jueves, 18 de agosto de 2016

Lecturas de la semana. Viajes e historias



Aún quedan un par de semanas de verano, y aunque no salga mucho (porque el termómetro psicópata del centro de la ciudad sigue marcando una temperatura que ni el Monte del Destino), no viene mal algún libro sobre sitios curioso que visitar o alguna historia donde nos adviertan de los peligros de salir al exterior. También podría irme al bestseller del verano, pero..ni me he enterado cual es este año, y probablemente no fuera ni la mitad de divertido.



 Marco Besas. La España oculta. Se trata de una recopilación de lugares curiosos  de toda la geografía española, sin más requisito que se salgan un poco de la norma turística habitual. Así pueden convivir perfectamente capítulos dedicados  a formaciones naturales y la leyenda que las acompaña, castillos poco conocidos o incluso monumentos y parques mantenidos únicamente por sus creadores, una Giralda perdida en un pueblo catalán hasta un enorme Mazinger Z en una urbanización.

 El estilo al principio resulta un poco serio, muy lejos del tono desenfadado al que estaba acostumbrada en otros libros o incluso en programas de radio donde trataban el tema, hasta que se supera el segundo capítulo, donde es mucho más fluido. Casi es como esa gente que al principio parece muy distante y seca, y que acaban teniendo una conversación muy amplia y hasta su punto de humor. De hecho, a partir de los siguientes, se hace más cercano, mezclando anécdotas personales de sus viajes con las historias que acompañan a cada lugar, sean leyendas o hechos reales. Además, el libro funciona como una auténtica guía de viaje, al incluir al final de cada capítulo las coordenadas en google y una indicación sobre como llegar. Salvo, claro, la isla de San Borondon, que sigue siendo bastante difícil de encontrar.



 Alberto Granados. Leyendas urbanas. Últimamente los creepypastas les han quitado bastante espacio a los mitos urbanos, y se nota porque, aunque sea un libro bastante reciente, no hay muchas novedades. Estas historias de boca en boca parecen haberse quedado en la chica de la curva, las arañas con tendencia a poner huevos en los tímpanos ajenos, los peligros de los restaurantes chinos, jeringuillas escondidas a mala fe en los cines y pechos de silicona que explotan en los aviones. Vamos, los grandes clásicos de los ochenta y noventa, con la excepción de algunas recientes como la gente secuestrada en los probadores de las tiendas chinas o la burundanga.

Cada una de ellas se narra en forma de relato tal cual, en primera persona o con nombres que recuerdan al país de donde son más populares, junto a una explicación breve de cual puede ser su origen o una posible moraleja que estas pretendan trasmitir. Que generalmente solían ser el de la precaución, o,  según tenían orígenes más antiguos, eran de una total desconfianza a los extranjeros y a todo que oliera a nuevo. La verdad es que tampoco ahonda demasiado porque el libro es muy somero y da como referencias más amplias a Jan Brunvand, un estudioso del tema, y el trabajo en España de Antonio Ortí y Josep Sampere. En el fondo, se queda un poco en una lectura muy corta, de pasar el rato, de recordar historias que hoy practicamente han quedado en el olvido, y de paso, conocer unas pocas nuevas. En caso de querer algo más amplio, donde se conozca un poco más el tema, es preferible irse a Leyendas urbanas en España, de estos últimos, que pese a tener ya quince años, refiere un montón de historias e incluso desmonta con bastante sorna muchas de ellas.

2 comentarios:

  1. Me interesa mucho La España oculta. Lo buscaré.

    ResponderEliminar
  2. Pese a las primeras páginas, me gustó mucho. Tiene bastantes ideas para ver sitios curiosos en coche.

    ResponderEliminar