dan a los tentáculos). Al menos, lo que presentaba este adelanto me gustó hasta que apareció el primer primigenio, que se parecía demasiado a los engendritos que salían en Neon Genesis Evangelion.