jueves, 14 de noviembre de 2019

Are you Afraid of the Dark? (2019). Reviviendo el Club de Medianoche

Una de mis series preferidas durante los noventa era, como no, de terror. Entonces, una producción de esa temática destinada al público juvenil, en una cadena tan minoritaria como podían serlo las escasas franjas horarias de emisión libre de Canal + era todavía menos conocida y muy difícil que alguien coincidiera conmigo como espectador. Lo que no sabía es que se trataba de una de las más populares de Nickelodeon y que, aprovechando la ola nostálgica de los noventa (¿¡Cómo!? ¡Pero si ayer por la tarde estábamos echando de menos los cardados y las hombreras!) ha tenido su remake emitido, convenientemente, durante las últimas semanas de octubre.



El Club de Medianoche era el título, muy libre de “¿Tienes miedo a la oscuridad?”, una serie antológica donde un grupo de chicos de no más de 14 años se reunían cada noche para contar historias de terror. Estos solo actuaban como narradores y enlace con el público para unos relatos caracterizados, como era habitual entonces, por unos efectos especiales muy escasos, un presupuesto limitado, y unos giros finales que, aunque eran marca de la casa, a menudo me parecían mejor traídos que los de los libros y serie de R. L. Stine. Casi treinta años después, un grupo de chicos continúa con la tradición, a la que se les une como nuevo miembro Rachel, una chica recién llegada a la ciudad y con una gran capacidad para fabular historias aterradoras. Como la que narra en su entrada al club, sobre una siniestra feria ambulante que recorre las ciudades llevándose a los niños y haciendo que todos olviden su paso por el lugar. Salvo que, unos días después, ese mismo festival hace su aparición en la localidad, y Rachel teme que las pesadillas que inspiran sus dibujos y relatos puedan tener una base real, y que solo ella, y quizá sus amigos, puedan detenerlas.




Aunque el formato anterior funcionaba perfectamente, y más tratándose de una serie (hace unas semanas Creepshow lo demostró, sin más enlace que el muñecote que unía los dos guiones de cada episodio) para la nueva versión han optado por convertir a los protagonistas en los verdaderos héroes de la historia: en la serie original, estos, pese a su papel de narradores, eran bastante queridos por el público, y si contaban con unos personajes con el suficiente carisma, la idea podría funcionar. El cambio no es algo nuevo y se utilizó previamente en la adaptación cinematográfica de Historias de miedo para contar en la oscuridad, aunque es en esta miniserie donde parece haber funcionado mucho mejor. Limitándose a un único arco argumental, se sirven para contar la misma historia dos veces: el relato original, que sería un homenaje a los capítulos de la primera serie, es en realidad muy simple, pero también presentado de forma muy ingeniosa como la historia de terror que podría haber ideado alguien muy joven. Y a partir de esta se desarrolla la trama principal que también es todo un homenaje a los estereotipos de muchas series de la época: las bicicletas, el club secreto y con un acceso nocturno que, a todas luces, sería imposible que cualquier crio pudiera acceder, el tópico de los carnavales siniestros y un grupo de chicos dispuestos a detener una amenaza sobrenatural que solo ellos han descubierto. Los nombres de estos, donde se encuentran apellidos como Carpenter, Coscarelli o Raimi, son también un guiño a los espectadores adultos que crecieron con la serie y que serían después aficionados al cine de terror.



Pese a todos estos factores que apelan al pasado, está pensada para ser disfrutada por el público que la conocía y los espectadores nuevos, sin que resulte un paseo continuo por la nostalgia (lo siento pero ¡Stranger Things siempre me pareció un catálogo de tópicos idealizados de los ochenta!) y los clichés habituales, que en muchos casos evitan con agilidad: se evitan las tramas sobre matones de instituto, despachándose con poco más de un guiño, los protagonistas cuentan con unos entornos más variados que los habituales de “marginados”  y aunque algunas de sus aficiones parezcan un poco pensadas para ser reconocidas por los espectadores más mayores, tales como las referencias a ciertos grupos de los ochenta y a escritores clásicos, resultarían perfectamente posibles para cualquier chico con hobbies un poco distintos y en un momento donde es mucho más sencillo acceder a toda esa información.

El regreso de Are you Afraid of the Dark, además de una miniserie divertida y que funciona para su público anterior y las generaciones nuevas, parece, con su brevedad, un tanteo sobre sus posibilidades de volver a la pantalla, aunque solo fuera como evento durante las semanas previas a Halloween. Visto el resultado, no estaría mal una siguiente entrega en el 2.020. Y ya puestos, quizás un regreso de Eerie Indiana, serie que en su momento nunca pude ver: poco después de los créditos de El Club de Medianoche, la llegada de unas rayitas grises y un susurro anunciaban que la programación en abierto se había terminado.



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