jueves, 28 de abril de 2016

Nocturnos de John Connolly. El terror ocasional de un escritor policiaco


Al gustarme unos géneros muy determinados, es difícil que lea otros autores que estén fuera de este ramo. En cambio, cuando escritores de temática más general deciden probar suerte con el fantástico, los leo con bastante curiosidad y me he llevado más de una sorpresa agradable. La carretera, de McCarthy, fue una historia muy parca en estilo, pero mucho más inquietante que otras novelas de ciencia ficción postapocalíptica. La trilogía de Nueva York de Auster creaba todo un juego entre la realidad y la fantasía. Y a John Connolly lo conocía unicamente como escritor de novela policiaca hasta que Negra y Criminal, un programa que incluye el radioteatro en una de sus secciones, adaptó dos de sus textos.

 


Nocturnos es el libro con el que Connolly prueba suerte en el género fantástico, o específicamente, con el terror. Y es el relato que da título a una antología, porque este ha optado por recurrir a un formato muy breve donde le es posible recorrer una selección muy amplia de argumentos: criaturas que se ocultan en el bosque, en el fondo de los ríos o en aldeas apartadas. No faltan tampoco los personajes más comunes del terror clásico, como las brujas, los fantasmas o incluso el diablo, revisitados o planteados desde una nueva perspectiva. Pero también hay sitio para el terror moderno, bien por temática, como la enfermedad, o mediante escenarios, como una fábrica abandonada o un circo ambulante.

La temática es muy extensa, y prácticamente cubre todos los temas del género de los últimos 25 o 30 años. En todos ellos el estilo que emplea es muy conciso: con la brevedad que presentan algunas de las narraciones no hay mucho tiempo de explayarse, y es una de las mayores ventajas porque esta forma de narrar recuerda mucho a autores clásicos. Los cuentos recuerdan a M. R. James, Benson o a H. P. Lovecraft. Especialmente a este último porque en muchos de los cuentos no faltan pueblos con algún lugar maldito o habitado por seres muy antiguos. Pero esto no es un homenaje  o una imitación de un estilo determinado, sino más bien una evolución, donde Connolly aporta su propia manera de narrar  a una serie de temas que en principio, le resultarían ajenos. Quizá en este caso el no ser un autor de nicho le aporta una mayor frescura, porque los elementos terroríficos están ahí, algunos tratados de una manera más clásica que otros, pero en todo momento se mantienen lejos de los clichés que otros han convertido ya en su forma de narrar.

 


Mientras estos relatos basados en lo más tradicional son muy buenos, los mejores, en muchos casos, son aquellos donde se acerca a planteamientos modernos: el más amplio, que da comienzo al libro, es una historia sobrenatural donde lo más importante es la idea de la enfermedad encarnada en un ser humano, del que el lector, y él mismo, nunca llegan a conocer su origen, constituyendo cualquier alusión que se haga sobre esto en el relato, simple atmósfera y posibles especulaciones. También sería el más sangriento de todos los escritos, hasta el punto que quizá podía considerársele un poco deudor de lo que Clive Barker escribía en los ochenta...Pero también, infinitamente mejor trabajado y menos excesivo comparado con cualquier cosa escrita por este último.

 
Otro elemento muy positivo en todos los relatos es el dominio de la atmósfera: en mayor o menor medida, todos los escenarios que aparecen en ellos resultan amenazadores en sí mismos, bien por lo anodino, como cualquier pueblo pequeño, por el horror de haber sido un hecho real, como los cuentos cuyo trasfondo es el fin de la I Guerra Mundial, o bien por la introducción de un elemento anómalo: una playa de arenas negras, un embalse donde hay algo que no es normal, un circo…donde, sin mencionar abiertamente la naturaleza de lo extraño, se van presentando indicios de este hasta su desenlace. Recurso para el cual, el haber elegido el formato de cuento corto es todo un acierto.

 
Me atrevo a decir que Nocturnos es el libro que más me ha gustado en lo que va de año. Los relatos recorren practicamente todos los escenarios y criaturas monstruosas posibles. Estos son casi tan breves como los de Thomas Ligotti, pero mucho más directos y alejados de la carga filosófica y pesimista de este. Connolly solo quiere contar historias. De terror, en este caso.  Y lo ha conseguido de sobra.

2 comentarios:

  1. A Conolly sólo lo conocía de las novelas de Charlie Parker que publicó Tusquets hace unos años. Me apunto el título, que últimamente ando falto de relatos de terror.

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  2. En ese caso, para volver un poco al género, Nocturnos es muy recomendable, e incluso un doblete con Teatro Grottesco de Ligotti (para ponerse con Noctuario casi hace falta calentamiento previo). De algunas recopilaciones en cambio, como muchas de las que sacaba Martínez Roca en la colección Gran Super Terror, recomiendo más bien cogerlas solo cuando no haya otra cosa a mano XD.

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