jueves, 14 de julio de 2016

El regreso de la momia (2001). Aventuras para toda la familia. Pero para una muy ñoña




Aunque la tele se haya quedado como ese aparato enchufado al dvd, y como mucho, en la encargada de hacer ruido  de fondo mientras hago otras cosas, el verano juega a su favor: terminada la programación regular, la emisión de cine es una alternativa bastante útil. Y el que emiten no son estrenos ni mucho menos, pero lo fueron por estas fechas. Producciones que hace 10, o incluso 15 años, movieron al público a las salas, o que lo intentaron. Que en su mayoría también ví durante esos años, me entretuvieron, o me decepcionaron, y de las que no me volví a acordar hasta que me encontré con los créditos de entrada durante el prime time de cualquier semana de julio.

 


La Momia fue uno de esos casos: la película de Stephen Sommers era una cinta de corte fantástico y aventuras, donde se aprovechaban al máximo unos efectos digitales que se convertirían en norma años después. Una mezcla de escenarios pulp, humor muy blanco, acción y despliegue de medios que fue un éxito, quizá por la novedad de estos últimos, y que dio lugar bastante rápido, a una secuela: dos años más tarde, El regreso de la momia continuaba con las aventuras del aventurero Rick y la bibliotecaria Evelyn, para los que haberse enfrentado a la maldición que pesaba sobre una momia egipcia ha supuesto un cambio en sus vidas: no solo se han casado y formado una familia, sino que se han convertido en una pareja de arqueólogos muy similares a Indiana Jones. En sus expediciones no faltan saqueadores de tumbas, cultos egipcios e incluso el propio sacerdote Im Ho Tep, su antiguo enemigo. Que como buena momia, no se está quieta en el sarcófago, sigue buscando a la reencarnación de la mujer que ama, y de paso, un ejército perdido en el desierto egipcio que le servirá para dominar el mundo.

 



La primera parte, aunque muy simple, funcionaba por la falta de pretensiones: era una historieta de aventuras, con unos personajes tan sencillos que recordaban a las aventuras de siempre, y donde se mantenía el equilibrio entre la acción y la narración. La secuela, en cambio, lo pierde para caerse del lado de la acción sin motivo: el ritmo es muy trepidante, y no van a faltar las persecuciones por tierra, mar y aire, las peleas a puñetazos, los duelos a sable, ni las secuencias donde muestran todo lo que puede hacer un ordenador. Pero se olvidaron del guión, que se limita a ser un poco una excusa para repetir el viaje de la anterior entrega: se busca, además de la momia, un objetivo nuevo al que los héroes y los villanos deben llegar a contrarreloj, una trama que resulta demasiado parecida a la original, visitando lugares muy parecidos, giros que se han visto antes, y situaciones que inevitablemente recuerdan a lo que había funcionado en la anterior. No hay una historia nueva, ni una evolución, solo se limitan a transitar por un camino que conocían y que les va a llevar a blockbuster de éxito que pretendían.

 


 
En realidad, esa sensación de contar algo muy parecido no es el mayor problema del guión, sino la falta de coherencia respecto de su predecesora: su trama giraba en torno a la protagonista, quien resultaba ser la reencarnación de la amante de un sacerdote egipcio. Algo bastante importante que contradicen al sacarse de la manga una nueva villana que acompaña a la Momia, que, salvo su papel como reencarnación, se desaprovecha mucho al desconocerse cualquier otro trasfondo sobre ella, al igual que todas las secuencias en Londres, cuyo potencial para enriquecer la historia en los primeros momentos, con un grupo de sectarios moviéndose tranquilamente por el museo de Londres, se limita a ser otra excusa para que los personajes corran, salten, y se enfrenten a momias generadas por ordenador. Es más, las reencarnaciones parecían estar de oferta en la secuela, porque es un recurso que emplean durante toda la película, haga falta o no: la protagonista sigue reencarnada, pero en una princesa egipcia distinta, y su marido también tuvo sus pinitos en otra vida como jefe de la guardia, pero habría sido más útil el intentar mantener una coherencia con la historia anterior que el intentar establecer una conexión tan vaga.

 


Los personajes también han sufrido una pérdida de carácter importante por este desequilibrio entre el guión y los efectos. Simplemente, no hay química. Ni empatía, ni conexión entre ellos. Los Evelyn y Rick que aparecieron anteriormente tenían su punto entrañable por su simpleza, pero aquí no son capaces de mostrar demasiada preocupación por ellos mismos o por su familia, hasta el punto de que la pérdida de un ser querido no llegue a parecer un golpe para ellos, ni un momento dramático para el espectador, sino un par de diálogos, con bastante desgana, donde se limitan a comentar que alguien ha muerto. Tampoco se les puede culpar teniendo en cuenta que el personaje del hijo de ambos es uno de los mayores niños repelentes que se han visto en la última década: metomentodo, resabiado, y con una actitud que parece más propia de Macaulay Culkin en solo en casa que en una de aventuras de época. Quizá la idea fuera que este se encargara del alivio cómico que hasta entonces había llevado John Hanna, en el papel de hermano de la protagonista, pero sin la poquita gracia que este tenía.

 
El regreso de la Momia más que una secuela es un duplicado: de escenarios, de tramas y hasta de personajes. Quisieron ir por lo seguro, ofrecer más espectáculo que historia, y se olvidaron que esta es importante. Aunque, con todo, lo primero funciona, y las escenas de acción son lo más divertido de la película e incluso ha conseguido que me quedara a verla después de varios años. Claro que ponerse exigente con una película que encuentras por casualidad en la tele es bastante difícil.

 

2 comentarios:

  1. La primera me gustó, esta segunda, pues bueno, más de lo mismo y peor, pero pasable. Con la que ya no pude fue con la tercera, 'La tumba del emperador dragón'. Y menos mal que no sigueron estirando el chicle, que en la siguiente ya les veía con el niño repelente en Chichén Itzá xD.

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  2. La primera la llegué a ver alguna tarde no hace mucho y pensé "ah, bueno, tampoco estaba tan mal. Sigue siendo divertida". La segunda envejeció mucho peor, y si ya esos personajes cómicos eran difíciles, quince años después chirrían...¡Nos han convertido a Imhotep en un coco para los niños! La tercera no llegué ni a verla, aunque pensándolo bien..habría sido divertidísimo ver una cuarta titulada "La familia O´Connell contra las momias de Guanajuato" XD.

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