jueves, 8 de noviembre de 2012

Lecturas de la semana. Releyendo que es gerundio



Tengo una lista de libros de la biblioteca que me interesan, unos 700 haciendo cola en el ebook, y a pesar de todo, me he puesto a releer unos cuantos, por ningún motivo especial ¿Será la nostalgia, me afectarán las borrascas o será cosa de meigas? Porque precisamente, estamos en tiempo de estas últimas…


Sven Hassel. La legión de los condenados. Un poco después de enterarme de su fallecimiento, decidí releer su primera novela, en la que cuenta su paso (es autobiográfica. Más o menos) por las prisiones militares nazis y su ingreso en un batallón disciplinario alemán, donde junto a sus compañeros, participará en algunas de las campañas más importantes y desastrosas de la II Guerra mundial. Posiblemente este sea el mejor libro de la serie en cuanto a crudeza y dramatismo, y lo que cuenta resulta bastante creíble aún teniendo en cuenta las dudas sobre la biografía de Sven Hassel, cosa que a partir de la tercera parte, no pasa (pero siguen siendo unos libros igual de divertidos). De hecho, es el que tiene menos situaciones humorísticas y el que mantiene en todo momento la primera persona como perspectiva.

Se nota su intención de ser un libro sin continuación, porque hace mención a la muerte de todos los personajes (esto no es un spoiler, se trata de una novela de guerra, no iba a pasar otra cosa), sin llegar a aparecer los que serían populares a partir del segundo libro, a fechas concretas. El tono, más serio, me recordó un poco a Tiempo para Amar, Tiempo para Morir, de Erich María Remarque, salvando las diferencias en cuanto a talento y forma de escribir. El resto de novelas entra cada vez más en el campo de la literatura de evasión, pero La legión de los condenados es una buena opción para leer una historia de la II Guerra Mundial ambientada en el bando alemán.


Fritz Leiber. Nuestra Señora de las Tinieblas. Este libro fue de los primeros de mi estantería, poco después de irse quedándome pequeña la literatura para chavales y un poco antes de empezar con H. P. Lovecraft. La historia era bastante atractiva y prometía atmósfera y terror sobrenatural del bueno: un escritor de San Francisco comienza a ver una figura extraña en una colina cercana a su edificio. Cada vez irá obsesionándose más con ella, ya que al parecer, está relacionada con un libro que él adquirió y en el que un ocultista desconocido le da un significado distinto al crecimiento de las grandes ciudades. Por supuesto, habrá investigaciones como mandan los cánones, alguna aparición espectral y demás elementos clásicos del género con el plus de abrirse un poco a las nuevas formas del género fantástico que empezaban a desarrollarse entonces.

Tras releerlo he comprobado dos cosas: Una, que los protagonistas son unos hipsters de tomo y lomo, y que su actitud intelectual resulta un tanto cómica en la época en la que las gafas de pasta y la preferencia por los vinilos, como pose de moda, se han convertido en un meme. Todos saben de todo, se sienten muy por encima de las formas de entretenimiento populares (en concreto, a la serie de terror para la que el protagonista escribe) y al estar en 1978 ¡usan máquinas de escribir antes de que fuera mainstream!

La segunda fue darme cuenta que la etiqueta “narrativa para adultos” no tiene por qué referirse exclusivamente la aparición de párrafos frívolos y teticas (que en Nuestra Señora de las Tinieblas no las hay, o al menos, de forma expresa), sino a argumentos, situaciones y referencias que es muy difíciles de entender para alguien que todavía acaba de superar las novelas de Los Tres Investigadores. Y es que todas aquellas teorías sobre el ocultismo, el crecimiento de las ciudades, y las menciones a un tal Clark Ashton Smith que entonces ni siquiera sabía quien era, se me quedaban muy grandes…y a pesar de todo, sus imaginación, y su forma de narrar, me marcaron lo suficiente como para que se me ocurriera leerlo otra vez.

3 comentarios:

  1. Yo llegué bastante tarde a Fritz Leiber y he de reconocer que me gusta su narrativa y sus libros.

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  2. A mí me encanta releer también. Lo que no me he fijado es si me apetece más en esta época que se presta muy bien a la nostalgia. Releo mucho a Dickens y a Poe y hace años a Agatha Christie. También PARÍS ERA UNA FIESTA de Hemingway. Ah y JANE EYRE!! Esta última me sigue gustando muchísimo, pese a que se ha repetido el mismo esquema en el cine y la literatura hasta la saciedad.

    Tu entrada es reflejo de que la relectura te ha dado muchas satisfacciones y has vuelto a disfrutar. Lo de las etiquetas es tan equivocado en los libros como en las personas. No sé quién se encargará de poner para adultos o niños, pero se equivoca muchísimo. Una curiosidad, Sven Hassel nació el mismo día que yo, que no el mismo año, claro. Tengo otra coincidencia literaria con mi fecha. El negro de Emilio Carrere, sobre todo en LA TORRE DE LOS SIETE JOROBADOS, también murió el mismo día, mes y año que yo nací. Esta coincidencia me gustó especialmente pues era una película que me gustaba mucho de Edgar Neville y cuando supe que estaba basada en una novela con mucha historia me puse a buscar y me fascinó.

    Ay, perdona, me he extendido, pero es que ahora no tengo demasiado tiempo para visitar blogs y cuando puedo aprovecho demasiado. He disfrutado mucho con tu entrada y con el gatico que es hermosísimo.

    Besitos!
    Ana.

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  3. Satrian: yo leí un par de cosas. Nuestra Señora de las Tinieblas me gustó pero Farhf y el Ratonero Gris no tenrminó de convencerme.

    La Minomalice: esta temporada he dedicado a releer algunas cosas. En estos casos han sido libros. En otro, he seguido leyendo las novelas que me faltaban de algún autor en concreto. Esta semana mismamente le ha tocado de nuevo a Jean Ray, hace años me encantaban sus libros y hoy sigue sin decepcionarme.
    La torre de los siete jorobados es un libro que tengo pendiente desde hace tiempo. Lo he buscado por ahí, pero en la biblioteca no lo tienen y aunque han vencido sus derechos y podría estar en el Proyecto Gutenberg, no lo han subido. Quería leerlo antes de ver la película en cuestión, pero me parece que haré al contrario: esta la he visto...digo...la ha visto mi gata en varias páginas.

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