lunes, 12 de mayo de 2014

La maldición de la momia: relatos de horror sobre el antiguo Egipto


Todo gato es un faraón en miniatura..o al menos se comportan como si lo fueran

Hay algunos personajes del género fantástico que no se han prodigado mucho por la literatura. Los hombres lobo, las momias o los zombies, han tenido más presencia en el cine que en la letra impresa. Estos últimos se han hecho su hueco en novelas y relatos gracias a la moda de los últimos años. Otro tanto para los hombres lobo y cambiaformas, que parecen gozar de buena salud en el género de la fantasía urbana. Las momias, en cambio, parecían algo mucho más minoritario. Y esta fue mucho más famosa por su interpretación en el cine con Boris Karloff que por La joya de las siete estrellas de Bram Stoker.  Pero la cultura egipcia, y su obsesión con la vida después de la muerte, ha fascinado a muchos autores que la plasmaron de una u otra forma en relatos o novelas cortas. Esto es algo que se ha tenido en cuenta para la antología La maldición de la momia, donde se recoge una selección muy variada de relatos inspirados por la cultura funeraria egipcia.



El tema más reconocible acerca de las momias es la vuelta a la vida de una en busca de la reencarnación de su amada (para devolverle la memoria de princesa egipcia, si los protagonistas no lo impiden). En la recopilación no faltan las reinterpretaciones de este arquetipo, por parte de autores como Conan Doyle o el menos conocido Guy Boothby. Pero también hay otros, y son mayoría, propios del pulp o del folletín anterior a este, donde además de momias no faltan investigadores, grandes cantidades de acción y escenarios muy propios de un género al que le tengo mucha simpatía. Incluso hay espacio para el tema egipcio en su vertiente más esotérica, al contar con autores que además de ganarse la vida escribiendo, también habían tenido un papel importante en creencias como la teosofía o incluso a trabajar de adivinos. En estos casos, no se puede esperar relatos muy dinámicos, sino más dirigidos a la creación de atmósferas y de escenarios.

Esta variedad es la mayor ventaja de la antología: esta no se dedica solo a momias propiamente dichas (podrían hacerlo y habría por ahí más relatos, pero igual la calidad bajaría), sino a otras situaciones en las que esta criatura no tiene por qué tener obligatoriamente componentes sobrenaturales: algunas de ellas se tratan de relatos puramente policiacos, en los que su conexión con el Egipto se debe a algún delito a causa de piezas antiguas. Además, hace que esta no se quede limitada a un tema que puede agotarse enseguida,  como pasó en la recopilación de La plaga de los zombis. Muchos autores, de los que había oído hablar poco o nada, pueden ser algo anecdótico o convertirse en una referencia para otras lecturas. Por ejemplo, nunca me pierdo un relato de Seabury Quinn protagonizado por Jules de Grandin, pero no conocía a Boothby ni sabía que era el creador del Doctor Nikola…y de su gato Apolyon. En otros casos, como la novelización de una película de la momia de la Hammer, es algo más anecdótico, y tiene interés principalmente por tratarse de un tipo de literatura que hoy no es tan popular como hace décadas.


 Es imposible escribir sobre momias sin que me venga el señor Karloff a la cabeza 

Como suele pasar en las antologías, no siempre se acierta. En este caso, la selección tiene muy buen nivel y es lo suficientemente variada como para que pueda gustar un porcentaje importante de relatos, que es lo que determina si el libro en cuestión ha sido una buena opción o no. En el peor de los casos, los que me parecieron más flojos o más aburridos eran lo suficientemente breves como para no ser un lastre, y aunque se trate de autores que no terminaron de convencerme, siempre pueden tomarse como curiosidades de esas que se leen solo una vez, sin que sea algo que no gusta abiertamente.

Las antologías de Valdemar se caracterizan por una edición y un contenido muy cuidado, de esas en las que el precio está justificado. Antonio José Navarro se encarga de la selección, un prólogo lleno de información y de las notas correspondientes a cada autor, mucho más exhaustivas de lo que he visto en otras antologías. La traducción también es otro valor añadido, en estas se han esmerado hasta el punto de añadir notas para aquellos textos que, como en el relato de Sax Rohmer, vienen en un idioma que podría, o no podría ser árabe, por lo visto.

Es imposible hablar de las momias y de los egipcios sin pensar en su reverencia hacia los gatos (además, en este momento tengo a Sabela mirándome desde una esquina de la pantalla, y más me vale). Y es que en el prólogo también se hace referencia al respeto hacia ellos y las severas leyes que castigaban el maltrato de un felino. Si ya me parecía a mí…¡desde el antiguo Egipto nadie ha sabido tratar a un gato como se merece!




2 comentarios:

  1. José Miguel García de Fórmica-Corsi13 de mayo de 2014, 20:22

    Las antologías de Valdemar siempre suelen ser interesantes, y Antonio José Navarro, además de un buen crítico de cine, es un buen conocedor de la literatura fantástica: su introducción a cada relato y sus autores es una mina de información. De este libro, en especial, me gustan las aportaciones más clásicas (Conan Doyle) y las más pulp (mi favorito: La maldición de Amen-Ra, de Victor Rousseau).

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  2. De momento la que más me ha gustado es la aportación de Seabury Quinn, no tanto por el relato en si (donde basicamente solucionan el desenlace haciendo que el antagonista se tire convenientemente por una escalera) como por la atmosfera. En general el nivel de todas estas recopilaciones es muy alto, y lo mejor de estas es que no se quedan en el típico relato que aparece en todas las antologías generales.

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