Si no hubiera sido por la aparición de Papá Noel en laanterior temporada, a modo de cliffhanger, perfectamente podría haber servido
de final para las aventuras del Doctor. Pero todavía hay ideas, y más desde que
el cambio de Doctor, de trama y próximamente, de acompañante, puede servir para
cambios que, de momento, se han ido viendo en los últimos doce episodios.
Desde luego, ese adelanto fue bastante desconcertante,
porque la serie es capaz de meter practicamente de todo, pero lo de incluir al
propio Papá Noel como personaje, parecía un poco rancio…o podría parecerlo, si
no estuviera Steve Moffat detrás: el único tipo capaz de hacer un especial
navideño homenajeando a Alien y La cosa, y hasta Inception si hace falta. De hecho,
el motivo de la inclusión de este personaje, según avanzaba la historia, me
acabó pillando bastante por sorpresa, aunque quizá también era por haberme
empeñado en lo contrario.
Todo empieza con la víspera de Navidad en casa de Clara
Oswald, de quien el doctor se había despedido. Pero quien llega a visitarla
primero, no es este, sino un arquetipo navideño con trineo, renos y dos elfos. El
doctor llegará un poco después, quien una vez más, necesita su ayuda para
descubrir qué esta pasando en una estación en el Polo Norte: varios miembros de
una expedición se encuentran comatosos junto a un parásito que rodea sus
cabezas y que, para alimentarse, los ha sumido en un estado de sueño. Pero,
otras cosas extrañas están pasando: nadie parece preocuparse por el motivo en
el que se encuentran allí, los suministros se corresponden solo con el número
de supervivientes, y todos se siguen preguntando qué hacen ahí dos elfos y un
reno con la nariz colorada.
La forma de enfocar la historia ha sido un cambio respecto a
los especiales anteriores: frente a las referencias, con Matt Smith, a Canción
de Navidad e incluso las crónicas de Narnia (las de C. S. Lewis, no mi gata),
optan por la ciencia ficción y el terror de una forma inesperada, aprovechando
todos sus elementos: las dos películas que son su principal referente, la falta
de lógica por la que se caracterizan las pesadillas, hasta el humor y la
nostalgia en más de una ocasión, hacen que el capítulo sea mucho más
inquietante e incluso novedoso. Aunque también tengo que reconocer que hasta
ahora, ninguno de los firmados por Moffat me había decepcionado.
Nada tan navideño como un episodio del Doctor Who lleno de nightmare fuel
Además, este sigue en plena forma a la hora de plantear los
guiones en su vertiente más macabra, no solo aprovechando toda la temática
sobre los sueños y pesadillas, sino metiéndose con otros temas más serios,
aunque de forma más sutil, como el paso del tiempo o la negación de la
realidad. Bueno, además de probablemente, espantar unos cuantos niños por el
camino: si en un principio había jurado y perjurado que el Papá Noel que
aparecería era el auténtico, además de no ser malo, ni alien ni nada peligroso.
Pero hay una cosa en la que ha mentido. Porque al papel interpretado por Nick
Frost se le pasan medio especial recordándole que no es real. Aunque al actor,
además de ser una de las caras conocidas en este episodio, esa caracterización
jovial y despreocupada le va muy bien.
A mí me ha gustado más que los últimos capítulos de la serie.
ResponderEliminarHa sido un buen episodio y las referencias -Incepción- a los sueños dentro de sueños y hacer que varias personas no conectadas entre ellas compartan el mismo sueño una genialidad.
ResponderEliminarSatrian: a mi los capítulos me gustaron en general, pero el especial, todavía más.
ResponderEliminarFernando: al tema de las pesadillas le sacan muchísimo jugo (a Steve Moffat se nota que le encanta), y las referencias a Inception me sorprendieron un montón.