lunes, 17 de diciembre de 2012

El Hobbit (2012) De novela corta a trilogía y aún no tengo claro como


El gato también es de los que va disfrazado a los estrenos

Probablemente esto debió ser lo último que tenía pensado hacer, pero he acabo en una sala de cine, un día después del estreno, viendo una de las películas más esperadas del año después de Los Vengadores. Y es que la vuelta a Tolkien de Peter Jackson tira, y el saber qué demonios ha hecho para poder convertir un libro de doscientas y pico páginas en una trilogía de unas nueve horas en total.


Según El señor de los Anillos fue una obra extensa y difícil de adaptar, que necesitó cada segundo (y por desgracia para muchos, tuvo que quedarse fuera Tom Bombadil), el Hobbit es todo lo contrario: hoy se referirán a él como “una precuela”, pero en realidad es un cuento entrañable en el que Tolkien empieza a presentar la Tierra Media y en el que las aventuras de Bilbo Bolsón, el hobbit al que a su pesar, contrata una compañía de enanos para que los ayude a recuperar su montaña y su tesoro de un dragón, están todavía lejos del Anillo, Sauron y toda la épica de la trilogía principal. Sin embargo, se disfruta igual, sigue siendo un libro muy querido por muchos, y sobre todo, empieza a perfilarse con algo tan simple como un anillo con poderes y las referencias a nosequé nigromante, la saga que vendría después.

Lo primero que me sorprendió de la película fue la sala del cine. Recién estrenada, en una sesión de tarde, y la sala medio vacía. No me quejo de esto porque ya tuve suficientes críos maleducados y frikis emocionados en Los Vengadores, pero parece que la subida del cine se ha notado más de lo que debería, y ni ofrecer tres horas de película sirve para que la gente desembolse ocho euros y pico.



Lo segundo fue, precisamente, el haber conseguido convertir El Hobbit en trilogía…o, bueno, esto no es muy difícil, porque he visto cómo el primer libro de Harry Potter daba para dos horas y media, pero hacer que una película sea entretenida durante sus tres horas, ya lo es más. Los guionistas contaban con la suerte de tener a Tolkien detrás planificando todo lo que pasaba en la Tierra Media y esto les ha servido para añadir a la trama de la montaña de los enanos y el dragón, la aparición de una figura que por lo que los personajes cuentan, puede ser mucho más peligrosa que el anterior. También han optado por añadir unas cuantas referencias a El señor de los Anillos, como el último cumpleaños de Bilbo, un cameo de Frodo e ir presentando la película como la primera aventura del hobbit.


No sé si son cosas mías pero este Gollum parece un mochuelo

Incluso se han incluido las canciones, que En el señor de los Anillos no habían aparecido y fue una de las mayores protestas. Aquí está justificado tanto por necesitar metraje como el que en realidad esta sea una historia mucho más pequeña y menos dramática, y que unos personajes tan fiesteros como los enanos no se cortarían en hacer un número musical en cuanto pudieran (curiosamente, ninguna de las estrofas incluía la palabra “oro”).

El apartado técnico es todo lo que podía esperar…y a día de hoy ya cuesta mucho sorprender al público en su día El señor de los Anillos aprovechó al máximo la tecnología de la que disponían y el Hobbit no iba a ser distinta, por lo que no solo los escenarios y la aparición de los orcos van a ser un despliegue de medios, sino que hasta las secuencias en las minas tienen tienen profundidad y un nivel de detalle que me parece hasta excesivo. Dirán que ha sido rodada a nosecuantos fotogramas por segundo, que es algo revolucionario en cuanto a técnica…pero hace unos años también estrenaron una película en 3d con mucho éxito y no era otra cosa que Pocahontas con alienígenas azules. Por suerte no es el caso, y aunque extensa, han intentado aprovechar toda esta técnica para contar una historia y si es posible, aumentarla. Debería haber sido más corta, pero también es cierto que esos 170 minutos se me hicieron muy llevaderos. Y eso que con El retorno del Rey salí con el trasero cuadrado del cine.


De nuevo, con los efectos especiales, parece que se han olvidado de la caracterización, y aquí se ha notado en la aparición de los enanos: la mayoría parecen los propios del género fantástico, con su aspecto achaparrado, las calvas y las narices de patata, pero otros, tan estilizados (especialmente Aidan Turner, que hizo de vampiro en Being Human. Y el mozo se gasta 1.80) parecen elfos por mucho que la cámara intente hacerlos más pequeños en comparación con Ian McKellen.


¡Va por vosotras, chicas!

La reinvención a trilogía de El Hobbit se cierra con el final de una batalla y la primera aparición del dragón, al que de momento poco se ha visto pero que en la segunda y tercera parte, le pondrá voz Benedict Cumberbatch. Teniendo en cuenta que este se encargará también del papel de Nigromante, espero que a nadie se le ocurra hacerlo aparecer en pantalla o de lo contrario, entre su papel de Sherlock y este último, las fangirls no darán abasto.

3 comentarios:

  1. Si la película me gusta no suele costarme estar sentado unas horas en el cine.
    Yo también pienso que no hay argumento para tantas películas, pero hay que rentabilizar escenarios y demás en taquilla.

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  2. Pues yo me preguntaba lo mismo con respecto al hecho de convertir el libro en una trilogía... Pero, vista la película, ya no tengo muchas dudas. Salí del cine convencida de que ya íbamos por la mitad de la historia (hace ya unos cuantos años que no releo El Hobbit), pero al llegar a casa me he dado cuenta de que sólo ha abarcado 6 capítulos, de los 19 que son. Vamos, que el secreto está en no saltarse ninguna parte del libro, no apurar los acontecimientos, y da para tres películas perfectamente. ¿Que podrían ser dos, o incluso una? Pues sí. Pero a día de hoy creo que también pueden ser tres sin demasiados problemas.
    Que, por cierto, la versión íntegra del libro tiene cerca de mil páginas, sólo que nunca se ha publicado así. He oído que piensan sacarla a la venta el año que viene.

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  3. Satrian: a mí cada vez se me hacen más difíciles las películas largas, me da la impresión que están pensadas para justificar el precio del cine.

    Kaoru Himura-Takarai: igual ahora es un buen momento para lanzar la versión íntegra del libro y tendrá su mercado entre los completistas, pero me sigo quedando con la versión más simple del Hobbit. Un poco como tener las Obras Completas de H. P. Lovecraft de Valdemar pero seguir releyendo la edición de Los Mitos de Cthulhu de Alianza.

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