Los zombies están de moda (y yo no me quejo), y muchos países
han optado por aportar su grano de arena a este tipo de películas. No es raro
ver producciones británicas, francesas o de cualquier otro país potentillo con
muertos vivientes, aunque en el caso de otras naciones es más raro. Era difícil
imaginar que a Cuba llegaran los zombies, pero Juan de los Muertos se ha
encargado de que estos también tengan su sitio en la Habana.
Juan es un tipo de vuelta de todo que se considera un
superviviente. Sobrevivió a Angola, a la peor época de Cuba y a su exmujer. Por
el momento no tiene gran cosa que hacer, exceptuando salir de pesca en una
balsa, y deambular por una Cuba llena de gentes que viven como pueden,
chaperos, carteristas y prostitutas. Con su hija marchándose a Estados Unidos,
y la sensación de vivir en un país que va a la deriva, las noticias empiezan a
hablar de disidentes que causan disturbios en la isla. Pero disidentes es una
forma muy fina del gobierno para referirse a los infectados de un virus zombie
en toda regla, y Juan se dá cuenta en cuanto ve a uno de ellos intentando
morder a todos los que lo rodean. Con el país en caos, se le ocurre una
oportunidad de negocio: ofrecerse a acabar, por un módico precio, con todos los
infectados que todavía se encuentran en las casas y en las calles.
La principal referencia de Juan de los Muertos es Shaun of the Dead, no solo por el juego de palabras del título sino por la forma de adaptar el género de los zombies a una situación y un tipo de humor muy determinado. Si en la película de Edgar Wright Shaun y su familia intentaba sobrevivir a una invasión zombie en un pub, Juan y sus compañeros hacen lo mismo en un contexto muy cubano: el principio se dedica principalmente a mostrar la forma de ver las cosas de su protagonista, y de cómo se toman la vida en la isla. También incluye la trama sentimental, en este caso, la mala relación del personaje con su hija. Todo el guión está marcado por su sentido del humor y una actitud muy latina ante lo que pasa. El tipo de humor es bastante distinto, porque si en una era un humor muy marciano y británico, en esta no se cortan a la hora de explotar tópicos como la picaresca o la vagancia de sus protagonistas. Cuesta acostumbrarse un poco, porque se basa en elementos bastante ramplones. Los gags correspondientes al mariquita de turno desaparecen según lo hace el personaje, pero el amigo chistoso del protagonista es para darle de comer aparte, y aunque el tono se rebaja según avanza el metraje, hay para rato con todos sus salidas cómicas.
De todos, el personaje más interesante es su protagonista,
que da nombre al particular negocio al que se dedican. El personaje de Alexis
de Villegas se presenta como un tipo bastante lacónico y pasota, que se
desarrolla positivamente y que se convierte en el más divertido de toda la
película. El resto pierden bastante por culpa de los estereotipos que
interpretan, y no hay mucho que hacer con el amigo chistoso, la locaza ni el
guapito. También cuentan con la presencia de una actriz española, de la que se
puede decir que por suerte, sale muy poco: se supone que debe interpretar al
personaje más sensato del grupo, pero su registro choca bastante con la forma
de interpretar del resto, y sus apariciones son bastante absurdas: por algún
motivo, decidieron que sería la mar de lógico vestirla como un personaje de
Resident Evil y ponerla a matar zombies en plan videojuego, y ahí se queda con
su vestuario cosplayer y sus frases dramáticas fuera de lugar.
Ahí la tengo aparcada hace tiempo para verla un día, pero sigue sin llamarme lo suficiente.
ResponderEliminarHombre... en la playa hay poco sitio donde esconderse de los zombies... debe ser angustioso :P
ResponderEliminarSatrian: me animé a verla porque la ponían en tv2, casi vino en bandeja, que si no, tampoco me hubiera paradocon ella.
ResponderEliminarMaría Florencia: debe ser la primera película en la que veo a los zombies en la playa...la verdad es que lo utilizan más como recurso cómico que como terror.