jueves, 26 de mayo de 2016

Lecturas de la semana. Los noventa y la tele


Sorprende un montón ver la cantidad de libros nostálgicos que han salido en dos o tres años: la egb aparece en casi todos los títulos y a los ochenta se han convertido en la década más popular de la historia, aunque los noventa empiezan también a asomar por ahí la cabecita. La mayoría son lecturas muy ligeras, pensadas para que el lector asienta con una sonrisa cada vez que encuentre las palabras Nocilla, Supertele o La bola de cristal…y creo que con esto de ser tan breves y entretenidas me he debido de leer todo lo disponible. Bueno, no todo. Un libro que había por ahí sobre la historia de la mili ya me quedaba muy lejos.

 


Mike Medianoche. No me toques los 90. Antes decía que casi todos los libros que mencionan décadas anteriores tiran a simples, pero este es todo lo contrario: un repaso a lo que dio de sí la década de los noventa en España, con bastante preferencia por el mundo de la televisión, la música, el cine, y en menor medida, por algunas de las modas e incluso bebidas que tuvieron su popularidad entonces. Lejos de tomarse con ironía esos años, o de hacer mofa de algunos de los momentos y presentadores más risibles, repasa esos diez años con mucha objetividad, salvo en algún momento donde señala cosas especialmente ridículas o (las menos) sobresalientes. Todo ello con un gran detalle: cada capítulo cuenta con una información somera para situarse, fechas, nombres concretos e incluso con alguna entrevista a personas concretas de entonces, que lo mismo podía ser un presentador o incluso una concursante de menudas estrellas que pudo disfrutar después de carrera musical.

Incluso los últimos capítulos no relacionados con lo audiovisual sean mucho más breves, también tienen su interés: son un repaso a bebidas hoy desaparecidas, como las de Radical Fruit Company o la famosa Cherry Coke y a modas hoy impensables como los tazos. De lo que resulta bastante gracioso leerlo, sobre todo, por tratarse de aspectos que aún no han sido demasiado machacados, y sobre todo, por el buen trabajo que hace su autor. En el aspecto negativo, es una lástima que con un repaso a la televisión tan amplio, se queden fuera programas como Pinnic, una producción muy inventiva en unos años en los que más se recuerda es a Leticia Sabater, y que era uno de mis programas favoritos. Y sobre todo, algo que no tiene nada que ver con la calidad o el estilo del libro: en sus páginas recordé las interminables galas de Sorpresa, Sorpresa, las de Polvo de estrellas mientras en los otros canales no había otra alternativa que fútbol o telefilmes o mismamente, la presencia de Leticia Sabater. No hay ni una sola cosa que mencione que me haya producido la más mínima nostalgia o recuerdo positivo. Aunque me ha hecho sentirme muy feliz de vivir en el 2016.

 


¡Pechos fuera! Pepe Colubi. Para un libro sobre frases emblemáticas de las series, el mejor título posible era el grito de Afrodita A cuando atacaba. O no: en realidad esta fue una invención, quizá una broma a partir del “¡Fuego de pecho!” que sí pronunciaba. Una buena broma, y un acierto cuando la idea del libro es precisamente, reflejar las frases y coletillas exactas que el público recuerda de las series más emblemáticas de los últimos cuarenta años. Esas que, desde El fugitivo a Perdidos ha llegado a conocer todo el mundo.

Salvo las primeras páginas, donde sí menciona las más populares y que, precisamente, son las que provienen de programas infantiles, lo de las citas y frases va quedando en un segundo plano, limitándose a recoger diálogos que sí pudieron ser memorables, pero no algo que se haya convertido en una cita. En su lugar, realiza un repaso muy personal, algo que el mismo autor reconoce, a las series que más lo marcaron, las que recuerda el público e incluso aquellas que a partir de la temporada 2000 a 2005 supusieron un cambio en la forma y apreciaciones de hacer televisión. En los capítulos, separados entre otros por temática infantil, policiaca, de acción, e incluso el término “dramedy” va mencionando las series que más calaron entre los espectadores. También, de una forma muy suya y con mucho humor, bromeando incluso sobre la indignación del lector si no encuentra en las páginas su serie favorita, o con bastante sorna sobre los clichés de muchas series o sobre las decisiones de los productores. A Bruckheimer y a Aaron Spelling les cae un buen repaso.

De nuevo, tanto la intención como la forma de escribir son muy ligeras: no pretende aportar datos concretos que a fin de cuentas, se encontrarían en la imdb, y algún capítulo podría perfectamente haber sido la entrada de cualquier blog sobre televisión. Pero, igual que una gran mayoría de libros sobre televisión que salen recientemente, busca solo entretener y hacer sonreír un poco.

3 comentarios:

  1. No sé si pasa con todas las décadas, pero yo creo que hay una nostalgia especial en aquellos que crecimos en los 90. No sé, a lo mejor simplemente los cientos de artículos que leo al respecto me llegan porque es mi generación, pero realmente los hay a patadas: de juguetes, de chuches, de programas de TV... ¡Un sinfín!

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  2. Ay los 90, grande década llena de demasiadas cosas! Me gusta la serie Fresh of the Boat porque salen muchos guiños a los que crecimos en esos años. Tomo nota del primer libro porque no lo conocía y me llama mucho la atención para recordar todo lo que no echaremos de menos nunca, ni con nostalgia :P.
    Anda, Radical Fruit ya no existe? La cherry coke sí que se puede encontrar ahora otra vez, pero por mí que desaparezca xD.

    Ains, Pinnic me encantaba!!!

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  3. Kaoru: hace solo un par de años, lo que pegaba fuerte eran los ochenta. Hora de Aventuras e Historias corrientes estaban llenas de referencia a esa época, seguramente porque los creadores eran de esa quinta. Ahora, y seguramente por agotamiento de toda la nostalgia (entre los dibujos, y todos los libros sobre la egb y similares), los noventa empiezan a tener mucha más presencia: libros, menciones en la tele...hasta en los escaparates de las tiendas de ropa, la moda es muy parecida. En el lado bueno de esto, al menos pude renovar las botas Martins sin que me costaran una fortuna.

    Liliana Fuchs: no conocía FResh of the Boat, pero me la apunto para echarle un vistazo. La verdad es que no puedo asegurar al 100% que ya no se vendan zumos de Radical Fruit porque no revisé mucho la sección de refrescos (bueno, de vez en cuando. Pero a mí me gustan los de burbujas), aunque a nivel de publicidad en televisión, han desaparecido. Y para bebidas raras, hace un par de años, Cocacola sacó en verano una con aroma de vainilla. Y algunos picamos. Si es que tenían razón nuestros mayores, los experimentos mejor en casa y con gaseosa XD.
    El primer libro lo recomiendo mucho, por lo detallado de la información. Pero lo gracioso es eso, que nada de lo que menciona me produce la más mínima nostalgia. Y encima Pinnic falta. Con lo divertidos que eran Bumbum y Cualquiercosa..

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