lunes, 22 de octubre de 2012

Resident Evil (2002-2012). Cualquier parecido con el videojuego es pura coincidencia (1º parte)



Tiene gracia que, con la cantidad de películas de terror que suelo ver (buenas unas, divertidas unas cuantas, y otras malas a rabiar), considere una saga de zombies como un placer culpable, pero las cinco entregas de Resident Evil cumplen tal cual: no me interesa el videojuego en el que se basan, los guiones son cada vez peores y ni siquiera me gustan gran cosa las películas de acción y cosas que explotan, pero en cambio, he acabado viendo todas. Y hasta pagando por alguna de ellas.

 

La cosa empezó en el 2002, cuando alguien decidió que la franquicia de horror japonesa Resident Evil, funcionaría muy bien como película. Supongo que sería porque el argumento, sobre un grupo de fuerzas especiales investigando una epidemia zombie en una mansión-laboratorio, era muy adaptable como serie B, por aquello de sacarse unos cuartos a costa de los fans. Y probablemente, porque sería muy difícil que llegaran a salir churros como Doble Dragon, Super Mario Bros y Street Fighter ¡Menos mal que en los noventa el cine todavía era barato!

 El director fue Paul Anderson, que aunque en las siguientes partes pasaría un poco de trabajar los guiones y todo eso necesario para una película, tuvo una ocurrencia que, aunque no gustó mucho a los fanáticos del juego, que querían ver en pantalla a los protagonistas de su versión en Playstation, sí sirvió para pulir unas cuantas cosas que no funcionarían en cine, y de paso, atraer a personas no interesadas en las consolas: inventarse una historia ambientada en el mundo del videojuego, pero distinta a lo que podía jugarse, y sobre todo, con otros protagonistas. No solo se evitaban las quejas de “no me gusta ese Chris Redfield”, sino que se eliminaban situaciones un tanto absurdas como el que los personajes tuvieran que resolver puzzles cada dos por tres. Con esto empezaba la historia de Alice, una empleada de la corporación Umbrella que, tras despertar amnésica en una mansión, debía entrar en el laboratorio subterráneo que se encontraba bajo esta, para detener a su sistema informático, y de paso, acabar con los zombies causados por la fuga de un virus experimental.



Era difícil que no viera esta película en su día: las de terror, si llegaban a estrenarse, eran bastante malas, y todavía estábamos muy lejos de la moda zombie y de poder elegir las películas que más nos gustaran. Lo cierto es que no estuvo nada mal, quedando como una película de acción muy divertida en la que había un poco de todo: ordenadores desquiciados, laboratorios secretos, equipos de élite e incluso un guiño al videojuego, o al menos, a lo absurdo de los vestuarios de sus personajes femeninos, gracias al vestido rojo de fiesta que lucía Milla Jovovich, en plena base subterránea, matando zombies sin pensárselo dos veces.

 

 Resident Evil recuperó su inversión con creces, y el final abierto daba para una secuela en la que en un principio, aparecerían los personajes del videojuego junto a la protagonista de la primera parte. Si alguien esperaba algo bueno de esa reunión, debió quedarse bastante decepcionado, porque Resident Evil Apocalipsis es un sinsentido en el que su protagonista despierta en una ciudad devastada y empieza a matar zombies, mientras los personajes del videojuego entran en la ciudad por los motivos más bobos, y se dedican a dar vueltas en ella como pollos sin cabeza. El guión no daba la impresión de ser una historia ambientada en el videojuego, sino un fanfic escrito por cualquiera con protagonista imposible y Mary Sue como centro de todo.


Resumen explicativo del argumento
 
A su favor cuenta con una cosa: en el 2004 empezaban a funcionar a pleno rendimiento las formas de…ejem…ver películas sin pasar por el cine ni el videoclub, por lo que, aún siendo bastante floja, pasé una hora y media entretenida viendo una ciudad arrasada por una cantidad de zombies bastante considerable para la fecha, y sin más interés que esperar a cual sería el próximo monstruo imposible que derrotara Alice.

 Resident Evil todavía tiene para rato, no solo en secuelas sino para hablar de él. En concreto, en la próxima entrada, que esta está quedando muy larga.

2 comentarios:

  1. Yo me quedé en la tercera, a mí por lo menos me entretuvieron, y no solo por Milla Jovovich.

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  2. A lo tonto, me he tragado las cinco, y en general entretienen. Otra cosa es que de vergüenza pagar por ellas.

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