sábado, 3 de diciembre de 2011

Paul (2011). Dos frikis y un alienígena con bermudas




Tarde o temprano, vuelven a su planeta natal

Hace unos años, un actor británico llamado Simon Pegg consiguió cierta fama gracias a Shaun of the Dead, una comedia (romántica) de zombies. Conocido fuera de Inglaterra por sus papeles de friki y perdedor entrañable, tuvo unos cuantos papeles en el cine americano, sorprendentemente en comedias románticas, quizá en un intento de encontrar a otro Hugh Grant que, al contrario que este, resultara más simpático y menos estomagante. Aunque cosas como Run, Fatboy, Run, tuvieran su gracia, por suerte fue dejando este género para volver a los papeles que le dieron fama: el de friki y perdedor entrañable.



Paul cuenta con Pegg y Nick Frost, haciendo de dos geeks ingleses un poco pringados que al salir de una Comic Con se encuentran con un alienígena al que tienen que ayudar a volver a su planeta. El argumento es un poco básico, y a estas alturas, pensé que ya nadie se interesaba ni por el tema ovni, ni por el área 51, y mucho menos, los aficionados a la ciencia ficción, pero en realidad es una excusa para hacer una road movie de toda la vida: los protagonistas tienen una caravana, hay que hacer un viaje, y por el camino van recogiendo, o encontrándose, al resto de personajes.





La película funciona sobre todo por Pegg y Frost, que tanto por aspecto físico como por su carrera, son especialistas en este tipo de papeles, e incluso el paso del tiempo les sirve para tener esa pinta de friki talludito e infantil. Y el efecto especial cumple todo lo bien que se podía esperar, porque, como suele pasar en estos casos, el actor que interpreta al alienígena, Seth Rogen, cuenta unicamente con su voz para darle credibilidad. El resto, depende de lo lucidos que anden los del departamento de CGI a la hora de fabricar al marciano.





Lo que más falla en Paul es la duración de la película: hora y cuarenta se me hizo demasiado largo para lo que hay que contar, y algunos personajes sirven unicamente para incluir chistes a mayores, y no muy buenos, como los agentes del gobierno que, mientras buscan al alienígena, juegan al escondite o visitan tiendas de comics. No podía faltar tampoco la historia romántica, en este caso, una chica que, tras criarse en un entorno completamente religioso, se marcha con los protagonistas y da lugar a la segunda persecución, la de su padre, armado con una escopeta y una biblia, dispuesto a acabar con el demonio. Que, por suerte, aporta algo al guión y no incordia mucho, pero resulta mucho mejor la aparición de Tara, el primer humano que encuentra a Paul el alienígena, allá por 1947, y con la que Paul todavía se siente en deuda.

Sin llegar al nivel que tuvo Shaun of the Dead, o mismamente, la serie Spaced, Paul es una comedia divertida, y se agradece más ver a Simon Pegg en estos papeles que corriendo una maratón para conseguir a la chica de sus sueños. Ahora solo me queda ver Attack on the block para ver cómo se las arregla solo Nick Frost, el menos conocido del dúo.

3 comentarios:

  1. Otra que se ha quedado apalancada y nunca se cuando veré.

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  2. Ay, no puedo con las películas de alienígenas, excepto la serie "V" que me encantó de niña, no he disfrutado con ninguna otra. Pero he de reconocer que escribes tan bien que logras despertar mi curiosidad. Al actor no lo conocía, pero he de decir que me encantan los frikies y los perdedores entrañables. A mí también me resulta estomagante Hugh Grant, excepto en aquella película de Gonzalo Suárez: REMANDO AL VIENTO.

    Menuda faena le han hecho al gatico de hoy. Espero que cuando le quitaran los globos y el gorrito espacial afilara sus uñas sobre el desalmado que se había entretenido en ponerle tanto adorno!!

    Un saludo!
    Ana.

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  3. Satrian: yo para las películas aprovecho los huecos que no echan series.

    La Minomalice: exceptuando los alienígenas que describe Lovecraft (y que seguramente nunca veamos en cine), tampoco me tira especialmente el género, especialmente si van más por el tema ovni y de conspiraciones..pero al menos la película esta se lo toma a broma.

    Y yo creo que debería haber un comité científico intentando averiguar por qué tuvo éxito Hugh Grant en los noventa.

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