Zombies he visto en muchas películas, algunas bastante
malas. En plena epidemia, en el futuro, en la Guerra de Secesión y hasta en plena comedia romántica. Pero lo
que nunca llegó a interesarme fue ese género en el que la historia se cuenta
desde el punto de vista de los propios muertos vivientes. Puede ser interesante
desde el punto de vista dramático y de dobles lecturas, como pude comprobar en
el comic Pariah. O en el peor de los casos, una cosa tan aburrida y pretenciosa
como la cinta de Dead Creatures. En cambio, no conocía ninguna comedia que
aprovechara esta situación para darle una vuelta de tuerca al género.
En Wasting Away, la epidemia zombie empieza como cualquier
otra: un experimento fallido para crear supersoldados hace que estos, en vez de
rana, les salgan zombies. Pero un vertido de esta sustancia se mezcla
accidentalmente con las bebidas que sirven unos chicos en un bar. Un poco después,
estos empiezan a notar que la gente que les rodea se comporta de forma extraña:
se mueve y habla a una velocidad vertiginosa, y los que no huyen al verlos,
intentan matarlos. Un soldado les informa de lo que ha pasado, y que por algún
motivo, ellos se han inmunizado a la epidemia. Claramente, hay gente afectada
por el vertido, pero todavía no está muy claro. Aunque el que a ellos se les
caigan los miembros según caminan, tal vez sea una pista.
Lejos de otros intentos más serios, la intención de la película
es la de ser una comedia, sin más. El humor queda muy lejos de la comedia negra
y más cercano al de la parodia del género, contando con todos los elementos que
hoy son clásicos del género: experimentos fallidos, militares recorriendo las
calles y supervivientes intentando librarse de los zombies. La diferencia es
que todo esto se ve desde el punto de vista de estos últimos, que además de el
no saber lo que está pasando, no son especialmente brillantes. En algunos
casos, el humor es bastante grueso, y determinados protagonistas a los que han
caracterizado como excesivamente cándidos, no ayudan. Hacen que las situaciones
cómicas queden muy poco pulidas, o que se note que están ahí para promover una
secuencia absurda. En cambio, es el protagonista militar, o que al menos se
esfuerza en serlo, el más divertido de la película: no solo provoca que los
personajes estén cada vez más confundidos con su situación, sino que
protagoniza escenas realmente delirantes como disfrazarse de camarero mexicano
en un restaurante, o sacar explicaciones de lo más peregrinas para las
situaciones más obvias.
La filmación también es un homenaje al cine de zombies,
desde La noche de los muertos vivientes a El regreso de los muertos vivientes. De
la primera, el guiño más evidente es el utilizar el blanco y negro en todas las
secuencias protagonizadas por los personajes vivos, y la trama de los militares
y el vertido químico, a la segunda. Bueno, a esta y a infinidad de series B,
videojuegos y algún que otro cómic, porque estas son premisas que no pueden
faltar en la mayoría de historias. Incluso hay algún chiste más directo a costa
de George Romero y en concreto, a costa de La tierra de los Muertos.…¡Con lo
que a mí me gustó esa película! Y eso que un par de detalles también los
sacaron de ahí.
La realización es lo más chocante, principalmente por lo
amateur que esta resulta: las interpretaciones, en realidad, son normalitas
tirando a flojas. Menos el personaje del soldado, que es el que se ocupa de la
mejor parte cómica. Aunque esto tampoco es tan grave porque he visto películas
donde los actores era para tirarlos a un pozo. Las cámaras y los filtros que
utilizan hacen que esta quede como si fuera un corto de aficionados o como si
hubieran rodado con un Iphone. Comparada con esta, producciones hechas vía
crowdfunding como Iron Sky cuentan con un resultado más profesional. Claro que esta última
era mucho más floja. No debería quejarme
de detalles como estos, teniendo en cuenta que las películas que más me han
gustado son series B de hace treinta años con muy poquitos medios. Pero el ver
una película de bajo presupuesto en plena época digital resulta un poco
extraño, y cuesta acostumbrarse. Pero en el fondo, Wasting Away viene a ser lo
mismo que ellas: una película muy de serie B, que sin llegar al nivel de Shaun
of the Dead, resulta una comedia muy simpática. Y que fue capaz, siete años de
antelación, de parodiar un género que entonces no se pensaba que llegara a
alcanzar el estatus de moda cinematográfica.
pretty nice blog, following :)
ResponderEliminarThanks, I do my best! :)
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