Un poco tarde, o más bien, a la velocidad que bittorrent me permite, he podido ver un par de películas, una con premios más conocidos que otra, pero ambas bastante más alejadas de lo que suelo incluir en mi disco duro.
¿A esta niña no le dan de comer en su casa?
Black Swan. No solo ha sido la película más aclamada de Natalie Portman, esta historia me ha recordado una frase de Mascarada, en la que Terry Pratchett describía bastante bien el ballet: “Para sorpresa de Perdita, aquellas chicas estaban allí voluntariamente”. Y es que, además del dramático descenso a los infiernos de una bailarina buscando la perfección, se trata del retrato más grimoso del ballet que he visto nunca: durante todo el metraje se muestra la cara más desagradable de esta disciplina, por lo que no se escatiman en uñas rotas, tratamiento de lesiones típicas del ballet, y hasta la dieta de la protagonista (desayuna medio pomelo. La convención de Ginebra debería considerarlo un atentado a los derechos humanos). Y sobre todo neurosis, mucha neurosis. Y es que servidora puede ver cómo un cualquiera es devorado por una horda de zombies, pero el ver a Natalie Portman tirándose de un padrastro hasta el tuétano, me hizo torcer la cara.
Lo mejor de la película es, obviamente, el personaje de Nina, perfectamente caracterizado en cuanto a sus neurosis (y dermatitis) previas, y cómo estas van magnificándose y afectándole. Así como el de su madre, una figura a todas luces más inquietante que cualquiera de las alucinaciones que sufre la protagonista. Aunque le reconozca estos logros, no me ha gustado especialmente, ni por el tema, ni por la historia. Eso sí, es muy recomendable para todas las chicas que, no solo nunca hicimos ballet, sino que la idea de pegar botes con la punta de los dedos nos producía un mal rollo tremendo.
Nunca me abandones. Un estreno tardío para una película del 2010, basada en el libro de Kazuo Ishiguro que tuve la oportunidad de leer hace poco. Y, aunque este libro no cuente nada especialmente complejo, el estar narrado desde el punto de vista de la protagonista hace que muchos sucesos no puedan trasladarse a la pantalla tal y como pasaban, especialmente a la hora de caracterizar a los principales personajes, como sería el caso de Keira Knightley, cuya Ruth es mucho menos irritante que su versión en papel. Otra diferencia es el tratamiento de la revelación principal que, aunque nunca fue un secreto en el libro, aquí se establece al poco de comenzar la película.
La ambientación, bastante intemporal, también es bastante similar al libro: aunque dan fechas concretas, tanto los decorados como el vestuario de los personajes es lo bastante neutro como para pode estar transcurriendo en cualquier momento de los últimos cincuenta años…Y sorprendentemente, pese a ser una historia muy intimista, marcada por la narración del personaje principal, consigue funcionar bien en pantalla, aunque hay que tener bastante claro que va a ser una película muy lenta y con preferencia por los planos de personajes.
Como puede verse, ninguna de estas películas incluyen tramas terroríficas, zombies, ni un casting completamente desconocido: probablemente estemos ante la entrada del Barrilete jamás escrita.
Me han gustado las dos, Black Swan es espectacular, opresiva, terrorífica y Natalie está increible, y Never Let Me Go es una historia muy interesante y dramática.
ResponderEliminar"¿Para qué poner a Natalie Portman cuando puedes poner un gatico?" Tú lo has dicho.
ResponderEliminarY Si que es rara está entrada aquí, xDD
Satrian: Me gustó más Never Let me go, la otra era un tanto neurótica.
ResponderEliminarMartinyfelix: para la próxima, estoy pensando en hacer una entrada sobre películas de Isabel Coixet. Foto de gatico con gafas de pasta incluída, claro.
Es la única película en la que Portman no hace de mujer florero, si no que cobra vida propia, es la heroína, la pieza central de la cinta, y no la chica de la que se tiene que enamorar el prota de la peli. Le falla la voz que la ponen al castellano, pastelosa, cosas del doblaje.
ResponderEliminarDecir que algunos fotogramas están planteados para que la figura de Portman parezca extradelgada, nada más lejos de la realidad, aunque tuvo que adelgazar algunos kilos Portman goza de una figura redondita, muy diferente a los famélicos y fibrosos cuerpos de la bailarinas de clásico profesionales.
A Portman solo la había visto en El profesional, bastante bien, y La amenaza fantasma, que vaya por dios. No sé cómo saldría el doblaje porque la vi en versión original.
ResponderEliminarExceptuando en esta, es cierto que la actriz tiene una figura más redonda, con lo que conociéndola de antes, todos los suplicios del ballet que aparecen en la película (desde las contracturas, las roturas de dedos hasta el desayuno con un pomelo ¡¡aggh!!), se hace todadía más patente.