Para muchos chavales en los ochenta, Transilvania debía ser una especie de retiro para monstruos, y no solamente Drácula. Algo así como Dunwich o Innsmouth pero en plan clásico. La culpa debió de ser de las películas de la Universal con sus reuniones variadas de monstruos, lo que después se aprovechó en muchas películas cómicas de los ochenta como región exclusiva para mandar a los protagonistas a encontrarse con todo. Solo con ver la palabra “Transilvania” en el título y la foto de dos tíos con cara de susto, ya se sabía de qué palo iba a ser la historia en cuestión, y aunque no fuera a salir una joya del cine cómico, alguna que otra resultó bastante entretenida.
El cartel es lo más gracioso de toda la película
Transilvania 6-5000 empieza con dos periodistas de un diario sensacionalista de esos que tienen fotos del yeti, al que su jefe envía a Transilvania a buscar al monstruo de Frankenstein. Que todo el mundo sabe que tiene que estar ahí, que para eso es Transilvania, y además acaban de ver una cinta vhs que lo acredita. Jeff Goldblum aparece como protagonista y reportero muy poco contento con la decisión (además de tener una cara de arrepentirse mucho de haber aceptado el papel), que junto a su compañero se va hasta la región donde la gente no se toma muy en serio esas historias de Frankenstein, y además el alcalde está más interesado en promocionar la ciudad como destino turístico que como parque temático para frikis.
Cuando termine con esos, espero que vaya a por el mayordomo del castillo. Es el más insufrible
Como no les queda otra, los reporteros empiezan su investigación, que pasa por situaciones bastante reconocibles como una adivina gitana, un sanatorio, los intentos del alcalde y el policía por evitar que descubran la existencia de varios monstruos en la ciudad, y la aparición de estos sin que puedan evitarlo. Lo que no esperaban es que la situación fuera bastante más enrevesada que el frankenstein que buscaban para el periódico, y al igual que muchos periodistas que se ponen a investigar, se acaban encontrando con unos cuantos secretos a mayores y hasta una trama de corrupción en el ayuntamiento de Transilvania, tal cual.
Aunque se esfuerzan a la hora de trabajar con un guión un poco más original que el sacar al monstruo clásico o de moda en el momento a hacer un chascarrillo, y que vaya más hacia una trama done los protagonistas tengan que investigar, y donde los monstruos no sean tales, el resultado es muy flojo. A este no se le puede pedir mucho porque si no, la película no se disfruta, pero su principal problema es que no tiene gracia. Ni los actores poniendo acento de Europa del Este, ni los gags protagonizados por los criados del castillo, que hay unos cuantos, y además de nada cómicos, no pegan ni con cola. Ni, sobre todo, los actores: Jeff Goldblum no tiene ninguna vis cómica, tampoco es que su papel se la pida porque es el sarcástico del dúo, pero se limita de ir a un lado a otro, levantar la ceja con escepticismo y poco más. Hay también una aparición de Geena Davies disfrazada de vampirella, pegando gritos con acento foráneo y enseñando tipo, cuyas apariciones no solo no tienen gracia sino que su condición de vampira no tiene ningún sentido. Solo se salvan, y abriendo mucho la mano, las apariciones del científico, que cambia su personalidad de normal a loco cuando entra en el laboratorio, en un sketch que recordaba un montón a los de Mel Brooks.
Hay muchas películas de la década que tienden a gustarme y a ser más tolerante con sus defectos, por su falta de medios, o en el caso de las comedias, por su humor tontorrón que encuentro entrañable. Pero a Transilvania 6-5000 no le encuentro la gracia por ningún lado, de modo que no hay nostalgia que la salve. Eso sí, tiene una canción de entrada pegadiza.
Y que de lo único que me acuerde de esta película es del timbre con la melodía de Pennsylvania 6-5000 :P
ResponderEliminarPues te has quedado con lo más interesante de la película XD
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