El algodón no engaña, y el cartel, tampoco
Como el título indica, esta semana hemos ido a ver Resident Evil Ultratumba, o Afterlife, la cuarta película basada en el videojuego de Playstation. Aunque no me interese el videojuego (ni ese ni ninguno), sí he visto todas las películas: tenían zombies, corporaciones malvadas y algo de trama postapocalíptica, todo lo necesario para hacer feliz a una chica. Sin embargo, ha sido una serie bastante irregular tirando a mala: Resident Evil era una peliculita simpática acerca de un grupo de soldados combatiendo zombies en un laboratorio subterráneo. Resident Evil Extinción contaba la historia de cómo Milla Jovovich pegaba botes por una ciudad mientras mataba zombies…y a partir de ahí, todo consistió en un montón de escenas con la protagonista repartiendo patadas, siendo víctima de experimentos médicos, o dirigiendo un ejército de clones. Ah, y de paso les daba tiempo de ambientar la historia cuatro años después de la primera invasión zombie.
Entrada de cine: 10 euros. Algo para picar: un pastón. Tener pinta de espantajo mientras ves la película, no tiene precio
No es que Resident Evil Afterlife ofreciera mucho con estos antecedentes, salvo una nueva entrega de la saga en tres dimensiones. Por si hay alguien por ahí que también lleve tiempo sin ir al cine, diré que las tres dimensiones consisten en cobrar cuatro euros más por entrada, y prestarte unas gafas bastante feas con las que puedes ver cómo te lanzan cosas desde la pantalla. Así escrito, parece bastante simple, pero parece que a la gente le hace gracia, y si no, que se lo digan a James Cameron. Bueno, también emiten al principio un anuncio bastante alarmista acerca del chip antirrobo de las gafas 3d, que por suerte, solo pita (están desarrollando uno más potente, que fríe al ladrón a la salida del cine), y también prometían otros anuncios variados en 3 dimensiones. Y todo el mundo sabe que una de las cosas más divertidas de ir al cine es ver los anuncios de las películas….cuando los echan, porque en este caso me tuve que conformar con el de una aseguradora y el trailer de Priest, que no me interesaba mucho.
Definitivamente, de las tres dimensiones estas me esperaba algo más que las cosas saliendo de la pantalla, y no me hubiera perdido gran cosa de haberla visto en formato normal. Pero por suerte, esta entrega ha resultado ser bastante mejor comparada con las anteriores (Hewl no opina lo mismo). La historia empieza con la protagonista y su ejército de clones asolando la base subterranea de Umbrella, en lo que queda de Tokio. Que no es por nada, pero esta fijación por construir cosas bajo tierra me hace sospechar si el presidente de la compañía no sería de Amstetten. El caso es que las medidas de seguridad no sirven de mucho y Milla Jovovich acaba haciendo una escabechina, que de paso sirve para lo más importante de la película: deshacerse de toda esa chorrada de sus poderes y sus clones para dejar a una sola persona como protagonista.
El seguro médico de la empresa no cubre la conjuntivitis
Es a partir de aquí cuando la película toma un rumbo distinto a las anteriores: la protagonista busca a los supervivientes, se encuentra con un grupo que se ha atrincherado en una prisión, y a partir de ahí, se convierte en una historia bastante típica de personajes intentando abandonar un lugar rodeado de zombies, pero no por ello menos divertida: hay grandes momentos de chulería, de tiros y de peleas imposibles, miles de zombies y bichos mutantes con tentáculos en la boca. Todo ello muy exagerado, pero a una película de entretenimiento tampoco le iba a pedir más. La parte más sacada del videojuego, en cambio, es la más ridícula: el nivel de maldad de la corporación Umbrella empieza a resultar cómico y la pelea final con el malo es bastante chorras. No sé qué les habrá parecido a los fans del videojuego.
Sin ser la mejor película de la historia, no salí del cine con la sensación de estafa: quería ver zombies y al menos ofrecían bastantes…además de la promesa de una secuela, cosa que viendo el resultado en taquilla, es probable que se filme en breve. Otra cosa es que pague por verla.
Ya está confirmada la secuela, lo que tienen que hacer son gafas que no te dejen una marca indeleble en el puente de la nariz cuando sales del cine.
ResponderEliminarY mi pregunta es? si este no es el 3D, y el de Avatar tampoco, porque no impresionó como lo tendría uqe haber hecho y creo que se ve mejor sin 3D, que gracia tiene el 3D?
ResponderEliminarSatrian: o unas gafas un poco más variadas: de pasta, con cristales al aire, progresivas...Yo me quedé flipada cuando ví que no eran a dos colores, como las de toda la vida.
ResponderEliminarLoFelip: pues yo me encuentro en la misma tesitura: creo que no pagaré más por ver una película en 3D, con la imagen plana de toda la vida me llega.
Ahí tienes razón. La película te da justo lo que esperas, incluyendo mucho zombies y unas bizarras gafas 3D
ResponderEliminarEfectivamente: en este caso no me quejé por falta de zombies. Y aunque no sé muy bien de donde salían (creo que son de otra entrega del videojuego), los zombies con tentáculos y la bichocosa gigante con el machete, molaban.
ResponderEliminarPffff, yo fuí a verla pero directamente en versión digital, que yo llevo gafas de normal y la experiencia avatar con las 3d sobre las normales... digamos que mi nariz aun no se ha recuperado.
ResponderEliminarEn cuanto a la película me pareció que se les había ido la olla totalmente. Esta claro que a estas películas no se les pide un gran argumento, pero las tres anteriores tenían, al menos, cierta coherencia argumental, pero en esta ni se lo plantearon. Aquí se ve que dijeron que vale ya cualquier cosa. Yo creo que el esquema general de la película era ir generando situaciones en las que poder abusar de parar el tiempo y hacer un 360 grados sin importar mucho si los trozos pegaban entre ellos o no.
En fin, al final me quedo con la explosión-homenaje a Akira sobre Tokyo y la visión de Sienna Guillory enfundada en ese traje cuando ya me estaba levantando para irme y que me resarció de todo lo demás.
Por supuesto veré la continuación, vamos, faltaría más :P