Si la física cuántica es algo que siempre ha resultado
interesante, pero imposible comprender para los legos, no pasa lo mismo con su
versión adaptada para todos los públicos, que serían los universos paralelos y
la posibilidad de desplazarse entre ellos. Esta ha sido una constante habitual
en la ciencia ficción, escrita o televisiva, y ahí están las cinco temporadas
de Fringe que lo demuestran. El tema ofrece muchas posibilidades añadiendo una
pequeña variación en algún momento: ¿Y si los nazis hubieran ganado la guerra?
¿Y si la Inquisición siguiera activa en el siglo XXI? ¿Y si los políticos
fueran honrados? Pero estos, en apariencia, también implicarían una mayor
dedicación y presupuesto a presentar algo que ha supuesto un cambio tan grande.
Otra opción, en cambio, es reducir esas posibilidades a un grupo determinado de
personas y a lo que podría suceder según tomen una u otra decisión. Algo que,
además de resultar más manejable, también sirve para enfocar una historia de
una forma mucho más personal y cercana a lo cotidiano, y en cierto modo,
distinto a los clichés habituales de estos casos.
Coherence ha optado por esto último, llevándolo hasta el
extremo, en cierto modo: es una película en la que no hay más que ocho
personajes y dos escenarios. Quienes, como cualquier otro grupo de amigos
continúan reuniéndose pese a los conflictos y relaciones sentimentales
terminadas que pudiera haber en el pasado. Uno de los temas de conversación
durante la cena es el paso de un cometa, que excepto afectar a las
comunicaciones y una historia relacionada con los incidentes sucedidos durante
su paso hace cien años, no pasaría de anecdótico. Pero lo que parecía una
anécdota empieza a convertirse en algo real: sin comunicaciones, sin luz
eléctrica en muchos casos, y con el exterior de la casa sumido en una oscuridad
absoluta, muchos de los personajes que se atreven a salir regresan cambiados
alguna forma: una herida, el color de la linterna que llevaban, o incluso su
actitud hacia el resto.
Exceptuando la mención inicial al cometa, como elemento fantástico, y el posterior desarrollo del guión, la película podría pasar por cualquier proyección de cineclub donde todo lo que sucede se limita a un grupo de personajes hablando por los codos y afrontando conflictos personales. El comienzo es así tal cual, y se toman su debido tiempo para ir presentando a los personajes, su trasfondo, sus problemas anteriores, e incluso su forma de actuar en un ambiente distendido. Para crear una atmósfera de normalidad, o más bien, de realismo, es correcto, pero en algunos momentos, especialmente la secuencia de la cena, puede hacerse muy larga para alguien que esperara un guión algo más dinámico. Además, el incluir a ocho personajes no es lo más adecuado porque al final, solo hay unos cuatro que parecen llevar la voz cantante, y el resto, se quedan en poco más que secundarios sin más de dos o tres frases y menos caracterización.
En cambio, esto también hace que resulten bastante creíbles:
al menos en cuanto los que tienen más peso, resultan mucho más comprensibles
sus actitudes, e incluso sus miedos, respecto a lo que está pasando. Y, sobre
todo, al consistir la trama en la posibilidad de distintos escenarios
paralelos, es posible ver la actitud y elementos negativos de estos con solo
una pequeña variación en un momento dado.
Esta actitud de los personajes también es uno de los puntos
fuertes a la hora de desarrollar todos los elementos de ciencia ficción: aunque
estos se han caracterizado como gente de un entorno más o menos culto, recursos
y conocimientos, su primera reacción ante las anomalías (que en ningún caso son
algo llamativo, sino que no pasan de la ausencia de Internet o que la luz se
vaya) es el miedo a lo que estos desconocen. En cuanto se aclara el tema
central, en todo momento estos temen encontrarse con los que serían ellos
mismos de las distintas realidades, pero que a la vez, sea practicamente
imposible distinguir unos de otros. Si hubiera que elegir la secuencia más significativa,
sería el encuentro de tres o cuatro grupos disintos, que optan por salir
corriendo en cuanto se ven unos a otros.
Al querer mantener un tono tan real y cotidiano, lo que más
falla es la introducción de la explicación para el espectador: es fácil que
todo lo del cometa salga en una conversación, pero a medida que esto se
explica, no les queda otra que optar por un Deus Ex Machina: de todas las
coincidencias que podía haber, la que sucede es que el hermano de un personaje
sea físico cuántico y mira por donde, este le ha prestado un libro que habla de
la teoría del Gato de Schrodinger y las distintas realidades.
Aunque el arranque, entre tantos diálogos poco
trascendentes, y la explicación de la trama se hagan muy cuesta arriba en el
primer caso, y muy sacada de la manga en el segundo, el mayor acierto se
encuentra en la narración: esta comienza a retorcerse sin que el público se de
cuenta, incluyendo primero pequeños detalles que después, acaban explicándose
en otro momento…o quizá, en un escenario distinto del que comenzó la historia.
Enigmas como pueden ser notas en las puertas, o una caja con fotos de los
personajes y números anotados, se van resolviendo casi al final, donde a modo
de conclusión, es posible echar un vistazo rápido a lo que ha ido pasando en
varios de los escenarios que sin que los personajes se dieran cuenta, han ido
cruzándose en la historia.
Coherence empieza con pinta de drama, continúa como ciencia
ficción y termina mezclando ambos de una forma muy adecuada, en uno de esos finales
que hacen pensar que no estaría mal verla por una segunda vez e ir pillando
todos los detalles que habían quedado perdidos.
Cierto que algunos personajes se desaprovechan, y que la explicación es un poco cogida por los pelos pero el ambiente y el guión son muy atrayentes, y te mantienen pegado a la pantalla.
ResponderEliminarLa vi hace unos meses por las buenas críticas que leía sobre ella, y la verdad es que, a pesar de sus limitaciones, me resultó muy entretenida y mucho más interesante que otras de ciencia ficción con un presupuesto mayor. Muy recomendable.
ResponderEliminarNo tenía previsto verla, pero me ha picado la curiosidad ahora...
ResponderEliminarSatrian: a mi me dio la impresión que el juntar a tanto personaje era para darle un aspecto más realista a lo que podría ser una reunión, pero se nota que no saben qué hacer con la mitad de ellos. La forma de cómo les afectan los distintos universos paralelos, en cambio, es lo mejor de la película.
ResponderEliminarLiliana Fuchs: a mí me gustó la forma de enfocar la parte más de ciencia ficción, y que este sea muy cercano, muy limitado a hacer referencia a las posibilidades que los personajes podrían haber vivido.
Kaour: yo te la recomiendo. Por ponerte un ejemplo, es mucho más cercana a Another Earth que a Fringe.
A mí me desconcertó sobremanera la manera de venderla, casi más como una película de terror que de ciencia ficción, aludiendo a ese cometa que hace que 'pasen cosas', auqnue prefiero que al final haya tirado más por la ciencia ficción. Me recordó a 'Triangle'.
ResponderEliminarSí, por el aspecto parecía que querían presentarla como una historia de terror rara, que no lo es. El único miedo que hay es el de los personajes ante una situación imposible. Y me gustó el detalle de que lo único que afectara a estos fueran elementos muy concretos de sus vidas, en lugar de recurrir a la teoría de universos paralelos más a lo grande. Tengo que apuntarme la de Triangle, entre esta y Another Earth da para una sesión de cine.
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