jueves, 30 de diciembre de 2010

Krabat y el Molino del Diablo (2009). Ni es, ni fue ni será un Harry Potter alemán




Gatico-mago. Puede saltar, convertirse en bolita, y hacer un ruidito muy simpático

De Krabat y el Molino del diablo sabía dos cosas: una, que era, posiblemente, la primera película no-gafapasta de Daniel Bruhl. Y dos, que estaba basada en un libro infantil de Otfried Preussler bastante conocido en Alemania. Libro que pude leer hace un montón de años, y del que recuerdo que me había parecido muy extraño: me daba la impresión de tratarse de una historia un tanto oscura, lo que no se llegaba a percibir de forma obvia porque el autor había optado por un estilo de narración muy de cuento, sin profundizar en lo que se le pasaba por la cabeza a los personajes, más allá de lo que veía el protagonista. Y con ambas cosas descubrí otra muy importante: que la literatura infantil alemana es posiblemente la más complicadilla que se haya escrito. Y ahí están, de paso, los libros de Michael Ende y Corazón de Tinta para demostrarlo.


Portada de la edición en Círculo de Lectores. La de libros que sacaron en los noventa...

Krabat y el molino del diablo está ambientada en la Alemania del siglo XV, aproximadamente, y cuenta la historia de un huérfano que, tras refugiarse en un molino, descubre que el propietario es un hechicero, y sus trabajadores, sus discípulos. Durante el tiempo que transcurre como aprendiz, descubrirá que el molino y su propietario son más peligrosos de lo que él pensaba y acabará por hacerle frente.


Con esos cuervos de fondo, parece el cartel de Guardianes de la noche

Aunque en los años setenta hubo una adapción en dibujos (checoslovacos) del libro, en 2008 tuvo su versión en cine, no sabemos si gracias a los avances de la infografía, o porque a estas alturas el público estaba mucho más interesado en ver películas con magos. Si es por esto último, es probable que estén un poco confundidos, porque Krabat está mucho más cerca del cuento popular (y siniestro) que de las aventuras con varitas y pociones. En España, gran parte de la promoción de la película se hizo mencionando a Daniel Bruhl, el actor más conocido que aparecía en ella, cosa curiosa teniendo en cuenta que su papel es secundario y aparece relativamente poco. Este chico podría haber sido un buen Krabat, pero por mucho que se de a joven, el tiempo pasa y ya no estaba para interpretar a un niño de doce años. Bueno, tal vez en alguna serie española podría ser, pero se supone que en Europa son algo más serios.



La versión en cine adapta muy bien el libro de Preussler, lo que no es muy difícil por lo simple de la narración. Debido a esto, tiende a completar bastante el carácter de muchos personajes e incluso del Maestro del molino, además de incluir bastantes referencias a la guerra de la época. Sin duda lo mejor es la ambientación: una edad media genuina, de inviernos crudos, de bandas de soldados atacando aldeas minúsculas, en la que la magia es algo extraño y opuesto a la religión, y especialmente, de personajes muy marcados por estas circunstancias: todo el reparto aparece sucio, con ropas gastadas, y lo más sorprendente en una película, con malas dentaduras. De hecho, los chavales del molino están todos hechos unos ecce homos, entre bizcos, tiñosos, algún desdentado y uno no muy listo. No es algo que me esperara en una producción con intención de recaudar en taquilla, y especialmente, para todos los públicos. Pero hay que reconocerle que es muy adecuada y le aporta mucha más credibilidad al cuento.



Arriba, parias de la tierra

Entre la ambientación, y sus dos horas, está claro que, fuera cual fuera el motivo por el que la filmaron, este Krabat está mucho más dirigido a los adultos que leyeron el libro hace años, y que ahora aprecian mucho más los matices de una historia de magia negra (que por cierto, está basada en una leyenda popular),y me parece también muy disfrutable por cualquier aficionado al fantástico. En cuanto al libro, recomendable para cualquier crío con interés por la lectura. Y si alguien más mayor todavía no lo conoce, también.

martes, 28 de diciembre de 2010

Hala, han llegado las fiestas, y yo estaba toda tranquila viendo la tele



Mientras la gente se estresa, los gatos siguen a lo suyo y disfrutan del sofá.

Esta vez me ha costado un poco retomar el blog después de las fiestas. Un período de tiempo consistente en comer y ver cómo la gente hace cábalas para comprar números de lotería es bastante divertido, pero también agotador...aunque sí he podido ver más de una de película el sábado, que, sorprendentemente, ha tenido muy buena oferta. En todo caso, este es un resumen de lo sucedido los últimos días:



Tú también puedes evitarlo. Di no al colesterol

A tope sin turrones. No me gustan especialmente el dulce navideño por excelencia. Yo soy más de huesos de santo, y aunque algunas cosillas, como los mazapanes, o algunos que tienen relleo dentro del mazapán, tienen su gracia, el postre por excelencia no me atrae, por muy de pastelería que sea. Este año opté por saltarme la norma y traerme a casa una tarta sacher, cuya cantidad de chocolate sí era de mi agrado y despaché en un par de días.



¿Dónde están los especiales? En la tele, también ha sido una rareza. No es que estuviera muy atenta a lo que echaran en las cadenas, pero no llegué a ver la cantidad de películas navideñas de otras veces, ni especiales, ni ninguna de esas pasteladas que acostumbraban a emitir en la fecha. Es más, algunas cadenas generalistas se han portado bastante bien, y, para mi sorpresa, he podido disfrutar de películas de animación bastante buenas, sin excesivos cortes, e incluso alguna que no había visto. En este caso, ha sido Robots, una de animación digital de las que no ha sufrido secuela y se queda en una historia bastante entretenida, en la que la principal gracia es ver un mundo poblado por robotitos, y por el equivalente metálico a cosas como pájaros, perros o..una señora con el pandero muy grande. Algunos chistes no fallan nunca.




Y los regalos...La navidad es una fecha de familia, de paz..y todo lo que quieran, pero creo que cualquier cosa es susceptible de mejorar si incluye algo envuelto en papelitos de colores, aunque sea un paquete de calcenites. Y por mi parte, estoy la mar de contenta con un pedazo tomo de las aventuras de Adèle Blanc-Sec, el primero de Scott Pilgrim, y un calendario de Mortadelo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cazadores de sombras. El entretenimiento vergonzoso de la semana.



Por una vez, deberíamos hacerle caso al gatico.

Hay una parte dentro de la literatura juvenil que suele tener mucho peligro: desde que apareció Crepúsculo, esto del romance paranormal empezó a convertirse la norma en cualquier libro que incluyera vampiros, hombres lobo y zomb..no, bueno, estos últimos, por suerte, no. Al finalizar la saga del vampiro más repunante de toda la historia, y visto su éxito, las editoriales se dedicaron a la caza y captura de cualquier novela juvenil que tuviera un mínimo parecido con el éxito del año. De este modo, se llegaron a recuperar cosas bastante antiguas, como el Vampire diaries de L. J. Smith, muy del estilo, y visto el interés por lo fantástico y los dramas adolescentes, se publicó una serie llamada Cazadores de Sombras.

Los libros en cuestión son una trilogía, como debe ser en estos casos, en los que se cuentan las aventuras de un grupo de gente con sangre angélica (los nephilim) que protegen el mundo de los demonios. Y, aunque los humanos corrientes no pueden verlos, también hay todo un catálogo de seres fantásticos con los que mantienen una tregua. La protagonista descubre que desciende de uno de estos cazadores, y que para variar, debe encontrar a sus padres.



El argumento es como el algodón: no engaña. Y esto es una de las cosas más topicazas que he visto en los últimos tiempos: el argumento está sacado un poco de Buffy y de varios cientos de novelas fantásticas anteriores. También hay un Instituto, Organización o lo que sea, que dispone de alojamiento y tecnología rara para liquidar demonios. Y una patria para los cazadores que está oculta al público. En resumen, lo que se ha leído ya en Harry Potter o cualquier novela de fantasía urbana, con mayor o menor fortuna, pero adaptado para chavales de quince años.

Lo peor en este caso es el componente adolescente, algo que hace que el libro me parezca muy poco exportable a públicos un poco más talluditos: las neuras y problemas son los típicos de este tipo de lectura: la protagonista es una chica monísima no consciente de su belleza. Por otro lado, tiene un amigo pagafantas (personajes odiosos donde los haya ¿cómo se puede tener simpatía por alguien con esa afición por arrastrarse?), perdidamente enamorado de ella, del que pasa ampliamente en favor de fijarse en todo chico misterioso que se manifieste ante sus narices. Está también la chica de buena familia, fría y altiva, pero de buen corazón en el fondo. Tampoco podía faltar el Han Solo de la historia, el jovencito cínico, un poco irritable, pero con un terrible pasado a sus espaldas. Y por supuesto, dramas familiares: grandes revelaciones del estilo "Yo soy tu padre", hermanos perdidos, madres desaparecidas...Lo mismo que salió antes en cualquier novela fantástica.



A un lado, fan art de la protagonista. A otro, la autora

Dentro de este catálogo de topicazos, ha sido especialmente divertido descubrir el elemento compensatorio en el personaje protagonista: una chavalita pelirroja, que durante todo el libro se la describe como "menuda", "mona", y se hace hincapié a menudo en su figura un tanto esbelta, llegando a mencionarse varias veces "sus delgadas piernas". Sin embargo, también indica más de una vez que la nena come como una lima. El que sea una forma de cubrirse las espaldas ante las asociaciones de padres preocupados, o también forme parte de ese tipo de personajes idealizados, queda en el misterio.

No todo es malo..o, bueno, sí lo es, pero hay que tener en cuenta que no se puede pedir peras al olmo. Y si se tiene en cuenta el tipo de narrativa que es, tampoco resulta de las peores: como principal ventaja, no es Crepúsculo ni se le parece. Y mientras que la novelita de vampiros por excelencia consistía en una protagonista llorona, porque Edward la dejaba día si y día tambien para protegerla (ejem), esta es más bien una serie de corte fantástico, en el que coge un montón de elementos conocidos para contar una historia mil veces leída, pero que no incordia si uno no se pone muy exigente. Porque como se ponga, este Cazadores de sombra no se salvaría de la quema ni por asomo, ya que la autora viene del mundo de los fanfiction (en concreto, creo que es autora de una trilogía sobre Draco Malfoy. Muérete de envidia, Proust), y aunque se ha pulido lo suficiente como para hacer una novela juvenil al uso, todavía conserva muchos de los defectos de las historias escritas por fans. Así, contamos con esa protagonista que se le parece un poco-mucho, y una insistente aparición de personajes gays y temilla hermano/hermana, todavía no confirmado.
A título personal, no me resultó un suplicio de libro ni nada por el estilo, en parte porque lo cogí con una completa falta de exigencias, y sobre todo, porque reconozco que en una novela en la que aparece un gato llamado "Presidente Miau", no seré todo lo dura que debería (aunque su propietario sea un calco de David Bowie).

¿Que se puede hacer con Cazadores de sombras? Desde luego, es una buena opción para regalar a una adolescente cuando hay que convencerla para que empiece a leer un poco, y tiene la principal ventaja de no resultar tan insoportable como Crepúsculo y sucedáneos...Ahora, si el regalado en cuestión sí muestra interés por la lectura, es mejor dejarse de Cazadores y regalarle la trilogía de Corazón de Tinta, mucho más original, interesante, y sobre todo, disfrutable para quien haya traspasado la frontera de los 21.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Shrek Ever After (2010) Que alguien le apague el reproductor de música al guionista



Con mayor o menor fortuna, he visto todas las películas de Shrek. Las dos primeras, en cine y con bastante suerte, ya que fueron de la primera hornada de animación digital y tenían tanto calidad como un buen guión que las sostuviera. Y eso que lo más memorable de Shrek 2 fue su gato con botas (bueno, y a día de hoy, el príncipe Encantador que aparecía, se me parece un mundo a Jaime Lannister). La tercera fue de esas que me hicieron agradecer el no ir al cine: aburrida, y sin más interés que hilar chistes, referencias visuales y canciones pegadizas, una detrás de otra.

Se estrenó Shrek 4, y tanto el argumento como el trailer tenían mucho más atractivo que su tercera parte: un mal acuerdo del protagonista con Rumpelstinskin hace que el reino de Far Away se convierta en un lugar deprimente, gobernado por el duendecillo malvado, que intenta acabar con una Resistencia de ogros liderada por Fiona. En realidad, toda la historia no es más que una actualización de Qué bello es vivir (¿y si el protagonista no hubiera nacido?) mezclado con las típicas referencias cómicas y musicales. Peero, con el bajísimo nivel que había dejado Shrek Tercero, era muy sencillo quedar en mejor lugar.




En un universo alternativo, este tipo te ofrece créditos para irte de viaje o comprarte un coche, al 29% de interés

Toda la serie de Shrek se caracteriza por incluir apariciones de personajes infantiles, y esta no es una novedad: esta vez aparece Rumpelstinskin como malo oficial, convertido en mafioso-discotequero, ayudado por un ejército de brujas. El Flautista de Hamelin aparece como cazarrecompensas, y hay una oca que ahora no acabo de ubicar. Sin embargo, la fórmula se va agotando, y en esta parte optaron por la solución del "Universo alternativo", que permite traer a los personajes conocidos de forma distinta. En este caso, la principal gracia es ver a la mayoría de secundarios opuestos a su habitual: El hombre de bizcocho es un gladiador, Fiona es una guerrera, el Gato con Botas está fanegas, y sorprendentemente, Asno es un personaje mucho más serio, desengañado, y menos irritante de lo que había sido en las tres películas anteriores.



Yo tenía uno igual, pero en negro

Aunque Shrek 4 intente centrarse en las desventuras de su ogro protagonista, en cada película es más evidente que el resto de personajes llegan a tener más peso que él: a todo el mundo le gustan las apariciones de los tres cerditos, del hombre de bizcocho, el Gato con botas, e incluso de Asno, pero más de una vez resulta chocante que el protagonista se empeñe en mantener un caracter completamente huraño y un poco amargado después de todo lo que hemos visto.



En Shrek no podía faltar la música...y esta vez, llega a resultar un poco molesta: Shrek no sería Shrek sin su versión de I´m a Believer, ni el Gato cantando Livin´la vida loca, pero esta vez el número de canciones pop incluyéndose en cada escena llegó a resultar excesivo. En las secuencias de ambientación, vale, pero el resto...que aprece el dragón, toma tema. Que salen los ogros, toma canción conocida. Llega un momento en que deja de funcionar, y eso que con las apariciones del Flautista de Hamelin, tocando piezas de break y baile conocidísimas y reconvertidas a flauta, no fue solo una buena forma de adecuar la música a las escenas, sino de las secuencias más divertidas.

Este Shrek Ever after me ha dado para una tarde entretenida, consigue mantener el nivel y la gracia de la serie, pero demuestra que el ogro ya está un poquito cansado, y no estaría mal que lo dejaran ser feliz y comer perdices de una vez.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cosas que hacer por ahí cuando te has ido de no-vacaciones


Un tranquilo día, en la casa del Barrilete

Estos días no me ha quedado otra que salir de mi guarida para hacer un viaje de carácter formal que no me hacía mucha gracia. Pero como dicen por ahí, si la vida te da limones, haz limonada. O más bien, aprovechar para aliñar pescado, servirlo con el té, e incluso cambiarlos por otra fruta. En resumen, que estando fuera, decidí aprovechar el tiempo que me quedaba para convertir esos días en unas vacaciones:

Pasear. No me gusta mucho pasear por una ciudad, especialmente cuando implica esquivar gente con bolsas, gente con niños y..bueno, más gente. Pero cuando hay a mano un paseo marítimo que bordea toda la ciudad, es cuestión de aprovecharlo. Además, el paseo de marras, si pasa por un puerto, solo puede suponer una cosa: gatos. De todos los colores y tamaños (en realidad los que más había eran atigrados), lustrosos, bien mantenidos, y con la expresión de indiferencia ante todo que solo un gato puede tener. Y es que estos felinos, no tienen queja: entre lo que le deja la gente, y las sesiones de bronceado, deben ser los bichos más sanos que puedan encontrarse en toda la ciudad.



Algunas creencias dicen que si te portas bien, te reencarnas en gato.


Las compras. Se acercan las fiestas, y seguramente esto sea más suplicio que otra cosa: ¿puede una mujer de 80 años gastar una colonia tan cara? ¿Por qué hay esa abismal diferencia de precio entre una chaqueta en Zara y en Carolina Herrera, si son la misma? ¿Alguien sabe cuanto son cuatrocientos dracmas? Peeero...cuando la compra en cuestión consiste en dar vueltas por una tienda de comics, o lo que es mejor, una enorme tienda de libros de saldo, de segunda mano, de comics, de merchandising de hace un par de años, de figuras para modelismo y casas de muñecas, lo difícil es poner un pie fuera de allí. Y si se encuentran cosas como un ejemplar nuevo de La llamada de Cthulhu (en sistema d20) por 9 euros, solo la entrada merece la pena.



¡¡Evicción!!


La comida. Eso, que no falte. Especialmente cuando tras un par de horas, te das cuenta de que el paseo marítimo era más largo de lo que pensabas y que, o encuentras un sitio para llevarse algo al estómago, o caerás redonda y serás pasto de los gatos. En este caso, cafeterías con varias opciones a la hora de acompañar el bebercio, no faltaban. Y a día de hoy, creo que el tipo que inventó las magdalenas de chocolate y las empanadillas de jamón y queso, es un genio. Eso sí, también he descubierto que la leche de soja la cobran entre 10 y 20 céntimos aparte. Debe ser porque ordeñar una habichuela es mucho más difícil que una vaca.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Origen (Inception, 2010). Calderón de la Barca, muérete de envidia



¿Sueñan los gatos con croquetas y juguetes que pitan?


Inception fue una de las películas más esperadas en este año. Y cuando digo "esperadas", me refiero a generar un nivel de expectación similar al de la miniserie de Juego de Tronos, The Walking dead o el final España-Holanda: salían noticias por todas partes, las páginas estrenaban nuevas foticos siempre que podían...¿Y qué había detrás del tal Origen? Pues nada menos que una película de Christopher Nolan, impuesta como condición para rodar la siguiente de Batman. A día de hoy, este hombre debe ser uno de los pocos a los que le consienten los caprichos ya tan creciditos, pero solo hace falta ver cómo salieron Batman Begins y The Dark Knight para cumplírselos (no hacía falta ser un genio para arreglar el desaguisado de las tres últimas películas de Joel Schumacher, pero encima le salieron muy bien).



No sé el resto, pero yo me estoy mareando


Si no llega a ser por Batman, el guión de Inception se habría quedado criando polvo en un cajón durante mucho tiempo: no se trata solo de una historia bastante compleja, sino una que necesita un importante despliegue de medios. El argumento cuenta la historia de Cobb, un hombre con la habilidad de meterse en los sueños de la gente, junto a la ayuda de alguien que los despierte y un arquitecto, o creador de un entorno relativamente controlado, que accede a distintos secretos empresariales a petición de los tiburones financieros que se lo encarguen. El principal problema de Cobb es cargar con una acusación que lo ha alejado de su familia y una proyección de su subconsciente un tanto pesada. Su último encargo es el más extraño: no robar, sino implantar una idea en el subconsciente del heredero de una empresa.



Durmiendo como benditos

Estos son los principales rasgos que distinguen a la historia, porque en la práctica, se trata de una película de robos, o heist, como muchas otras: hay una banda de ladrones, el tipo que los contrata, el miembro más nuevo de la banda, y los familiares del protagonista. Se establece un plan que se llevará a cabo, y a partir de ahí, todas las variaciones que se permitan. No supone una gran innovación desde este punto de vista, y exceptuando el personaje principal, interpretado por Leonardo DiCaprio, el resto está muy poco perfilado: un chaval imberbe, una chica recién reclutada que servirá para conocer al protagonista, el ejecutivo agresivo pero honorable, y un par de personajes a mayores que van sirviendo de nexo entre las distintas partes de la película, pero poco más.

Con este material, no se puede decir que sea una gran cosa. Pero lo que la hace diferente es que, pese a tratarse de una película de robos en un principio, está bien narrada. Lo mismo se puede decir de la ambientación, y sobre todo, a la hora de tratarla: no se trata solo de ladrones de ideas en los sueños, ni de implantar una idea en los mismos, sino que estos se dividen en distintos niveles en los que existe el riesgo real de perderse. Lo que tiene que llevarse con mucho cuidado para no resultar confuso, ni dejar al espectador con la sensación de haberle tomado el pelo.

En este caso, Christopher Nolan optó más por el componente fantástico, empleando la trama de los delincuentes y su plan como una excusa para plantear en la historia lo que es real y lo que no (algo que había salido más o menos bien en Matrix, y que en las siguientes partes se fue al cuerno, por exceso de infografía y tontería). Todo ello acompañado de las distintas escenas de los sueños, en las que no hace falta que incluyan demasiados efectos especiales para resultar fascinantes, pero cuando los hay, son memorables: sin duda lo más recordado de la película será una ciudad replegándose sobre si misma, o los personajes flotando en una habitación de hotel.



En cuanto a los actores, cumplen bastante bien: el personaje de DiCaprio, con sus problemillas mentales, me recordó un poco al agente que interpretó en Shutter Island el año pasado. Nunca me ha gustado, pero es algo más tragable que su trabajo en Gangs of New York. Cillian Murphy debe ser ya un habitual, hizo de Espantapájaros en Batman Begins y aquí, de heredero de empresa en un papel un poco más escaso de lo que debería. Michael Caine tiene un cameo y el resto...bueno, no eran unos personajes muy desarrollados, pero desempeñan bien su trabajo.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Lecturas hasta diciembre de 2010



Gatico para la promoción de la lectura



Aunque llueva, nieve o estén echando la serie de The walking dead todos los domingos, lo que no me falla nunca es empatar un libro detrás de otro. Y como era de esperar, esta es la correspondiente entrada-recopilación de los últimos:



Esta portada se lleva el premio a la obviedad

Joseph Conrad. El corazón de la oscuridad. Tuve varios problemas para conseguir este libro, ya que era de la biblioteca y en cuanto lo tuve en la mano, el encolado decidió desintegrarse por su cuenta y dejarme con tres palmos de narices, más un aviso a la bibliotecaria para que tomara las medidas correspondientes. Como el tema iba para largo (todavía no sé si lo encolaban de nuevo, o habían contratado a un monje medieval para que lo copiara en pergamino), opté por pasarme a la sección de gallego y coger la edición correspondiente. Aparte del libro como tal, incluye un prólogo interesante en el que explican el por qué del cambio de "corazón de las tinieblas" a "corazón de la oscuridad", y varias notas al pié explicando tal o cual situación en el párrafo. De las que pasé ampliamente: tuve que leer bastantes notas al pie cuando estudiaba literatura, y no tengo ganas de leer un libro con comentarios del director.

El corazón de las tinieblas es famoso por haber sido adaptado como Apocalypse Now, pese a la enorme diferencia temporal que había entre ambas ambientaciones y actitudes de los personajes. Sin embargo, leído el libro, se puede comprobar que no son tantas, o como dice la gente mayor, no se ha cambiado gran cosa: el libro habla de una travesía al corazón del Congo en plena época colonial, en búsqueda del misterioso Señor Kurtz. La película, de la búsqueda del Coronel Kurtz en Vietnam durante la guerra. La agresividad de los personajes y del entorno es la misma..Y sí, también aparece el horror, el horror.



MiniTyrion al rescate


George R. R. Martin. Tormenta de Espadas.
Respecto al resto de seguidores de la serie, tengo la ventaja de no haber leído todos los libros, por lo que todavía tengo varias horas de diversión aseguradas. Tormenta de Espadas debe ser el mejor hasta la fecha, con la historia de los personajes suficientemente avanzada como para que tenga interés, y sin llegar al exceso de puntos de vista del que, según comentan, sufre Festin de Cuervos. Empieza a salir algún bichillo más en el Muro, hay cambios sorprendentes en algunos personajes (Jaime abandona su costumbre de lanzar niños por la ventana y de ser un cabrito en general), otros no tanto (Sansa sigue siendo muy tonta), Tyrion sigue siendo de lejos mi personaje favorito y Daenerys continúa teniendo bastante mala suerte. Pero al menos le ha crecido el pelo, que ya es algo.



Sí, la portada es del año 15 A.P (Antes del Photoshop)

Paul Feval. Los dramas de la muerte. Las rarezas no podían faltar, y aunque hace tiempo que no voy por tiendas de segunda mano (el espacio hace tiempo que escasea y hay que ahorrar para el e-book), tenía guardado una novela por entregas de un autor de folletines bastante famoso...en la Francia de principios del siglo XX. O, para quien pueda sonarle, Feval también es el autor de El jorobado y La ciudad vampiro, una genial parodia de la novela gótica que consigue adelantarse varias décadas al humor absurdo de los Monty Python. Estos Dramas de la muerte son una novela por entregas más al uso, con una edición un poco rara: pertenece a una colección que sacó Forum en los ochenta, publicando novelas de terror por fascículos, especie hoy extinta. Los fascículos, no las novelas de terror. Como buena novela por entregas, el argumento es exagerado y un poco increíble: una vampira recorre París arrancándole las cabelleras a las jóvenes para poder asegurarse un día más de vida. La susodicha vampira tiene una banda de delincuentes que roba para enviarle dinero al Rey de los Vampiros (¿ein?)...Todo ello acompañado por personajes también muy tremendistas, especialmente las doncellas, que gritan, se desgañitan, se desmayan, se tiran al río para defender su honor y lo que haga falta. Lo que, en ocasiones, junto con lo intencionadamente absurdo del componente terrorífico, hizo que me preguntara si el autor no estaba ya escribiendo todo esto en clave de broma. La novela se la recomiendo a los aficionados a Gastón Leroux, Maurice Leblanc, las novelas de principios de siglo, y dejarse los pulmones rebuscando en algún cajón lleno de polvo.