En la última entrada empecé a hablar de la saga de Resident Evil. Pero no del videojuego, sino de sus películas. Tiene delito que una serie B de zombies y disparos dé para escribir más que una obra seria, pero cinco entregas son muchas entregas. A partir de Resident Evil: Apocalipsis, la saga se centraría especialmente en Alice, o Milla Jovovich, o la señora de Paul Anderson, en sus habilidades mata zombies y los poderes mutantes que fue desarrollando, mientras se encuentra con tal o cual personaje que protagonizó el videojuego. Esta segunda parte sirvió para dejar claro que Resident Evil, como película, era una cosa muy distinta a la franquicia a partir de la que había nacido, y de paso, para cerrar el final abierto de la primera parte, por lo que me dio la impresión de que no seguiría con la serie, pagando o no.
Lo que no me esperaba es que apareciera una tercera parte, y que esta tirara por otro de mis géneros favoritos: el postapocalíptico ¡Y encima con zombies! Así no hay quien se resista, y Resident Evil Extinción empezaba tres años después de la anterior secuela, con el mundo colapsado, caravanas de supervivientes desplazándose de un sitio a otro, y por algún motivo, una enorme sequía que no solo no sirve gran cosa para el guión, sino que en las siguientes partes se la saltan a la torera, y nevará o lloverá según haga falta.
Por lo visto la única vacuna contra el virus zombie es ser tonto perdío
La protagonista, con unos poderes imposibles, se enfrenta a todo tipo de zombies, monstruos varios y hasta se encuentra con un ejército de sus propios clones que la malvada corporación Umbrella sigue desarrollando. No tengo ni idea de para qué, porque a estas alturas no debe quedar nadie a quien venderle sus productos, pero si esta tercera parte sirve para algo, es para olvidarse por completo de cualquier intento de mantener la coherencia del guión: la sequía que mencionan en un principio solo sirve para dar aspecto de desierto y de película del oeste, y si el guionista cree que sería guay ver a Alice derrotando a una familia de supervivientes caníbales asilvestrados, tiene carta blanca para ello.
Con esto, y una tostada, estoy entretenida una tarde entera
En 2010 se estrenó Resident Evil Ultratumba, que, vistas las otras tres, es de lo más potable de la serie: reducen el número de personajes, que no aparecen hasta la mitad de la película, para ventaja de su protagonista absoluta. A esta se le rebajan un poco sus habilidades pasadas de rosca, quedándose en una superviviente con buenas habilidades y, de todas formas, poca lógica le exigen ya los seguidores de la serie. Porque a estas alturas, el mundo de Resident Evil es el de las empresas malvadas que siguen haciendo el mal porque sí, los arsenales de armamento ilimitado y de los supervivientes que, por mucho que se haya acabado la civilización, aparecen divinas de la muerte y llevando unos harapos y trajes de combates que parecen haberse diseñado para esta temporada en Mango.
Es difícil que en una serie tan poco original parezca repetitiva, pero Venganza, su última secuela, es de lo más floja. También es la más absurda de una franquicia cuyos guiones nunca tuvieron mucha lógica, pero esta resulta un tanto cansina, tanto en su forma de filmar, a base de repetir secuencias y hacer cortinillas infográficas, como de escenarios, recurriendo a una mezcla de laboratorio subterráneo y de secuencias de acción en ciudades. Incluso los zombies son sustituidos por unos cuantos monstruos del videojuego, y el final abierto de cara a la sexta entrega da la impresión de no tener guión, directamente.
Mientras se haga caja, las cámaras seguirán rodando. Y es que Resident Evil ha sido una franquicia muy rentable: aprovechan los meses sin estrenos grandes o en los que estos desaparecen de la cartelera, y no dudan en recurrir, en las dos últimas entregas, a las tres dimensiones para ofrecer todo el espectáculo posible. Y lo peor de todo, es que me he quedado con ganas de saber como van a hacer para cerrar la historia, si es que terminan algún día esta serie. Pero de mantenerme informada ya se encargará mi gata, que es la especialista en encontrar archivos, porque lo que he comprobado en los últimos años es que cada día es más difícil pagar por este tipo de cine.
Yo con Extinción creía que tenía bastante, pero aun me ví la siguiente.
ResponderEliminarEs que esa última despierta el gusanillo...o por lo menos a mí, con tanto zombie.
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