...¿La Gatufina?
Sí, lo reconozco. He visto la película de imagen real de Los
Pitufos. Voluntariamente. Y sin escandalizarme por lo mala que debe ser.
Debería haber una explicación lógica a este comportamiento, pero en realidad,
no hay otro motivo que el de no tener ni la más remota intención de coger un
libro, en la tele no había nada, y ni siquiera tenía la cabeza en condiciones
para poder ver algo que también fuera entretenido pero con un poco más de
calidad…Cosas que pasan, y el que esté libre de faltas, que tire el primer
comentario.
Lo de adaptar personajes de cómic europeos al cine de
Hollywood sigue pareciéndome una rareza. Había visto la adapción de Tintin, que
aunque era entretenida, la animación por ordenador de los personajes me
resultaba un poco inquietante, y también me da la impresión que Hergé tampoco
era muy conocido fuera de la Unión Europea.
Los pitufos, en cambio, habían dado el salto y practicamente todos los críos
los conocían, ya fuera como les schtroumpfs, o The Smurfs. Además, la historia
de estos bichitos azules que pitufaban en el bosque mientras el malvado Gargamel y su gato Azrael
intentaba capturarlos, era lo suficientemente simple como para poder hacer un
estreno sin complicaciones para llevar a los niños al cine y que estuvieran
callados y al fresco hora y media larga. Aunque en los ochenta se había hecho
una película de dibujos animados, seguramente era más rentable aprovechar la
infografía y recrear a los Pitufos de verdad, aunque, poniendo capital la
industria cinematográfica más potente, esta no iba a limitarse a presentar a
los pitufos en su aldea de setas.
Aunque esta sí aparece al principio, junto al castillo de
Gargamel y el bosque que describe el Pitufo Narrador, no es por mucho tiempo.
Escapando del brujo, los personajes más conocidos de Peyo (Papá Pitufo, la Pitufina , el Pitufo
Gruñón, el Patoso y el resabiado), más un pitufo escocés inventado no sé por
qué, atraviesan un portal mágico que los lleva a Nueva York, donde encuentran
al protagonista. Este es un agobiado responsable de marketing para una empresa
de cosméticos, y aunque a su mujer le hace gracia tener en casa a unos bichitos
azules cantarines, a él le van a dar unos cuantos problemas. Además, Gargamel y
su gato también han atravesado el portal y aunque la ciudad le parezca bastante
desconcertante, sigue en sus trece de hacer zumo de pitufo para sus brujerías.
Teniendo en cuenta el nivel de muchas películas infantiles
en los últimos años, no es de extrañar que a esta la vapulearan, porque su
argumento es bastante mediocre y su desarrollo, todavía peor: aunque Neil
Patrick Harris tenga el papel de protagonista, no puede hacer mucho con un
personaje que es el estereotipo de ejecutivo agobiado que descubre los valores
de la familia. La aparición de Sofía Vergara es anecdótica y el resto se
limitan a cumplir con su cometido, que es interactuar con las infografías de
color azul. Aún sin pedirle mucho al guión, hay lagunas bastante gordas,
olvidándose de solucionar una o dos tramas a favor de lo principal, que es ver
a los pitufos. Pero lo peor de todo es la cantidad de product Placement que
aparece en la película. Es normal que aparezcan marcas conocidas en una
producción, pero en este caso es excesivo: hay primeros planos de muñecos
M&M, del Guitar Hero y de todo tipo de productos a los que parece que se
les ha hecho una secuencia exclusivamente para poder anunciarse. No había visto
nada tan cantoso desde aquella sucesión de anuncios de Spalding y Nike que fue
Space Jam.
Con todo esto, parece muy difícil sacarle algo positivo,
pero lo tiene (o eso, o yo estaba con el piloto automático puesto ese día). La infografía
es todo lo buena que se podía esperar en una producción así, y no solo por ver
a los pitufos actuando en un escenario real, que por cierto, son bastante adorables,
sino por el gato Azrael, que aún poniéndole expresiones y actitudes muy poco
gatunas, parece completamente real y nada caricaturesco. Y lo más divertido es
el trabajo de Hank Azaria como Gargamel, al que le reservan los mejores chistes
y todas las payasadas posibles. Su caracterización es idéntica a la del comic,
y no le falta ni mezquindad ni su absurda fijación con capturar pitufos, lo que
contrasta bastante bien con la cursilería del resto de personajes.
En otra situación me habría parecido la película floja que
es realmente, pero tomándola como una sucesión de gags y de buena infografía, y
sobre todo, haciendo la vista gorda al exceso de publicidad, tiene su pase para
un rato. Eso sí, mañana juraré y perjuraré que en realidad estuve viendo Guerra
Mundial Z.
Yo estuve a punto de verla en el cine, después de ese momento ni siquiera la he visto en casa.
ResponderEliminarNO la he visto, amo demasiado los clásicos como para ver la versión nueva. Soy anticuada.
ResponderEliminar¡Pero amé a Gatufina!!!!!!!
Satrian: a mí no me interesaba nada, pero la tenía a mano y así tenía un pase.
ResponderEliminarLeis: Solía ver la serie de dibujos en la tele autonómica y la película se parece a ella como un huevo a una patata.
Y aquí otra cosa no, pero gatos temáticos, a patadas :)