Hacía mucho tiempo que no me ponía a hablar de películas
mezcladas, un poco porque sí. También es cierto que llevaba el mismo tiempo sin
pararme a ver ninguna en la televisión, tan acostumbrada como estaba ya a ver
lo que yo quisiera cuando quisiera. Pero de vez en cuando te encuentras con eso
que pasaba hace muchos años, de sentarse delante de la tele y pillar una peli a
poco de empezar, lo justito para poder enterarte de qué pasa y quedarse colgada
viendo algo que no tenía planeado ni decidido. Hace un par de días me encontré
con esa situación, cuando los de TVE decidieron ofrecer un par de películas seguidas,
que no había llegado a ver pero que empezaban justo en este momento. Lo cierto
es que, tan acostumbrada que estaba a buscar y decidir lo que yo quería ver,
que esto de ponerme a ver la tele sin más casi
me acaba dando algo de morriña…además de agradecer profundamente la política
de la televisión pública de haber retirado los anuncios. Tal vez debería
plantearme recuperar esto de ver los sábados lo que ofrezca la tele.
Las crónicas de Spiderwick es una de esas películas que
salieron como churros a partir del 2005, cuando Las crónicas de Narnia
redescubrieron el filón de las sagas fantásticas para niños. En esos años no
faltaba un estreno donde lo mismo se adaptara Los seis signos de la luz, que
City of Ember, e incluso Corazón de tinta. Todas ellas acabaron por quedarse en
una sola entrega, bien por falta de interés o de taquilla, pero dieron lugar a
que en estas fechas no faltara una película de fantasía que emitir por televisión.
Al igual que los anteriores, estas Crónicas se corresponden
a una serie de libros, que desconocía, donde el argumento parece bastante típico:
una familia compuesta por tres hermanos se muda a una casa apartada, donde
descubren un libro misterioso, a su guardián, que es un duende con muy mala gaita, y a sus enemigos. Estos
pretenden hacerse con el libro para destruir..o..bueno, para algo lo quieren.
Lo cierto es que en ese momento no estaba mirando la tele y me perdí parte del
argumento, pero tampoco era tan difícil seguirlo: los malos quieren algo en
concreto. Los niños se lo impiden valientemente y de paso, afrontan sus
problemas y se reconcilian con su situación familiar.
Lo cierto es que la principal impresión que me dio esta es
la de ser una película muy normalita: no me pareció nada memorable, y hasta los
niños protagonistas son un poco intercambiables, hasta el punto de que uno de
ellos tampoco llega a hacer gran cosa en la trama. Es de esas veces en las que
te das cuenta de que lo que te cuentan lo has visto antes. Y que a pesar de
todo, te acaba entreteniendo. Porque la película está muy cuidada, y
visualmente es muy bonita. Como en muchos casos, hoy la infografía con la que
crearon a los trasgos y los duendes se nota demasiado, pero el diseño de estos,
de los bosques y sobre todo, de las hadas que aparecen brevemente, es bastante
bonita. Además, aprovechan elementos de esta mitología, como la del paso del
tiempo o la capacidad de estos de hacerse invisible, que sí tienen cabida en
ella y que hace que, aunque objetivamente opine todo eso de normalita, vista
mil veces, o de pasar el rato, me haya parecido una cucada. Y entrañable, para qué voy a engañarme.
Los programadores, o debían estar inspirados, o yo con ganas
de estar sentada en el sofá, porque, sin habérmelo propuesto tampoco, acabé
haciendo sesión doble con Mortadelo y Filemón: Misión salvar la tierra. La
entrega anterior de Fesser no me había convencido, y eso que había sido un taquillaza.
Mortadelo y Filemón estaban allí, lo mismo que el mundo de Ibáñez..pero al
mismo tiempo, no eran ellos. ni me convencía el argumento que habían planteado,
ni la forma de llevarlo, lleno de referencias que podían gustarle al director y
algunos chistes, entre grotescos y absurdos, que tampoco pegaban mucho con los
personajes originales. Ni tampoco esa manía de incluir referencias franquistas por
todas partes. Suficiente como para que su segunda entrega no me hiciera mucha
ilusión.
El primer cambio fue el propio Mortadelo. Edu Soto no se
parece tanto fisicamente como Benito Pocino, pero le saca muchísimo más jugo al
personaje. Los cambios de voz, los disfraces continuos, los mamporros y las
espantadas…hace que este resulte mucho más auténtico junto a un reparto
que viene siendo el mismo que en la
entrega anterior. Y, bueno, Pepe Viyuela parece haber nacido para ser Filemón, y eso es algo que pensaba desde que lo ví en la primera parte.
Además, este ha sido realmente el guión de tebeo que
esperaba: es un poco un revuelto de todo lo que veíamos en los álbumes, desde
los inventos del Bacterio, los mcguffins que sirven para ponerlos en marcha y
hasta los viajes en el tiempo y los personajes secundarios, como El enorme
Matraca o el Señor Todoquisque. Incluso sale Rompetechos, a quien, por fin, lo
han convertido en un señor miope muy cómico, en vez de insistir con aquella manía
anterior de caracterizarlo como un facha.
Dicen que esta no llegó a funcionar tan bien como la
anterior, cosa que no entiendo porque me
parece muchísimo mejor. Hay algunas cosas, como gags que se alargan, o que no
parecen muy bien encajados, que rompen bastante el ritmo..además de un perro
infográfico muy cutre que no queda nada bien con el aspecto un poco más real de
los atrezzos y personajes. Pero consiguió hacerme reír como hacían los propios
comics de Ibáñez y demostrar que sí, realmente era posible hacer una película
de Mortadelo y Filemón como la habría guionizado este.
En ese momento de contaminación cinematográfica de Tierras Medias, Narnias, brújulas doradas, eragones, etc, "La crónicas de Spiderwick" me sorprendió muy favorablemente. Primero por su modestia (en vez de mundos mágicos, una casa enclavada en un lugar mágico), por su aire de "familia" (tiene un aire a "Los Cinco", pero con fantasía). Y luego por su eficacia: entretiene, no fastidia con sensiblerías tontas (solo el rollo de la ausencia del padre, pero tampoco aparece tanto)¡y dura hora y media!
ResponderEliminarEn cuanto a este segundo "Mortadelo" no lo he visto, precisamente porque el primero, pese a algunos buenos gags, no me maravilló. Eso sí, coincido en lo genial que está Pepe Viyuela, mejor que el tal Benito Pocino, cuyo descarado aire amateur acaba haciendo que su Mortadelo chirríe más de la cuenta.
Se nota que entonces las productoras andaban muy perdidas buscando un sustituto para El señor de los Anillos o Las crónicas de Narnia, porque durante esos años parecía que saquearon todas las series fantásticas disponibles.
ResponderEliminarEsta crónicas de Spiderwick efectivamente, no es nada del otro jueves pero es tan sencillita que se agradece. Además, aunque cuente con varios libros detrás, es de las pocas que puede verse como una única producción, no pensada para seguir haciendo entregas.
La de Mortadelo fue la que más me sorprendió..creo que si esta hubiera sido la primera entrega en lugar de la de Fesser, quizá hoy habría una saga con un par de películas más y todavía más éxito en taquilla. Si quieres reconciliarte con las versiones de Ibáñez en pantalla, te la recomiendo muchísimo