En vez de psicofonías, suelta pelos y araña sofás
Con un año escaso de diferencia, se ha estrenado la segunda parte de Grave Encounters, una película de found footage en la que se parodiaba Ghost Adventures y otros programas de investigación paranormal. Me parecía muy difícil sacar una segunda parte teniendo en cuenta la temática y el final de la primera película, pero también es cierto que, con las pocas pretensiones que esta tenía, les ha resultado bastante fácil. En este caso, han tirado por el tema de las referencias a la anterior película y el juego entre realidad y ficción, como hicieron en El Proyecto de la Bruja de Blair 2 pero que por suerte, les ha salido muchísimo mejor y menos pretencioso que en esta última.
Grave Encounters 2 empieza haciendo referencia al enorme éxito de Grave Encounters (se ve que los guionistas no tienen abuela), de la que nadie se ha planteado que pudiera ser cierta. Un buen punto, porque a día de hoy es muy difícil que nadie haga pasar una cinta de estas por algo verídico como pasó en los noventa con la Bruja de Blair. Sin embargo, los mensajes que empieza a recibir el protagonista, un estudiante de cine, parecen indicar lo contrario. Tras investigar un poco, y sobre todo, tras la confesión del propio productor de Grave Encounters, sospecha que algo sucedió realmente en el hospital psiquiátrico en el que filmaron, por lo que decide llevarse a sus compañeros con la intención de encontrarse al desconocido que empezó a enviarle los mensajes y de paso, rodar un documental sobre lo que sucedió.
Para los protagonistas no es precisamente una buena idea, porque tanto el hospital y su particular forma de alterar el espacio, y los fantasmas que viven en él, lo esperan dándolo todo como manda una película de terror: tableros de ouija, camillas que vuelan, fantasmas con la boca grande e incluso uno de los personajes de la película anterior, que aparece bastante desquiciado después de pasarse diez años sobreviviendo como pudo tras los muros del hospital. Y como esto no era suficiente, una explicación muy simpática a lo que sucede en el hospital que mezcla teorías ocultistas, fantasmas y hasta dimensiones paralelas. Si es que no les falta de nada…
No solo es un repunante, sino que además parece un cruce entre Blas y Robert Pattinson
El guión y casi todo lo que ofrece sirve para superar sus principales defectos: una completa falta de lógica y unos protagonistas insoportables. No le pido mucho a la secuela de una película que tampoco era para tomársela en serio, pero aquí se superan: el sistema para mandar a los personajes al manicomio es todo un mcguffin y de los cutres, y la información que se da, en muchos, casos, aparece de forma un tanto absurda: si se supone que quieren mantener lo que pasó en secreto, ¿por qué el propio productor de Grave Encounters se pone a cantar como un piano delante de un desconocido? De todas formas, esto tampoco es lo peor de todo, porque en realidad se trata de una película que divierte cuando se le da cancha a los sinsentidos que aparecen, y dudo mucho que pueda disfrutarse si se pretende encontrar un guión sólido.
En realidad lo que peor funciona son los personajes, porque si bien los de la primera parte podían funcionar por el tema de la parodia, estos directamente solo sirven para que los liquiden pronto. No se si lo hicieron a propósito, pero, entre los clichés de fiestas universitarias de maría y desvaríos varios, lo obsesivo del protagonista y lo directamente atontado de sus amigos, hace imposible que se sienta ninguna simpatía por ellos. Muchas veces parecen monigotes que están esperando su turno para ser asesinados o vapuleados por el fantasma correspondiente, y no dan pena en absoluto.
Idea para reality ¿qué pasaría si encerramos a Bear Grylls en una casa encantada?
Con esto podría parecer que Grave Encounters 2 no iba a funcionar bien, pero lo cierto es que es una de las mejores secuelas de este género que he visto. Sí, el argumento es chorras y los protagonistas dan pena, pero por suerte, los guionistas consiguieron encontrar el punto exacto para hacer una película que juega con la supuesta realidad o invención de lo que se filmó anteriormente, teniendo a su favor la falta de pretensiones que les sirve para incluir situaciones tan extrañas como los propios fantasmas del manicomio filmando varias secuencias cámara en mano. Encima, tienen mejor pulso que muchos autores de found footage.
Entrada al Pasaje del Terror: 3 euros
Esto también sirve para que funcione la historia del manicomio que explican un poco más: incluyen sin cortarse un pelo una historia un poco estrafalaria sobre rituales ocultistas y la intención de los fantasmas de continuar teniendo visitantes en su edificio (no sé para qué, pero ¿qué sabe una de la lógica fantasmal?), metiendo ya secuencias como rituales de magia negra o un pabellón infantil que parecen directamente sacados del Tren de la Bruja. Exagerado, pero también funciona mucho mejor que los exorcistas y los zombies/poseídos de Rec 2.
No sé si se atreverán a hacer un Grave Encounters 3, pero visto que esta secuela, con todos sus defectos ha resultado una película muy divertida, espero que si se convierte en franquicia, siga manteniendo este estilo.
Lo de Bear Grylls en una casa encantada me ha matado. Pagaría por verlo, de verdad.
ResponderEliminarYo también vería ese reality. Aunque a los pocos minutos intentaría comerse algún fantasma explicando que son ricos en proteínas.
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