lunes, 25 de noviembre de 2013

El día en que el Doctor cumplió 50 años. Cuidado que me enrollo.



Desde ayer por la tarde, el Doctor Who se ha convertido en una de las series más longevas de la televisión. También es una de las que más fandom ha ido moviendo, cuando términos como geek o friki no se habían generalizado o eran despectivos. Y también se trata de una de las producciones que mejor mezcla la ciencia ficción sin complejos con el género de aventuras, de fantasía, e incluso el terror para sus espectadores más pequeños. Pero si me pidieran una sola razón por la que me parece tan especial, es por tratarse de la primera serie de tv que recuerdo. Igual exagero y solo es una de las primeras, pero la imagen de un tipo de bufanda kilométrica entrando acelerado en una cabina de color azul fue suficiente : estuve pendiente todo lo que me fue posible de aquella serie desconocida que emitía una televisión autonómica. Entonces tenía todo lo necesario para que no perdiera detalle: cosas que aparecían, desaparecían, argumentos imposibles (y que entonces no entendía muy bien. Pero tenía monstruos a mogollón. Y a mí me gustaban los monstruos) y un montón de efectos que entonces me parecían el colmo del despliegue de medios.



Desde entonces, al Doctor Who le ha pasado de todo: unas cuantas regeneraciones más, una cancelación, su vuelta en 2005 gracias a Russell T. Davies y su siguiente etapa con Steve Moffat. Es a Moffat y a Matt Smith como Undécimo Doctor a los que les ha correspondido el especial del cincuenta aniversario. Un aniversario que se celebra por todo lo alto, con la serie de la BBC siendo más popular que nunca y con los fans esperando que este sea el mayor acontecimiento en la historia de la serie. A nivel técnico lo ha sido: no solo han recurrido a las 3D, sino que dispuso de un despliegue de medios que no habría podido imaginar con el doctor que conocí. Y lo mejor de todo es que a nivel argumental, también.

 


Es difícil contentar a los fans con un acontecimiento tan específico, y más tras poner los dientes largos todo lo posible con los webisodes y los trailers. Pero los episodios especiales anteriores habían sido bastante normales. Recurrían bastante al truco de juntar a un par de doctores en un guión que, a grandes rasgos (y por los que recuerdo de haber visto), no tenía nada en especial, siendo más un episodio alargado que otra cosa. Desde un principio prometieron que no sería el caso: el aniversario resolvería por fin la trama de las Guerras del Tiempo, y de cómo el Doctor llegó a eliminar su planeta. Aunque también prometían que contarían con Tennant, Smith y Billie Piper, la primera acompañante. Con Eccleston, por desgracia, no, porque a estas alturas ya sabemos como es este hombre.

 

En cambio, el especial mantuvo durante una buena parte esa sensación de ser episodio largo: el 11º Doctor es reclamado por UNIT, dando lugar a las dos tramas principales: el enfrentamiento con unos enemigos de toda la vida como son los Zygons, y su reunión con el 10º Doctor y aquel que participó en las Guerras del tiempo.  La primera resulta bastante chocante, después de esperar algo a la altura de los 50 años, y encontrarse con unos alienígenas a los que no se les había visto en tres décadas, que conservaban un aspecto plasticoso típico de la serie clásica. Esto se mezclaba con un exceso de chistes a costa de Isabel I bastante cansina, y que hace bajar la guardia hasta una segunda parte en la que sí cumplen con las expectativas. No sé si ha sido un fallo del guión o lo plantearon de esa forma, ha sido una decisión bastante astuta, aunque la estiraron demasiado.

 
Donde unos ven un alienígena con ventosas, otros lo ven en con aceite y pimentón rojo por encima

Esta segunda parte se centra exclusivamente en los conflictos de los tres Doctores y en el tema de los puntos fijos en el tiempo, planteados por la serie. Durante siete temporadas el Doctor estuvo marcado, en menor o menor medida, por los acontecimientos de la Guerra y la desaparición de su planeta. Cada uno de ellos lo afronta según su personalidad, dando lugar a ciertos conflictos entre estos y de bastante desesperación por parte del doctor encarnado por John Hurt: desconocido para los espectadores, tiene un carácter mucho más serio y adulto que sus regeneraciones posteriores, tema que tampoco dudan en explotar durante el especial. En muchos diálogos hay bastantes referencias sobre la madurez, crecer, y especialmente, a la actitud infantil de unos doctores que afrontan a su manera el haber eliminado a una especie.

 Aunque hace un par de temporadas se mencionaba la intención del Doctor de empezar desde cero, es en el especial cuando se lleva a cabo: si las guerras del tiempo aparecían como un hecho cerrado, aquí se demuestra que no tiene por qué ser de esa manera, dándole un nuevo giro y un final mucho más esperanzador. El nuevo Doctor, aunque no haya habido regeneración todavía, puede volver a su hogar, ahora que se le ha ofrecido la posibilidad de salvar a su planeta. No es un mal comienzo para despedir a Matt Smith, que ha cumplido muy bien su papel, y cederle el turno a Peter Capaldi.

 

En cuanto al tema de las apariciones y la forma de incluirlas, también ha sido de lo más acertado. Recuperan la cabecera del principio e incluso la primera secuencia de la serie, fusionándola con la aparición de Clara Oswald y su reunión con el Doctor. Además, consiguieron escapar de la trampa de juntar actores, que aquellos con los que contaron fueran necesarios e incluso con hacer aparecer también a todas las encarnaciones del Doctor. No se echa de menos a Eccleston, porque con la interpretación de John Hurt fue suficiente, y en cuanto a Rose, la aparición de Billie Piper es bastante breve. Probablemente esta es la que sale peor parada, casi como un cameo interpretando a la interfaz de un arma. Pero, teniendo en cuenta cómo resolvieron la historia de este personaje, tampoco podía exigírsele que volviera aparecer como tal, y la opción del cameo fue lo más acertado. Aunque para apariciones más breves, la de Tom Baker, tanto la del final como el guiño que hacen a su famosa bufanda. Un detalle bastante simpático, teniendo en cuenta que no había quedado en muy buenos términos con la serie.

 Con sus fallos del principio, no podría haber quedado más satisfecha con El día del Doctor. Esperaba un final deprimente, la despedida de Matt Smith quizá descubrir que la encarnación desconocida del Doctor era más desagradable que los anteriores. En cambio, cierran el ciclo que sirvió de comienzo a la nueva etapa de la serie y supone el mejor aniversario y despedida que podría haber tenido un Doctor.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario