Como no es plan de seguir con cine de calidad como la última semana (un poco más, y acabo viendo lo último de Isabel Coixet), esta vez he vuelto a mis entretenimientos habituales, bien por lo que almaceno en el disco duro, o incluso por la tele normal, que a veces parece que hasta funciona y todo. La principal gracia de esta sesión de cine han sido la cantidad de animalejos parlantes y no parlantes que han acabado por aparecer, sin tener yo intención de hacer un ciclo temático de bichos.
Horton (2008). Una de animación recientita, para la noche del sábado, cortesía de La Sexta, que optó por el cine mientras el resto de cadenas seguía con los gritos de la Esteban y compañía (bueno, tv2 tiene Documentos tv. Pero los documentales son para dormir). Cuenta la historia de un elefante, Horton, que un día descubre una ciudad en una mota, Villaquien (la ciudad, no la mota), a la que busca un refugio lejos de las amenazas exteriores, frente a la incredulidad de todos los animales de la selva y las duras críticas de una señora Canguro, lo que resulta bastante gracioso porque, viendo la cantidad de bichos desubicados que hay por esa selva, como los elefantes, los ratones o los canguros, además de otros no catalogados por la ciencia, como unos animales redondos y de colores, el que un elefante mantenga interesantes conversaciones con un diente de león, sería lo menos absurdo que debe haber en la película. Además, está basada en el libro del Dr Seuss, Horton Hears a Who!, un autor infantil bastante conocido por ahí fuera, entre cuyas obras se cuentan la del Grinch y The cat in the Hat, pero que no tiene mucha fama por España. De hecho, la autoría se nota, porque el diseño de los Quien, los habitantes de la mota, es bastante similar al estilo de personajes, un tanto abombados y con forma de pera, que aparecen en el resto de sus historias.
Ga´hoole. La leyenda de los guardianes (2010). Una película de Zack Snyder, director aficionado a usar todos los efectos digitales que tenga a mano y que, sin embargo, consigue que sus películas sean divertidas (chúpate esa, Michael Bay). Siguiendo con las adapciones cinematográficas, esta está basada en los libros de Kathryn Larsky, una serie fantástica cuya principal novedad consiste en estar protagonizada por búhos. No los he leído, por lo que desconozco si esta versión es fiel al libro o no, aunque me pareció que la historia sería bastante tópica, con sus batallas y su ejército de malvados con ideas un tanto nazis, de no ser por estar protagonizada por animalicos. Por lo demás, el punto fuerte es el rodaje, la animación cuidadísima, los paisajes e incluso las peleas, algo habitual en este director. Ah ,y por algún motivo, uno de los personajes que sale es un equidna, una especie de erizo absurdo de la misma familia que el ornitorrinco. No tiene mucho sentido si los protagonistas son búhos, serpientes, y podrían haber utilizado un erizo, que era la opción más razonable. Pero no seré yo quien se queje, porque en este blog nos declaramos admiradores de los marsupiales monotremas. No todo van a ser gaticos en esta vida.
1000 AC (2008). Aunque esta no esté protagonizada por animales, lo está por hombres prehistóricos, que vendría a ser lo mismo, mal que nos pese. Bueno, y también tiene su dosis de animales variados, por aquello de los dientes de sable y similares. Dirigida por Roland Emmerich, cuenta la historia de un grupo de cazadores-recolectores en algún lugar de Europa, que son atacados por un grupo de tratantes de esclavos. Como era de esperar, el protagonista abandona su pueblo para ir detrás de los empresarios prehístoricos, que se han llevado a una chica de la tribu. La estructura es bastante típica, con el tema de la búsqueda del protagonista y de cómo va conociendo a diversos aliados en su viaje, llegando a recordarme un poco a El guía del Desfiladero. Por desgracia, además de típica, acaba resultando bastante absurda conforme avanza la historia, apareciendo a cada rato animales conocidos de la época como el tigre de dientes de sable..aunque todo el mundo sabe que no hay película de trogloditas que se precie sin dientes de sable.
Y aunque esto podría dejarse como una concesión al cine de entretenimiento, el culmen de lo ridículo llega gracias a descubrir el origen de los secuestradores (egipcios), mientras los personajes hablan acerca de sus orígenes atlantes o extraterrestres, y sobre todo, ver como para la construcción de una pirámide utilizan mamuts a la hora de cargar las piedras. Que no es que tenga muy allá las lecciones de historia natural, pero habría jurado que estos bichos, en climas desérticos no se daban.
Tras terminarla, e indignarme un poco con su parecido con Stargate, de hace unos años, empecé a plantearme si eso de hacer películas sobre extraterrestres que se hacen pasar por faraones y esclavizan a tribus prehistóricas no será una obsesión del autor…Lo sea o no, este 1000 AC pasará a la historia por sus escenas de mamuts remontando bloques de piedra para una pirámide.