miércoles, 7 de marzo de 2012

Las películas de los Oscars II. El árbol de la vida (2011). Profunda, muy profunda..O al menos lo intenta



El gato intelectual tiene sus dudas

Siguiendo con las películas que se presentaron este año (ya lo avisé en la anterior entrada, he visto varias), El árbol de la vida se fue tal y como había venido: sin nada de nada. Tras haberla visto, no me extraña.



La película de Terence Malick empezó a tener fama por lo incomprensible para el público estadounidense, y sobre todo, por las leyendas urbanas que circulaban en torno a su proyección: gente indignada marchándose del cine, creyendo que habían entrado a ver un drama con Brad Pitt y Sean Penn, y salas avisando que en caso de marcharse, no se devolvería el dinero de la entrada. Tampoco es para tanto porque películas raras o complicadas hay muchas, y no sé hasta qué punto sería algo inventado para generar expectación y atraer público. Y aunque se supiera ya su nominación, que siempre ayuda, yo solo la ví anunciada en una única sesión organizada por el cineclub local, y hasta donde sé, nadie se largó echando pestes, más bien al contrario.



La rareza de El árbol de la vida se encuentra más bien en cómo cuenta la historia. En un principio, se tratan de los recuerdos de infancia de un ejecutivo, en los típicos años sesenta bucólicos, con varios hermanos, una madre sensible, y un padre severo interpretado por Brad Pitt. Este argumento podría parecer el típico drama con actores conocidos que tiene todas las papeletas para llevarse varios premios…sino fuera por una realización mucho más cercana al cine de arte y ensayo (o la idea que tiene el público del arte y ensayo) que al dramón de toda la vida. De hecho, apenas hay diálogo, sino algunas frases sueltas, y la historia va contándose a través de imágenes de la infancia del protagonista, muy pausadas y que evocan, a través de situaciones que pueden ser angustiosas o nostálgicas, la historia de su padre y de su familia. En un principio, podría haber dado lugar a una película costumbrista diferente, capaz de narrar unicamente a través de imágenes y sensaciones, que confiando en diálogos o una historia definida, pero…por algún motivo, empiezan a aparecer escenas francamente raras. Así, con todas las letras. Porque, entre recuerdos del protagonista o planos de paisaje, salen por ahí unas secuencias del Big Bang, del espacio, y hasta de un dinosaurio al lado de un río…¡¡Y por Dios, que alguien me explique qué demonios pinta el dinosaurio en el río!!



Reptiles prehistóricos aparte, a El árbol de la vida le reconozco en parte el logro de una bonita escenografía, y una escena final, con el protagonista adulto, que pese a la falta de explicaciones, es capaz de transmitir mucho. Pero la sensación que me dejó en general fue la de ser un cruce extraño entre drama típico para los oscars y película gafapastas, lo que no es una mezcla muy buena. Y por algún motivo, tras verla, dormí como una bendita…lo que no puede considerarse una crítica muy positiva.

4 comentarios:

  1. La escena de la creación del universo y la tierra es la que más gente ha echado del cine por lo que se ve, y a mí me parece una preciosidad. Supongo que la espantada del público quizás viene porque no se esperaban eso a los pocos minutos de la película me imagino.

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  2. Por bonita esa escena del principio, no me quejo, y tiene bastante más sentido del que parece. Ahora, lo del dinosaurio me descolocó bastante.

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  3. Sigo insistiendo, el árbol de la vida no me parece una película para verla en el cine.

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  4. Depende mucho del tipo de película que espere uno...ahora, sus imágenes son un poco como las de Melancolía: mucho mejor en pantalla grande.

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