Creo que no soy la única que lo estaba pensando
Como dirían los Monty Python, y ahora, algo completamente diferente: una entrada sobre música. Nunca he pasado de subir algún vídeo de grupos que me gustaran, pero Muse es uno de mis favoritos y acaba de sacar disco hace días.
Te odio, diseño gráfico. Espero que estés satisfecho de haberle quitado el trabajo a los ilustradores
The 2nd Law es su sexto album, y practicamente hay un abismo entre este y sus dos primeros, tanto en cuestión de melodía como en letras. Desde los tres últimos han pasado a centrarse en temas relacionados con angustias diversas (valor seguro para todo adolescente como mandan los cánones), un ritmo mucho más caótico y agresivo, a base de guitarras, a usar más arreglos electrónicos y sobre todo, incluir el piano en más de una canción. En los cinco últimos años las canciones siempre incluyen temas sobre la política global o la tecnocracia, hasta el extremo que su disco en directo se llamó HAARP, como el cacharro ese que aseguran que es para investigar auroras boreales y del que por lo visto, no se fía ni su madre. Lo que no ha variado es la particular voz de Matthew Bellamy, capaz de un falsete que, cuando lo escuché por primera vez haciendo una versión de Feeling Good, me pareció que este tipo no cantaba, maullaba. Menuda diferencia con el vozarrón de Nina Simone, pero llamativa era un rato.
The 2nd Law es muy diferente tanto a esta versión como a los discos de esa época, y más parecido a Resistance, del 2009: la primera canción llega a parecer parte de una banda sonora, y es bastante más pausado. Tampoco faltan los temas complicados, y de hecho, el título del album se refiere a la segunda ley de la termodinámica que, con esto de hablar de entropía, sistemas aislados y destrucción de energía, se da mucho a la metáfora. Incluso en el vídeoclip de Madness, no se cortan y acaban apareciendo un grupo de antidisturbios.
Por norma general Muse siempre saca alguna canción que me anima el día en cualquiera de sus discos, pero tanto este como el anterior no han sido de los que más me han gustado, al menos en cuanto a ritmo. Seguramente, porque están lejos Absolution y Origin of Symmetry, que sí consiguieron el equilibrio entre el barullo de guitarras que se marcaban en algunas canciones, y las sinfonías que llegarían a componer más adelante.
A mí, la verdad, el disco me ha gustado. Es cierto que al principio me mosquearon un poquillo los parecidos de algunas canciones con otras de otros grupos, pero al final he superado eso y lo estoy disfrutando mucho.
ResponderEliminarLos grupos deben evolucionar y reinventarse, y ellos saben hacerlo muy bien.
Objetivamente está bien el disco, y sí que se nota una evolución desde sus primeros trabajos hacia lo que a ellos les interesa. Pero por preferencias, me quedo con sus trabajos del 2001 y 2003 (y el directo HAARP, que es mucho). Aún así, sigo esperando cada disco suyo como agua de mayo.
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