Sí, se que el traje es de Fallout y no de Resident Evil, pero es una monada
Cuando hace quince años se estrenó
una película basada en Resident Evil, era impensable que los zombies
se fueran a poner de moda y que una adapción más que correcta de un
videojuego acabara convirtiéndose en una franquicia tan duradera.
Aunque esta consistiera en pasarse por el forro cualquier similitud
con el argumento original para convertirlo en una saga de ciencia
ficción apocalíptica donde una agente, espía o categoría
profesional no determinada lucha contra los zombies, contra una
corporación malvada y se dedica entre una entrega y otra a ser
clonada o a adquirir o perder los poderes más descacharrantes. Con
una secuela cada dos o tres años, demostró tener una buena salud y
aprovechar muy bien a nivel de recaudación los huecos que quedaban
entre el estreno de un blockbuster y otro. Pero seis entregas
repartidas en una década y media eran más que suficientes para
terminarla.
Capítulo final demuestra que el poner
títulos sugestivos no es uno de los fuertes de la saga: después de
apocalipsis, extinción, venganza, este debe haber sido el único que
anuncia un poco lo que se espera del guión. El cierre, definitivo,
en principio, en el que Alice, la protagonista, debe volver a la
colmena, el laboratorio subterráneo aparecido en la primera entrega
y recuperar una cura para el virus que ha devastado la tierra. Pero
dispone de un tiempo muy limitado, solamente 48 horas tras las cuales
el sistema de inteligencia artificial que dirige el complejo
eliminará a los supervivientes de la tierra. Y todavía quedan
algunos miembros de Umbrella, la corporación causante del desastre,
dispuestos a impedir que Alice encuentre el antídoto.
En esta serie es una costumbre el terminar cada secuela con un cliffhanger de cara a la siguiente. Como también lo es saltarse a la torera ese mismo final abierto, contar lo que se les ocurra, y rematar de una forma similar. Por eso no sorprende que el anterior desenlace haya desaparecido de un plumazo, junto con los pocos secundarios que pudieron llegar, para volver a presentar a Milla Jovovich como protagonista absoluta hasta bien entrada la mitad de la trama. Esto también había quedado establecido desde la segunda secuela, pero resulta mucho más excesivo, al limitarse a mostrar a la protagonista recibiendo la información necesaria sobre la historia de esta entrega, desplazándose y figurando en distintas escenas de acción donde también se presenta al que será el antagonista en el cierre. La falta de personajes, secundarios o no, se hace tan evidente que cuando aparecen estos, se limitan a ser un grupo de supervivientes genéricos a los que ni se molestan en dar un nombre o más de un par de líneas de diálogos: para qué, si van a morir uno detrás de otro en las siguientes secuencias. Incluso la referencia a los personajes del juego original es casi una broma, saliendo unicamente Claire Redfield de manera testimonial y casi como el único vestigio de una saga donde los secundarios van, vienen, son mencionados y olvidados rapidamente en unos guiones que prefieren los tiros a la coherencia a largo plazo. Un fallo bastante gordo cuando se pretende hacer una franquicia duradera, pero a estas alturas...¡Esta es la última! ¡Poco importa!
Comparada con la anterior, también
aporta bastante más a la historia, o al menos, se la ve algo más
cuidada que el llevar al cine los zombies y disparos de rigor cada
tres años. Intentan, al menos, darle un cierre a la historia de su
protagonista, de la que precisamente por culpa del guión, nunca
queda claro qué demonios pintaba ahí desde el principio, salvo el
tratarse de una espía, o algo igual de ambiguo. Las tramas sobre
clones, mutaciones genéticas y poderes todavía lo volvían más
confuso, y es ahora cuando intentan aportarle un trasfondo donde se
le da todavía más importancia a una heroina que practicamente se
come las películas ella sola. También intentan aportar un poco más
de coordinación entre cada una recuperando al personaje del doctor
Isaacs como villano, que, salvo hacer que Ian Glen salga más en
pantalla que en las cinco películas anteriores (y de paso cobre, que
solo quedan dos temporadas de Juego de Tronos y hay que pensar en el
porvenir), no sirve de mucho el intentar darle ahora una
caracterización de malvado apresurada y destinada a resolver algunas
tramas sueltas.
El montaje también demuestra cierto
agotamiento en la serie y que esta conclusión era bienvenida:
practicamente se limita a ser una serie de secuencias de acción
variadas de las que se van saltando una a otra. Luchas contra un
monstruo, peleas contra los soldados de Umbrella (me pregunto, con
esto del apocalipsis, como les pagan ¿tendrán planes de
jubilación?), persecuciones en moto y un desenlace en unos
escenarios conocidos que remiten directamente a la primera película.
Esta sucesión no parece fluida, sino que va de una escena movida a
otra sin más hilo que el llevar a la protagonista a su parada final.
Aunque si bien poco innovadoras y repetitivas, son más que
correctas. Un aspecto positivo de la serie es que siempre conoció
sus limitaciones y se las arreglaban bien para aprovechar al máximo
la aparición de criaturas hechas con cgi sin que cantaran demasiado,
unos zombies resultones y un aspecto en general de no ser una peli de
las de mover millones, pero tampoco una de dos pesetas. Salvo en la
anterior, donde se veía que andaban más justos de tiempo y dinero,
todas han cumplido. Esta no ha sido una excepción, aprovechando muy
bien los medios, las secuencias e incluso los zombies, que no podían
faltar y que aquí los hay en número más que suficiente, e incluso
con una caracterización bastante mejor que la que se podría ver en
un Z Nation. Bueno, aunque decir que algo está mejor hecho que los
zombies de Z nation tampoco puede considerarse un cumplido.
Todo villano que se precie debe tener varios jerseys de cuello vuelto en su fondo de armario
Lo bueno que se puede decir del
Capítulo final de Resident Evil es que era lo que se esperaba: el
cierre de una saga que poco tenía que ver con el videojuego que la
inspiró, donde Milla Jovovich se convirtió en la estrella absoluta
y donde el conjunto, si se contaba con algo más, es flojo. Nunca
fueron buenas películas, pero al menos tenían la intención de
ofrecer más calidad y entretenimiento de lo que puede verse en algo
que dirige Uwe Boll (de nuevo, creo que comparar para bien a alguien
con Uwe Boll tampoco es positivo) y que en todo este tiempo cubrieron
más que bien un nicho dentro de la serie B con medios. Después de
todo, nos hemos divertido.
Aunque siempre fui más de Silent Hill que de Resident Evil, recuerdo que la primera de la saga fui a verla al cine y la disfruté un montón (hasta me compré el DVD cuando salió). Luego la cosa fue en decadencia y la verdad es que esta última la veré porque, mira, es la última.
ResponderEliminarPor cierto, cuánta razón en lo de los soldados después del apocalipsis y los planes de pensiones.
Un besazo.
La primera peli de Silent Hill estuvo bastante bien, la segunda más floja, pero mantenía un poco la idea...Cosa que no hace Resident Evil, donde hasta la continuidad de la pasan un poco por el forro. Salvo la primera, que si fue de lo más disfrutable.
ResponderEliminarEl resto de la saga es un poco loca, pero salvo la entrega anterior, que fue muy floja, está hasta tiene su gracia para cerrar la saga.
Y en el lado bueno: con esto del Apocalipsis al menos no hay que preocuparse de la hucha de las pensiones.
Un abrazo
La primera la vi en el cine, y encantado. Hasta en algún revisionado posterior me pareció bastante disfrutable. Ya no recuerdo si para la segunda parte me engañaron y fui al cine también o directamente la vi cuando la sacaron en DVD, pero ya era otra cosa. Y eso que no estaba mal del todo. Pero es a partir de la tercera y sucesivas cuando se dejan el guión en casa y pasan a rodar un videoclip de hora y pico donde la protagonista va como pollo sin cabeza de un sitio a otro repartiendo estopa y pegando tiros. Eso sí, todo muy correcto en lo visual.
ResponderEliminarUna pena que no hayan querido darle una continuidad argumental de unas películas a otras. ¡Si hasta las recientes películas de 'Dead Rising' tienen un pequeño hilo de una película a otra!
Es verdad, las dos entregas de Dead Rising me sorprendieron mucho en ese sentido: son muy poco ambiciosas, pero guardan entre si mucha coherencia y funcionan perfectamente. Lo de Resident Evil entra a partir de la segunda entrega en el terreno de la locura: los personajes principales del juego se ven relegados a secundarios, el montaje quiere ser el propio de un blockbuster...Al final, o la amas, o la odias. O bien cada vez que sale una y tienes el día poco inspirado piensas "hombre, una nueva de Resident. Vamos a echar un rato..".
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