lunes, 21 de julio de 2014

Dead Snow 2 (2014). Esta vez con zombies rusos. Y con tanques ¡Y con trasplantes!



Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero cuando la primera es tan floja como Dead Snow, o bien sale algo igual de malo, o solo puede tirar hacia delante y mejorar el producto anterior. Esta ha tenido suerte y le ha pasado lo segundo. También es cierto que esa me había gustado tan poco que no pensaba acercarme a la secuela ni de lejos y con un palito...pero de vez en cuando viene bien tener a mano una película con la que poder quedarse frita sin remordimientos, o con la que se tengan tan pocas esperanzas que sea difícil arrepentirse de haber empezado a ver una de semejante calibre.



Dead Snow 2 continúa la historia que empezó en la primera parte: el único superviviente del batallón de no muertos se despierta en el hospital mientras la policía lo acusa de haber asesinado a sus amigos. Por suerte los médicos han conseguido reimplantarle el brazo que perdió durante la noche anterior, lo que debería ser una buena noticia..si no fuera porque se trata del miembro equivocado: ahora tiene el brazo derecho del coronel Herzog, que no solo cuenta con una fuerza sobrehumana, sino con voluntad propia y con la capacidad de resucitar a los muertos. Pero el batallón nazi no ha desaparecido tras tener su oro de vuelta, sino que quieren completar una última misión: arrasar con la ciudad tal y como se le había ordenado. Los único que pueden detenerlos ahora son la Zombie Squad, un grupo americano especializado en zombies con más ganas que maña, y quizá, los soldados rusos que fueron ejecutados durante la guerra.



En esta entrega han corregido el principal problema de la idea inicial: la falta de contenido más allá de unos monstruos que llamaran la atención. Si esta se quedaba en una serie de asesinatos genéricos con un motivo bastante cogido con pinzas, la nueva propuesta es mucho más variada, tanto en escenarios como en situaciones y personajes. Estos  no se han planteado para que los maten a la media hora, sino para que aporten algo y ante todo, que resulten graciosos: desde los miembros de la Zombie Squad, formada por tres frikis, hasta el empleado locaza del museo de la II Guerra Mundial que resulta ser un secundario bastante útil. Los zombies también han pasado de ser resucitados con una idea fija en la cabeza, para convertirse en unos monstruos algo más carismáticos, hasta el punto de que varios de ellos cuentan con características reconocibles. O lo que es lo mismo: ¡Hay un cienfício zombie! ¡Y tanguistas zombies! ¡No falta de nada! Hasta a la criatura principal, el coronel Herzog, parecen haberle dado también un carácter y habilidades concretas. Y esto también da la impresión de que se están planteando en convertirlo en el personaje principal de una saga, como pudo serlo Freddy Krueger en sus últimas entregas, que explotaban más la parte cómica.

El que el guión tenga algo más de contenido no quiere decir que este sea coherente o que quiera mantener una lógica..más bien han optado por no dar un respiro y que pasen todo tipo de cosas: el público no va a tomarse la película en serio y lo mejor es ofrecerle todo lo posible para sorprenderlo y que se ría sin complejos, de ahí que la mayoría de los acontecimientos sean completamente absurdos, desde la trama del brazo y su transplante, hasta el ejército de nacionalsocialistas zombie resucitando a los muertos para engrosar su ejército. Además de unas cuantas muertes muy gore, que desde un principio era parte de la intención de la serie.



Aún siendo generosos con el cambio de guión, todavía hay punto muy flojos: una cosa es que haya todo tipo de situaciones absurdas planteadas con intención cómica, y otra que el guión funcione a base de que las cosas pasen de forma arbitraria. Quizá lo más cantoso sea el detalle del brazo, que pasa de ser una amenaza potencial a ser un superpoder sin más explicaciones. Pero también hay otros detalles de lo más lamentable, como toda la secuencia para introducir la trama de la Zombie Squad..o que directamente, con la aparición del personal americano, la mitad de la película pase a ser en inglés. Se ha notado enseguida quienes van a ser los principales espectadores. Y los momentos abiertamente cómicos siguen siendo la parte más mediocre. Quizá los plantearon pensando en los cartoons o, casi seguro, en Brain Dead. Pero estos se quedan más cerca de los chistes de retretes de la anterior. En cambio, otros más sutiles dan lugar a momentos muy buenos…y es que me parece mil veces más gracioso un batallón de la II Guerra Mundial, con tanque incluído, desfilando por un tranquilo pueblo noruego, que unos cuantos sketches de sillas de ruedas explotando.


¿Quién no ha salido un día a dar una vuelta y se ha encontrado unos zombies en un descampado? 


Sorprende cómo una película tan floja como Dead Snow tuviera una secuela. Quizá funcionara por su estilo de cine de videoclub, de esas de ver con gente, tomársela a broma y reírse de los protagonistas nulos. Suelo ver bastantes así, pero a esta le faltaba la inventiva suficiente como para que me resultara divertida en ese sentido. Su secuela, aún siendo bastante floja en cuanto a chistes y con el sinsentido de muchos giros, ha funcionado mucho mejor: han optado por tirarse a la piscina y ofrecer cualquier cosa que pueda ocurrir en una pantalla, desde zombies conduciendo tanques hasta trasplantes imposibles. Hay muchas más ganas de inventar, de llegar más lejos y no cortarse, y eso hace que a ratos resulte distinta, a ratos desconcierte, pero que sea muchísimo más divertida, que era lo que pretendía. Además, la escena de después de los créditos, también muy de saga de terror de los ochenta,  abre la puerta a un posible Dead Snow 3. 

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