Todo gato es un faraón en miniatura..o al menos se comportan como si lo fueran
Hay algunos personajes del género fantástico que no se han
prodigado mucho por la literatura. Los hombres lobo, las momias o los zombies,
han tenido más presencia en el cine que en la letra impresa. Estos últimos se
han hecho su hueco en novelas y relatos gracias a la moda de los últimos años. Otro
tanto para los hombres lobo y cambiaformas, que parecen gozar de buena salud en
el género de la fantasía urbana. Las momias, en cambio, parecían algo mucho más
minoritario. Y esta fue mucho más famosa por su interpretación en el cine con
Boris Karloff que por La joya de las siete estrellas de Bram Stoker. Pero la cultura egipcia, y su obsesión con la
vida después de la muerte, ha fascinado a muchos autores que la plasmaron de
una u otra forma en relatos o novelas cortas. Esto es algo que se ha tenido en
cuenta para la antología La maldición de la momia, donde se recoge una
selección muy variada de relatos inspirados por la cultura funeraria egipcia.
El tema más reconocible acerca de las momias es la vuelta a
la vida de una en busca de la reencarnación de su amada (para devolverle la
memoria de princesa egipcia, si los protagonistas no lo impiden). En la
recopilación no faltan las reinterpretaciones de este arquetipo, por parte de
autores como Conan Doyle o el menos conocido Guy Boothby. Pero también hay
otros, y son mayoría, propios del pulp o del folletín anterior a este, donde
además de momias no faltan investigadores, grandes cantidades de acción y
escenarios muy propios de un género al que le tengo mucha simpatía. Incluso hay
espacio para el tema egipcio en su vertiente más esotérica, al contar con
autores que además de ganarse la vida escribiendo, también habían tenido un
papel importante en creencias como la teosofía o incluso a trabajar de
adivinos. En estos casos, no se puede esperar relatos muy dinámicos, sino más
dirigidos a la creación de atmósferas y de escenarios.
Esta variedad es la mayor ventaja de la antología: esta no
se dedica solo a momias propiamente dichas (podrían hacerlo y habría por ahí
más relatos, pero igual la calidad bajaría), sino a otras situaciones en las
que esta criatura no tiene por qué tener obligatoriamente componentes
sobrenaturales: algunas de ellas se tratan de relatos puramente policiacos, en
los que su conexión con el Egipto se debe a algún delito a causa de piezas
antiguas. Además, hace que esta no se quede limitada a un tema que puede
agotarse enseguida, como pasó en la
recopilación de La plaga de los zombis. Muchos autores, de los que había oído
hablar poco o nada, pueden ser algo anecdótico o convertirse en una referencia
para otras lecturas. Por ejemplo, nunca me pierdo un relato de Seabury Quinn
protagonizado por Jules de Grandin, pero no conocía a Boothby ni sabía que era
el creador del Doctor Nikola…y de su gato Apolyon. En otros casos, como la
novelización de una película de la momia de la Hammer , es algo más
anecdótico, y tiene interés principalmente por tratarse de un tipo de
literatura que hoy no es tan popular como hace décadas.
Como suele pasar en las antologías, no siempre se acierta. En
este caso, la selección tiene muy buen nivel y es lo suficientemente variada
como para que pueda gustar un porcentaje importante de relatos, que es lo que
determina si el libro en cuestión ha sido una buena opción o no. En el peor de
los casos, los que me parecieron más flojos o más aburridos eran lo
suficientemente breves como para no ser un lastre, y aunque se trate de autores
que no terminaron de convencerme, siempre pueden tomarse como curiosidades de
esas que se leen solo una vez, sin que sea algo que no gusta abiertamente.
Las antologías de Valdemar se caracterizan por una edición y
un contenido muy cuidado, de esas en las que el precio está justificado. Antonio
José Navarro se encarga de la selección, un prólogo lleno de información y de
las notas correspondientes a cada autor, mucho más exhaustivas de lo que he
visto en otras antologías. La traducción también es otro valor añadido, en
estas se han esmerado hasta el punto de añadir notas para aquellos textos que,
como en el relato de Sax Rohmer, vienen en un idioma que podría, o no podría
ser árabe, por lo visto.
Es imposible hablar de las momias y de los egipcios sin pensar
en su reverencia hacia los gatos (además, en este momento tengo a Sabela mirándome
desde una esquina de la pantalla, y más me vale). Y es que en el prólogo también
se hace referencia al respeto hacia ellos y las severas leyes que castigaban el
maltrato de un felino. Si ya me parecía a mí…¡desde el antiguo Egipto nadie ha
sabido tratar a un gato como se merece!
Las antologías de Valdemar siempre suelen ser interesantes, y Antonio José Navarro, además de un buen crítico de cine, es un buen conocedor de la literatura fantástica: su introducción a cada relato y sus autores es una mina de información. De este libro, en especial, me gustan las aportaciones más clásicas (Conan Doyle) y las más pulp (mi favorito: La maldición de Amen-Ra, de Victor Rousseau).
ResponderEliminarDe momento la que más me ha gustado es la aportación de Seabury Quinn, no tanto por el relato en si (donde basicamente solucionan el desenlace haciendo que el antagonista se tire convenientemente por una escalera) como por la atmosfera. En general el nivel de todas estas recopilaciones es muy alto, y lo mejor de estas es que no se quedan en el típico relato que aparece en todas las antologías generales.
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