jueves, 8 de julio de 2021

Krull (1983). Héroes, princesas en apuros y rayos laser

 


Los ochenta, además de películas que empezamos a considerar clásicos y quizá una preocupante nostalgia, también fue una década decisiva para la fantasía. Willow, Lady Halcón o Legend, por citar unas cuantas, coincidieron con otras producciones  más modestas. O incluso con otras a las que el tiempo parece haber olvidado, y no necesariamente por poco vistosas, sino por no haber contado con el favor de un público dispuesto a asombrarse.


Krull es la historia de como un príncipe debe rescatar a su prometida de as garras de un tirano que pretende hacerse con la princesa, el trono..y la galaxia. Porque este no es un reino, sino un planeta lejano en el que una profecía  cuenta que el hijo de los herederos de reinos enemigos estará llamado a gobernar la galaxia. Y una monstruosa criatura, conocida como la Bestia, pretende emplear ese augurio a su favor. Solo el príncipe Colwin, junto a un variopinto grupo de acompañantes que encontrará en su camino, puede detenerlo y salvar a su amada.




El guion, con sus repetidas menciones al espacio y a profecías galácticas hace pensar en La guerra de las galaxias, cuyo desenlace entonces estaba pendiente, pero en realidad  su influencia es más cercana a las aventuras clásicas y a la fantasía de Edgar Rice Burroughs que al space opera. La insistencia en mencionar que se trata de otro planeta, de profecías espaciales o que incluso unos vistosos rayos laser, con ruidito incluido, sean armas disponibles, tiene en realidad muy poco  peso en una trama que acaba por ceñirse estrictamente a los cánones de la fantasía heroica: una princesa en peligro, un malo, un arma mítica y un grupo de personajes que podrían clasificarse como caballeros, mago, adivinos o guerreros. Y que cumplen su papel en un guion que a veces asusta por lo simple, y otros, por lo mal envejecidas que están algunas partes: las primeras secuencias, con los actores casi declamando sus líneas, el intento de pasar como algo  trascendente escenarios que resultan un tanto ñoños, que convivan con tota naturalidad enemigos genéricos con cascos opacos y rayos laser frente a un héroe  ataviado con unos leggins a rayas, o que el cometido de la princesa sea únicamente estar prisionera deambulando por un castillo. Cuyo diseño, a base de juegos de espejos y líneas superpuestas, se convierte en la aportación visual más interesante.




Una historia que al público no terminó de gustar y a la crítica, menos, convirtiéndose en un fracaso pese a tener un presupuesto holgado, y que al trabajar con algunos rostros conocidos, pero no famosos (aparece por ahí Liam Neeson cuando ni se imaginaba que se iba a dedicar a pelearse con lobos y salvar a su hija de la mafia cada verano), pudo permitirse el dedicar una parte importante de los recursos a los efectos especiales. Esto resulta en un aspecto visual que podría estar a la altura de cualquier clásico de los ochenta: junto a las secuencias deudoras del surrealismo en el castillo del antagonista, la película aprovecha bien los efectos artesanos, el stop motion, pero también los exteriores, donde los paisajes de Inglaterra no tendrían tampoco que envidiar a tomas que vendrían años después, y que de paso sirve para que el público no se fije tanto en unos interiores donde el decorado resulta evidente.


Aunque la producción resultar aun fracaso, especialmente junto al estreno del retorno del Jedi, y verla hoy suponga enfrentarse a algunas secuencias que chirrían por lo ridículo, Krull no es una mala película. Si es una muy naif, donde hay que olvidarse de matices y disfrutar del tono do nada, del bien contra el mal y del poder del amor frente a todo. Donde su aproximación como aventura espacial no funciona como pretendían pero si lo hace su visión como historia de fantasía muy sencilla. Una historia que con cinco o seis años, apenas entendí, pero sí lo suficiente como para que el mago quejica me hiciera gracia, el doppelganger me diera miedo y el desenlace del cíclope, uno de los personajes con los que intentan reforzar el entorno fantástico, me produjera un disgusto inconsolable. Y que hoy, una vez superada la sensación de vergüenza ajena de sus primeros diez minutos, volví a encontrar de nuevo.


4 comentarios:

  1. Junto con 'Los Goonies', 'Dentro del laberinto' y 'ET', es una de esas películas que me fascinaban de pequeño y que no he querido volver a revisionar. Ya en su momento me gustaba bastante pero se la veía algo cutre, sobre todo comparada con 'Conan'. Que mira que se hicieron auténticas mierdas dentro del género. Menos mal que a finales de siglo llegaría Peter Jackson con 'El señor de los anillos' a salvarnos xD.

    No recordaba/sabía que Liam Neeson había estado en esta peli. Ahora conduce camiones. Pobrecico mío.

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  2. Bueno, Conan me bajó de la nube cuando, pese a quedarme siempre a verla, acabaron diciéndome "a ver, que esa pelicula no tiene puto sentido" (literalmente XD).

    Krull, en los primeros minutos, sí que ha envejecido pesimamente, resultando demasiado inocentona. Después, tiene muchos puntos a favor, y por algún motivo, si que conserva un aire casi entrañable...es completamente simple, tierna, y sin el exceso de profundidad y lore que acabó suponiendo un Star Wars.

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  3. Fíjate que a mí 'Conan' al principio no me gustaba mucho porque la comparaba con los dibujos animados xD Luego ya se me pasó de tanto ver a Arnold empujar una rueda de molino.

    Con Krull tengo miedo. Hace poco vi 'La espada invencible/Hawk the Slayer' y madre mía, casi me arranco los ojos xD

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  4. A mi me pasó lo mismo: el Conan de los dibujitos, los hombres serpiente y los personajes con unos músculos que ni los Masters del Universo y cuando leí el cómic del estanque del negro me pregunté por qie las mujeres iban en bikini todo el rato y Conan tenía cara de neanderthal.
    Krull tiene pase si aceptas el estilo naif. Hawk the slayer no la vi pero ahora me siento tentada de asomarme al abismo xD.

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