No he llegado a aclararme mucho con todo eso de las Fases
que Disney ha planificado para estrenar sus películas de superhéroes. Ni
tampoco es que me haya informado mucho, pero los Vengadores marca el antes y el
después en esto sacar en pantalla a todos los personajes que han adquirido. Los
primeros en volver tras la película de Whedon han sido Iron Man 3 y ahora,
Thor.
La primera entrega me había resultado chocante, pero muy
divertida: no había pensado que alguien
como Kenneth Branagh pudiera dirigir una historieta de superhéroes, pero lo
cierto es que la teatralidad de los habitantes de Asgard le iba perfectamente.
Por no decir que el personaje de Loki era completamente shakesperiano en sus
tribulaciones y conspiraciones. Bueno, y porque cuando se comparte escenario
con Chris Hemsworth, tampoco es muy difícil brillar con luz propia.
En El mundo oscuro se nota la diferencia con su predecesora
y el parecido con Los Vengadores: después de haber encarcelado a su hermano,
Thor regresa a la tierra buscando a Jane Foster, a quien conoció hace dos años.
Pero esto sucede durante un momento peligroso para los nueve reinos: estos
están a punto de alinearse, y es entonces cuando los elfos oscuros pretenden
hacerse con un arma que destruirá el universo. Pero Jane la ha encontrado, o más bien, esta la ha
encontrado a ella, de forma que se han fusionado, y Thor la lleva a Asgard en
un intento de salvarla. Pero con los elfos los han seguido, y la única forma de
salvar tanto a Jane como a los nueve reinos, es recurrir a su hermano Loki.
Será Londres, pero parece que se han debido ir todos de puente: no hay ni dios
Si Thor contaba con unas cuantas secuencias en Asgard y el
resto en el medio del desierto de Nuevo Mexico, su secuela no repara en gastos
a la hora de recrear escenarios. No solo la mayor parte de la acción transcurre
en Asgard, sino que la trama secundaria transcurre en Londres, además de contar
con varias escenas en unos cuantos mundos. Se nota que están mucho más seguros
del éxito, pero eso también implica que el resultado final está bastante más
estandarizado: es un paquete completo de acción y efectos especiales, en el que
no puede faltar una amenaza a nivel global, universal, y un enfrentamiento con
sus correspondientes personajes que vuelan y se dan puñetazos imposibles.
Algunas secuencias, como la nave de los elfos arrasando a Londres, recordaba,
en menor escala, a la llegada de los invasores a Nueva York en el blockbuster
del año anterior. Es un poco raro quejarse del exceso de acción en una película
de acción, pero el problema no eran las peleas a gran escala, sino la impresión
de haber visto antes cosas muy cortadas por el mismo patrón, y que
probablemente le habían quitado sitio a algo más interesante.
Teniendo en cuenta el tiempo de aparición de algunos
personajes, sus actores han desempeñado más bien un cameo y no un papel. Es el
caso de Anthony Hopkins, que repite como Odín, y es algo que se esperaba. Pero no
tiene mucho sentido contratar a alguien como Christopher Eccleston en el papel
de antagonista principal cuando lo único que hace es ir de un lado a otro con
varios kilos de maquillaje encima y diciendo tres o cuatro frases. Este hombre
ha debido de llegar al colmo de los papeles para pagarse facturas, y eso que
fue capaz de salir en GI Joe.
Conociendo cómo han ido evolucionando los personajes, lo más
chocante resulta la tercera aparición de Loki. Parece que han ido un poco lejos
con esto de ser el favorito del público, y directamente no tienen claro qué
hacer con él excepto potenciar su genialidad ante los espectadores: en el
primero, apareció como un antagonista muy retorcido, y muy de tragedia. Se convirtió
después en un auténtico supervillano de cómic, completamente disfrutable en su
intención por dominar el mundo. Aquí, no parece muy claro: el tema de cómo
redimir al personaje no termina de arrancar bien, queda muy lejos de cómo fue
hilándose su personalidad en la primera entrega, y el resto se queda en una
colección de frases ingeniosas y en ponerlo en marcha de cara a una tercera película. De los secundarios, como Kat Dennings, no puedo decir mucho: después de dos películas no queda muy claro cual es su papel en la historia ¿tiene que ser graciosa? ¿Aportar algo? ¿pasarle material científico a los protagonistas?
Quizá por haber esperado bastante más de El mundo oscuro es
por lo que esta parece quedarse en menos de lo que debería. No me compliqué mucho con Iron Man, El capitán
América o Los Vengadores (que no me aclare con lo de las fases no quiere decir
que no me haya visto casi todo), y seguramente, acabarán cayendo también
Soldado de Invierno y Guardianes de la Galaxia.
Pero esta vez procuraré tener en cuenta que estoy viendo a
señores disfrazados salvando el mundo, no puedo exigir complejidad.
Yo tampoco entiendo demasiado la elección de papeles de Eccleston en el cine. La segunda parte de Thor... Entretenida como la primera.
ResponderEliminarEsta segunda parte es claramente muy inferior a la primera que con sus defectos era interesante. La trama se estira para no contar casi nada, Malekith no es un personaje, es una excusa para luchar contra alguien, los personajes humanos son menos interesantes todavía que en la primera...
ResponderEliminarLo mejor para mí sigue siendo Loki, aunque se nota demasiado que se quiere exprimir su carisma (y el del actor) todo lo que se pueda.
Satrian: se nota que no le gusta la ciencia ficción, no le gusta el fandom...a ver si se corta un poco, el hombre.
ResponderEliminarJosé Miguel García de Fórmica-Corsi: opino lo mismo. Lo de Malekith lo solucionan con un prólogo al principio, que de poco sirve porque los elfos no pasan de ser una gente a la que hay que dispararle. Y Loki, aún en su papel de villano unidimensional como en los Vengadores, era de lo más divertido. Aquí se nota que quieren estirar el ingenio del personaje y se queda en un no saber qué hacer.