miércoles, 15 de abril de 2009

Dame veneno que quiero morir. Red Dwarf. Back to Earth. Parte 3.

Las series de culto son como las conservas de las tiendas de delicatessen que se guardan para mejor ocasión. Pueden ser una delicia, pero cuando llevan mucho tiempo en la nevera y se abren de nuevo, descubrimos que se han estropeado.
Esta afirmación puede parecer un tanto absurda y arbitraria (y lo es, porque es lo primero que se me ocurrió al ponerme delante del teclado), pero se ajusta bien a lo que me ha parecido el último capítulo de Enano Rojo: de ser una serie de la que guardo grandes recuerdos, capaz de enormes muestras de originalidad tales como adelantarse 10 años a Matrix e incluso poner su toquecito de filosofía, ha quedado un resultado un tanto rancio que intenta mantenerse durante todo el rato a base de homenajes, ya sean autorreferenciales o a la comunidad de fans en general.






Parecidos razonables


En el episodio anterior, los protagonistas recorrían Coronation Street, la actual serie de Craig Charles, a bordo de un Smart tuneado como si fuera el Starbug. Tras su llegada consiguen su objetivo: encontrar al creador de la serie y evitar que este los mate en el final del guión. El encuentro con este será, a partir de entonces, un homenaje seguido a Blade Runner, desde el aspecto del Autor, hasta la persecución en la ciudad e incluso la aparición de Kochanski..Todo ello de un mimetismo con la película original que una se acaba preguntando si los guionistas querían demostrar lo frikotes que eran o si, directamente, no tenían ni la más remota idea de cómo terminar el berenjenal en el que se habían metido. Viendo el desvarío del segundo episodio, con los personajes de Red Dwarf llegando al mundo en el que son una serie, no sé por qué opción inclinarme. Finalmente, se descubre que toda la historia era producto de las alucinaciones causadas por un Calamar de la desesperación que vivía en su tanque de agua. En este caso, el recurso que dio probablemente el mejor episodio de toda la serie, acabó convirtiéndose en el punto final de una historia sin mucho sentido y bastante pagada de si misma.



Si es que es para matarlos...

Una de las mayores ventajas de la serie en sus inicios era la capacidad del factor sorpresa, jugando a menudo con la idea de dimensiones paralelas, realidades virtuales o paradojas temporales, y de emocionar un poquito gracias a un toque de sensibilidad que daba el hecho de que el último humano siguiera dando vueltas por el universo. En este último episodio intentaron tomar todos esos elementos, en un intento de dejar el listón igual de alto que las primeras temporadas, sin conseguirlo lo más mínimo: todo el tema en los tres episodios resulta repetitivo, predecible, y sobre todo, a raíz de todo el tema de la ficción dentro de la ficción, egocéntrico y cansino.
De hecho, Tv Scoop la definió como "La escritura de guión más vaga que he visto en mi vida" y "llena de autorreferencialismo vulgar y autoindulgente", aunque consideraban el segundo episodio el mejor de los dos. Exceptuando en lo último, estoy de acuerdo con ellos.
Red Dwarf. Back to Earth abre, según palabras de Doug Naylor, las puertas para hacer una nueva temporada, con más sentido que esta miniserie. Por su bien, eso espero. Porque de lo contrario, me da que tendría que cargar en su conciencia con el harakiri colectivo de un montón de usuarios de Forbidden Planet

3 comentarios:

  1. Jajaja, hay que joderse. Te montas 4 entradas con una cosa que resulta ser una mierda... Ya te vale!!!

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  2. A Dios pongo por testigo que en breve haré una entrada de Galáctica. Y todos se regocijarán...

    ¿Has terminado ya con el feng-shui del Barrilete?

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  3. Sip, en principio si
    ¿te gusta? ¿hay algo que quieras cambiar?? Habla ahora o calla para siempre.
    Por cierto, al fin he dominado la plantilla html!!. Bueno, solo los colores y la anchura, pero con eso ya em doy con un canto en los dientes...

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