El año pasado se estrenaba en Amazon una serie de animación cuyo origen era un tanto sorprendente. Lejos de recurrir al comic, o incluso al videojuego, esta venia de las partidas de Dungeons & Dragons que Critical Role retransmitía por twitch. A partir de su financiación por mecenazgo, comenzaba su distribución mediante la plataforma del señor bezos, y un éxito que le supondría contar con la segunda temporada que se estrenó el pasado enero.
El grupo de aventureros que se hace llamar Vox Machina, Percy, vex y Vax, Scanlan, Grog, Pyke y Kayleth, se encuentra, tras lo sucedido en Piedrablanca, e una buena situación: tras haber librado a la ciudad de los usurpadores, Percy, el legítimo heredero y líder del grupo ha expulsado al espíritu de la venganza que lo poseía cada vez más. Pyke ha encontrado el equilibrio entre su papel de sanadora y miembro de un grupo bastante conflictivo, y el reino de Exandria los recibe como los héroes en que se han convertido. Pero la celebración dura poco, cuando una manada de dragones arrasa la ciudad cubriéndola con fuego, hielo y ácido a su paso. Los héroes, la reina y unos pocos supervivientes consigue huir a duras penas de una ciudad destruida por los dragones y controlada por un violento d grupo de saqueadores. La única forma d detener a unas criaturas que dicen formar parte del Cónclave Cromático, es salir en busca de una serie de armas legendarias, conocidas como los Vestigios, que les darán l el poder necesario para ello. Pero estas, en las manos, o zarpas equivocadas, pueden tener el efecto contrario, y el líder del cónclave de dragones está dispuesto a obtenerlas y usarlas a su favor.
Si la primera temporada, si bien presentaba las dinámicas entre los personajes, se había centrado en el trasfondo del líder del grupo y resolver la trama que le correspondía a este, esta es mucho más coral, teniendo su parte cada personaje. Quizá la principal sería la de los gemelos Vex y Vax, especialmente este último, pero resulta más equilibrada junto al resto y la impresión general es que todos han tenido su momento para desarrollarse. Salvo Percy, que lo tuvo en la primera, y ahora es un personaje menos dramático y con un punto cómico similar al resto. En este caso, el desarrollo no se trata solo de conocer algo más de su pasado o que estos evolucionen, sino que está muy ligado a las herramientas propias del formato en que nació la historia: los protagonistas, esta temporada, suben de nivel. Se vuelven más poderosos, mas fuertes, consiguen armas legendarias e incluso se enfrenta a un dragón, lo que en términos de juego, es algo muy difícil.
Esta subida de nivel viene vinculada al tipo de narración que emplean: aquí la sensación de estar viendo una partida es mucho mayor, con los personajes moviéndose por distintos escenarios para cumplir una misión concreta, teniendo sus turnos para realizar acciones heroicas y desplazándose por escenarios tan reconocibles como tabernas, bosques, el reino de las hadas o ciudades enemigas. Es mucho más fácil reconocer esas situaciones y mecánicas que podían estar al otro lado, hasta el punto en que una trampa que el dragón detecta a tiempo, hace pensar que han debido de fallar la tirada. El tono desenfadado se mantiene, de modo que se nota mucho más que la narración se gestó en una mesa con dados, y no ante una hoja en blanco.
La calidad de la animación sigue siendo muy buena. Los diseños de los personajes y su expresividad son muy deudores de la animación más moderna, la que ha bebido del anime y no de los dibujos tradicionales. Muchos recursos de esta, como los movimientos o los destellos de luz, recuerdan directamente a este formato, y en el conjunto solo falla el uso de la infografía. Los dragones, por su diseño y animación, parecen fuera de lugar en comparación al resto, y aunque la calidad del diseño de los personajes más grandes (en el caso de una esfinge, el color que le dan a su s escamas es de lo más llamativo), parecen casi de otra serie. Teniendo todavía frescos los capítulos en los que Netflix adaptaba las historietas de Junji Ito con un estilo que no le hacía justicia, la diferencia es más que notable y a favor de la serie de Matt Mercer.
Esta segunda temporada de La leyenda de Vox Machina ha venido con aciertos, fallos y ambiciones. El cambio de trama ha servido para que esta tenga más acción, equilibre los momentos cómicos y serios, y sirva para mostrar algo más de un mundo fantástico, que, para que negarlo, es bastante genérico. El éxito anterior ha servido para atreverse con un final abierto de cara a una tercera temporada. Pero las mecánicas y herramientas de la partida de rol que la inspira son mucho más evidentes y pueden resultar bastantes chocantes a la hora de contar la historia en un medio distinto, donde la progresión de los personajes debería recurrir a otros medios. Por no decir que me parece muy poco probable que el líder de una manada de sanguinarios dragones decida bautizar a su horda como el cónclave Cromático. Si acaso, los Dragones Coloraos sería igual de amenazador.