jueves, 1 de agosto de 2019

Obituario: Rutger Hauer

 
 
El 24 de julio de 2019 se retiró (al procedimiento nunca se le llamó ejecución) el último de los replicantes de la serie Nexus. Rutger Hauer tuvo una vida más longeva que la que les fue otorgada a los androides de la corporación Tyrell, y también una carrera más allá de su papel como replicante prófugo en unas calles de Los Ángeles distintas, pero por muy poco, al de nuestro 2019.
 
 
 
Hauer fue uno de esos actores todoterreno, como puede serlo Udo Kier y donde era capaz de alternar clásicos de las últimas décadas con producciones realmente atroces. Pero vamos a quedarnos con lo bueno, lo memorable, y hacer como que filmes como la versión de Drácula de Darío Argento (¡otro que se debió llevar un golpe en la cabeza!) no tuvieron lugar. Para muchos espectadores que descubrieron el cine fue Navarre, el héroe condenado a convertirse en lobo durante la noche mientras que su amada permanecía siendo Lady Halcón durante el día, el prófugo de Peligrosamente juntos, el veterano de Vietnam, en una época en la que era habitual encontrarlos en las estanterías de los videoclubs, de Furia ciega, e incluso, aunque llegáramos a apreciarlo a posteriori como un guiño a la serie que vendría, el vampiro de amenazaba a la cazavampiros más sosa de la historia en la primera versión cinematográfica de Buffy. Hasta su presencia, ya hace un par de años, como antagonista principal en una de las temporadas de Channel Zero. Un papel breve, pero digno y efectivo, y cuya interpretación, sumada a la edad del actor nos sorprendió a muchos, que a veces olvidamos que el tiempo pasa igual para los que están al otro lado de la pantalla, y nos hizo pensar “¿¡Como!? ¿¡Tan mayor está!?”.
 
 
Quedarían, para un público más adulto, su aparición en El autoestopista, el mercenario de Los señores del acero, donde su paisano Verhoeven no se cortaba un pelo a la hora de mostrar una edad media brutal y despiadada, más de la que esperábamos ver en las tiras de un vhs…y Roy Batty. Y es que el rostro de Hauer parecía marcado por una intemporalidad que le permitía moverse con la misma facilidad por un sangriento campo de batalla en la europa medieval que por un futuro que en 1982 todavía parecía muy lejano. Ni el test Voight Kampf llevado a cabo por Rick Deckard, ni la inexpresividad de Rachael ni el desconcertante traje de Pris en un 2019 donde convivían el noir y la moda de los ochenta, el Blade Runner que recordamos es la silueta del último replicante rememorando las puertas de Tanhäuser.
 


Dicen que el monólogo final tuvo una cierta reescritura propuesta por el propio Hauer, pero hoy no podemos decir que este haya sido perfecto: se equivocaba. Todo esto, en realidad, es muy diferente a las lágrimas bajo la lluvia de Roy Batty.

2 comentarios:

  1. El problema de Hauer es que su "decadencia" empezó muy pronto, casi al poco de hacer "Blade Runner". Creo que después de "Los señores del acero" y "Lady Halcón" se hundió prácticamente en el cine barato, muchas veces dirigido al mercado del video de la época. En cine yo todavía vi, a principios de los 90, varios de los bodrios que lo utilizaron, con el actor, además, completamente desatado (nunca fue muy sobrio, de todos modos). Para conocer la medida de su talento, tal vez habría que rescatar la parte holandesa de su filmografía, esos títulos que hizo con Paul Verhoeven antes de que ambos se marcharan a Hollywood.

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  2. Con algunos de sus papeles en horas bajas suelo ser bastante permisiva, por entrar dentro del terreno de la nostalgia del videoclub (aunque en el caso de Buffy, se debe más a lo que supondría la serie posteriormente). Por suerte contó con unas cuantas apariciones tardías más que dignas, e incluso su participación en Channel Zero se puede considerar un trabajo bastante recomendable.

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